MATONES DE EXTREMA DERECHA, AL SERVICIO DE LA
ESPECULACIÓN INMOBILIARIA
Detrás de sus videos misóginos y racistas y sus bravatas contra los
colectivos vulnerables, el dueño de Desokupa, Daniel Esteve, dirige una maraña
empresarial de compraventa de viviendas
DIEGO DELGADO / CARLOS H. DE FRUTOS
Daniel Esteve saluda al diputado de Vox Javier Ortega
Smith durante un acto convocado por la asociación 'Una policía para el siglo
XXI' en mayo de 2024. / X (@daniesdsk)
La
mirada a cámara, directa; el gesto severo, agresivo; y las consignas breves,
genéricas, imposibles de rebatir. “Los abuelos no se tocan”, “Los niños no se
tocan”... Palabrería que sirve a Daniel Esteve, fundador de Desokupa (que acaba
de ser denunciado por la asociación ACO),
para disfrazar sus discursos de odio bajo una especie de fundamentalismo
nacionalista en el que caben desde la misoginia más rancia hasta narrativas
neonazis como el “plan Kalergi”. Pero, en realidad, solo hay una cosa
verdaderamente intocable para Esteve: sus negocios inmobiliarios.
“Yo no sé lo que voy a hacer mañana. Esa empresa está constituida y no tiene actividad. Y hemos acabado, que no tengo más tiempo”. La hostilidad perpetua con la que se maneja el empresario crece cuando, en 2020, un periodista del programa Equipo de investigación menciona DEM Urbanas SL, compañía dedicada a la mercantilización de viviendas y administrada por él mismo. Desde noviembre de 2017 lo hizo a través de la SL que alberga su actividad principal como machaca de los desalojos, Conciencia y Respeto 1970; después, a partir de agosto de 2020, es su propio nombre el que aparece como administrador único..
Es
la única vez que se le ha preguntado sobre ello, y la tensa respuesta dio paso
al final de la entrevista. Más de cuatro años después, el equipo del programa
de La Sexta sigue en el punto de mira de Esteve: “Tengo ya (...) direcciones,
teléfonos, dónde llevan al colegio a sus hijos…”, amenazaba en un vídeo
publicado en septiembre de 2024 en sus redes sociales. Fue denunciado por
Atresmedia, aunque el pasado 30 de enero el propio Esteve anunció que el juez
había ordenado archivar la causa por defectos de forma. A pesar de que la
sentencia reconoce la posible existencia de un delito leve de amenazas, debe
ser la persona agraviada quien presente la denuncia, y no una entidad, como
ocurrió en este caso.
Desokupa,
un instrumento al servicio de la especulación
Por
más que se empeñe en silenciar a quienes tratan de visibilizar sus vínculos con
sociedades de compraventa de inmuebles, hay evidencias de sobra para concluir
que Desokupa, así como todo el despliegue propagandístico que rodea la
actividad de sus matones, no es más que una herramienta al servicio de los
intereses de empresas inmobiliarias y de multipropietarios que hacen la vida
imposible a la ciudadanía.
La
marca de desalojos ilegales más conocida del país inició una primera andadura
en 2014 bajo la denominación mercantil Coexistance & Respect SL, pero los
problemas de Esteve con Hacienda por impagos le obligaron a desligarse de la
empresa menos de dos años después de su constitución. En ese momento quedó en
manos de uno de sus socios habituales, el empresario inmobiliario Fernando
Jacobo Lasaosa Huch, que mientras procedía a su liquidación estaba poniendo en
pie Conciencia y Respeto 1970 SL. En agosto de 2017, Daniel Esteve Martínez fue
nombrado administrador único de esta nueva SL, que sigue siendo la matriz
principal de los negocios de Desokupa.
En
esos primeros pasos de la actual Desokupa destacan dos intentos de desalojo
forzoso. Ambos ocurrieron en el año 2016, y comparten un elemento singular que
desmiente su discurso sobre ofrecer un servicio a compatriotas que se han
quedado sin hogar: la propiedad la ostentaban empresas dedicadas a la
especulación que habían comprado el inmueble a sabiendas de que estaba okupado.
En Can Dimoni, Barcelona, primer caso de éxito conocido –ante el que el Observatorio
DESCA (Derechos Económicos, Sociales, Culturales y
Ambientales) reaccionó interponiendo una querella contra Desokupa–, la compañía
Norvet Property anunció un proyecto inmobiliario de lujo justo el día después
del desalojo. En Norvet, cuyo presidente es el especulador israelí Alon Ozen Yunger, conocían la situación
del inmueble, que suponía un obstáculo para sacar rédito económico de la
operación. Es ahí donde entra Daniel Esteve, en calidad de desalojador y
facilitador de la venta.
La
dinámica se repitió, aunque sin éxito gracias a la
movilización vecinal, en el barrio de La Clota, también en la
Ciudad Condal. El fondo de inversión inmobiliario MK
Premium compró el inmueble y Desokupa intentó desalojar a
quienes habitaban dentro –las imágenes muestran a Daniel Esteve y a Daniel
Leyva, propietario de MK, charlando en las inmediaciones de la vivienda que se
intentaba vaciar–; al no lograrlo, MK se deshizo de él. El blog StopDesokupa
recoge el testimonio de una persona
que residía en la casa en aquel abril de 2016, y a quien el entonces todavía propietario
–aparentemente el traspaso aún no se había consumado– le trasladó su
arrepentimiento por la venta a MK Premium. Según cuenta, sintió que le habían
estafado para hacerse con el inmueble.
Lo
extremadamente beneficiosa que puede resultar esta sinergia entre grandes
especuladores y grupos violentos que vacían hogares se entiende con facilidad
entrando en cualquier portal de compraventa de viviendas. Si bien el precio
medio del metro cuadrado en Barcelona ascendía, según Tinsa, hasta los 3.937€
en el último trimestre de 2024, hoy se ven ofertas de venta de pisos en esa
misma ciudad por apenas 800€/m2, e incluso menos. ¿La razón? Que se encuentran
en situación de okupación. Así, coaccionar con violencia a quienes los habitan
para que abandonen su casa puede multiplicar por cinco el valor de mercado.
Antes
de Equipo de investigación, un programa de la cadena Cuatro llamado En
el punto de mira ya había dedicado un interesante reportaje a la actividad
de Desokupa. Emitido en marzo de 2017, en aquel momento el foco mediático y
político no alumbraba con tanta intensidad las cuestiones en torno a la
vivienda, o quizá Esteve no contaba con tanta ayuda mediática como ahora. El
caso es que sus respuestas dejan ver la verdadera naturaleza, poco épica y nada
patriota, de Desokupa: “Hay intermediarios de promotoras, de fondos de
inversión, de bancos que hacen lo mismo (...) que hacemos nosotros”. Los
“abuelos” y los “niños” llegaron después, como estrategia de marca en su periplo
como influencer de extrema derecha. Negocio, negocio y más
negocio.
Una
de las conclusiones del programa, tras hablar con Esteve y rastrear algunas de
sus actuaciones, es que Desokupa había sido un actor clave en, al menos, “dos
pelotazos inmobiliarios: uno de cuatro millones de euros y otro de 250.000
euros”.
Al
rescate de los bancos
La
de Esteve es la empresa más activa y blanqueada por los medios de comunicación,
pero no la única que lleva a cabo este tipo de procedimientos tan beneficiosos
para las corporaciones dedicadas a la especulación inmobiliaria. Entre ellas,
imitaciones como Serviokupas, Bastión Desokupación o Desokupa Demolition son
algunas de las más presentes en el sector. “Realmente es una práctica que se ha
puesto de moda”, confirma a ACO el coordinador de la PAH Madrid, Javier Crespo.
“Desde la plataforma hemos tratado muchos casos directos de este tipo y tenemos
identificadas varias empresas inmobiliarias que contratan recurrentemente
estos servicios. Desokupa existe porque hay quien les contrata para hacer
negocio”, explica.
Una
búsqueda rápida en Google ofrece una idea de la cantidad de empresas de
desokupación activas en la actualidad.
El
proceso que lleva a la contratación de empresas como Desokupa siempre es el
mismo, en la mayoría de las ocasiones con los bancos como primer eslabón de la
cadena. “Suelen ser viviendas que llevan bastante tiempo en procedimientos de
ejecución hipotecaria. Los bancos se deshacen de las deudas vendiendo esas
carteras de crédito a fondos buitre, que, a su vez, las van colocando a
inmobiliarias e ‘inversores’, que no dejan de ser especuladores de medio pelo y
que saben perfectamente lo que compran”, explica Crespo. Desde la PAH apuntan
que Clikalia, empresa participada por el Banco Santander, es una de las
compañías de mayor tamaño dedicada esencialmente a este tipo de prácticas. En
2021, Clikalia protagonizó una de las rondas de financiación más voluminosa de
las vistas hasta entonces en España: la startup alcanzó los 460 millones
de euros gracias, en parte, a Mouro Capital, el
fondo de inversión especializado en empresas digitales del Santander. “Ese
es su objetivo: lotes de viviendas en ejecución a muy bajo precio con familias
dentro, en muchas ocasiones antiguas propietarias de esas casas que se han
acogido a la moratoria de desahucios y siguen defendiéndose en un procedimiento
legal. Es lo que ellos llaman ‘casas con bichos’”.
La
complicidad entre Desokupa y los principales actores de la especulación queda
certificada en una grabación de audio recogida, sin el conocimiento de Esteve,
durante una de sus negociaciones para intentar desalojar una vivienda en Ibiza,
y publicada por Equipo de investigación el pasado 31 de enero. Tras
ofrecer 2.000€ a las personas que la habitaban, propone una alternativa
habitacional más que sospechosa: “Escúchame, la persona que te puede llamar no
es ningún mangante. (...) El tipo te abre el piso de un banco, te da una llave
y a un piso de un banco no van a ir”.
La
torticera estrategia legal que utilizan estas empresas de desalojo
extrajudicial para justificar ante las fuerzas de seguridad sus acciones
también sigue un modus operandi inspirado en los métodos de la pionera
Desokupa. La clave está en la distinción, imperceptible en la mayoría de casos
para unos cuerpos de Policía Nacional y Guardia Civil sin formación en este
aspecto, entre la propiedad y la posesión de un inmueble. “Como el propietario
real de la vivienda –porque esa vivienda ya se ha subastado– ya ha cambiado en
el registro, estas empresas sacan una nota simple del registro, y eso es lo que
enseñan. Pero la posesión de la vivienda es de la familia que la habita que,
según marca la ley, es la legítima poseedora hasta que un juez decida lo
contrario”, apunta el coordinador de la PAH.
Otro
de los puntos de este decálogo del matonismo inmobiliario dictado por Desokupa
tiene que ver con el perfil de sus víctimas: las personas más vulnerables y
señaladas por la campaña de odio encabezada durante años por Esteve, con el
apoyo y protección de comunicadores, medios y políticos. “Hay un nexo de unión
entre familias afectadas por esas acciones: suelen ser inmigrantes. Esto lo
hemos visto en muchos casos que hemos tratado”, confirma Crespo. “Lo hacen
porque les facilita la tarea. Han logrado vender este relato de la okupación
asociada a la inmigración, y hay ciudadanos que confunden términos y compran
esta asociación. De esta forma consiguen que, en muchas comunidades, los vecinos
se pongan en contra de las propias familias que son expulsadas”.
La
connivencia policial y jurídica es el último factor que mantiene a flote la
impunidad de Desokupa. “Es un caso sangrante de déficit en la actuación de los
Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado. Hemos visto que les cuesta mucho
entender que son prácticas ilegales, que es un delito”, afirma Crespo, quien
confirma haber elevado ya esta queja a la Delegación de Gobierno en Madrid,
responsable de Policía Nacional y Guardia Civil en la región, solicitando que
se instruya a los agentes sobre cómo actuar en estos casos. Una petición que
llegó tan solo unos días antes de que se confirmara la firma del acuerdo entre Desokupa
y el sindicato policial SUP para entrenar a 30.000 miembros de
la Policía Nacional, según el anuncio del propio sindicato.
En
el siguiente estrato, el judicial, las consecuencias sobre estas actuaciones
ilegales tampoco han llegado, salvo en contadas excepciones, a superar la
categoría de delitos leves castigados con multas menores, restando importancia
a lo que, según apunta el representante de la PAH, son casos claros de coacción
y amenazas que deberían considerarse delitos graves.
Esteve
se sube a la ola especuladora
Como
brazo armado de la ofensiva rentista contra el derecho a la vivienda, Esteve ha
comprobado en primera persona la cantidad de dinero que puede extraerse jugando
con los hogares de las personas que viven en España. Más capitalista que
patriota, él también quiso exprimir a las familias menos privilegiadas.
El
antes mencionado Fernando Jacobo Lasaosa Huch
es uno de los nombres clave para entender los movimientos de Daniel Esteve en
pos de controlar cada vez más eslabones en la cadena de la especulación
inmobiliaria. Empresario del sector, al menos, desde 2007, los vínculos de Lasaosa
con el exluchador –capaz de pisar la cabeza a un rival noqueado después de que
el árbitro detuviese el combate–, exportero de discoteca y excobrador de
morosos Esteve se remontan al año 2014. “Desokupa sale por un primer trabajo
para un amigo que se vio afectado por un tema de okupación (...) en un edificio
que tiene él. (...) A raíz de finalizar ese problema con éxito, la persona
afectada del edificio y yo decidimos montar el negocio”, recuerda Esteve en la
entrevista concedida a En el punto de mira. El amigo es Lasaosa, y
“el negocio” montado, la efímera Coexistance & Respect SL.
Sorteados
los problemas con la autoridad fiscal y asentado como facilitador para grandes
tenedores y fondos de inversión, 2017 es el año en el que Esteve decide
aplicarse la máxima de Juan Palomo, presumiblemente con el objetivo de que su
grupo de matones multiplique los beneficios de sus inversiones. En ese momento,
comienzan a pasar cosas llamativas a su alrededor.
La
cuenta de resultados de Fernanuch SL, empresa principal de su socio Lasaosa,
refleja precisamente en 2017 unos ingresos por venta de inmuebles que superan
los dos millones de euros, multiplicando por más de diez las cifras del año
anterior. Mientras los bolsillos de Lasaosa se llenan, él inicia un alejamiento
de Desokupa, pero dejando a Esteve bien pertrechado para su aventura
inmobiliaria en solitario. En agosto le traspasa la administración de
Conciencia y Respeto 1970 SL, paraguas mercantil de Desokupa; unos meses antes,
Lasaosa había puesto en marcha Entendimiento Sumisión Anástrofe SL, y en
noviembre Esteve ya era administrador único. Precisamente ahí está el origen de
aquella pregunta que tanto le incomodó en la entrevista de Equipo de
investigación: Entendimiento Sumisión Anástrofe SL pasaría a llamarse DEM
Urbanas SL en marzo de 2018, unas siglas que aluden a su nombre completo,
Daniel Esteve Martínez. Con el cambio de denominación, su objeto social se
amplía a “todas aquellas actividades propias de una empresa inmobiliaria”.
CTXT
ha tenido acceso a las cuentas de DEM Urbanas, y lo hallado no tiene nada que
ver con la inactividad que esgrimía Esteve para justificar su posición como
dueño de una empresa que podría especular directamente con las desokupaciones.
En 2019, con 14 empleados a cargo, la compañía tuvo unos ingresos de 858.670
euros, de los cuales más de 95.000 quedaron como beneficio neto. En 2020 la
cifra de empleados ascendió hasta los 52 y, aunque los ingresos superaron el
millón y medio de euros, la empresa terminó con 50.046 euros de pérdidas.
Daniel
Esteve mintió: DEM Urbanas SL sí tenía actividad, y no poca. En noviembre de
2020, apenas un mes después de que su vinculación con esta sociedad limitada se
diese a conocer en La Sexta, Esteve es sustituido por Norberto de Sansimón, un
liquidador profesional que en principio asume el cargo de administrador único y
luego, en mayo de 2022, el de liquidador, cuando la compañía entra en
disolución.
Pero
la mentira era todavía más descarada. Esteve no solo participa del negocio de
la especulación inmobiliaria, sino que lo hace con más de una empresa. Mientras
todo aquello ocurría, en agosto de 2017 Esteve puso en marcha Brownie Real
Estate SL por la vía de comprarla como sociedad urgente a una firma
especializada en la venta de este tipo de compañías preconstituidas, la de Rosa María Gorgues Rosset.
Como otras muchas que se dedican a vender sociedades urgentes, además de tener
como clientes a personas físicas y jurídicas que quieren ahorrarse la
burocracia que conlleva constituir desde cero una compañía, Gorgues también
ayuda a personas y entidades de perfiles borrosos, cuya intención es no
publicitar de inicio vía registro mercantil su condición de accionistas. De
hecho, el número 21 de la calle Ecuador de Barcelona, que fue el germen de la
maquinaria de extorsiones, coacciones y desalojos violentos en 2014, alberga
hasta cuatro empresas relacionadas con el negocio de la vivienda: la propia
Fernanuch SL, Lodge & Services 1975 SL, Irreductibles 2020 SL y Verus
Praedium Enterprise SL, todas en manos de Fernando Jacobo Lasaosa.
Tirando
del hilo surgen otras conexiones que van dibujando un entramado empresarial. La
reciente incorporación de Sonia Roque Camacho es, quizá, lo más destacable.
Nombrada, en agosto de 2022, apoderada solidaria tanto de la empresa matriz de
Desokupa, Conciencia y Respeto 1970 SL, como de la sociedad que se encarga de
comercializar merchandising y productos vinculados a la marca, Desokupa
Manda SL, Roque consta como administradora única de Brokerage Real Estate
Intermediary SL desde diciembre de 2022.
Merece
la pena poner la lupa aquí. Esta empresa, en la que aparece con cargos Roque
Camacho pero no Daniel Esteve, se puso en marcha de la misma forma que lo hizo
Esteve con Brownie Real Estate SL, vía compra de una sociedad urgente a una
firma especializada. En el momento de la adquisición, figuraba como
administrador único José Taulero Rodríguez, la misma persona que figuraba en
Morfeo Tatoos (sic) SL cuando la adquiere Daniel Esteve como sociedad urgente
en diciembre de 2023. Esteve pasó en ese momento a ser su administrador, al tiempo que cambia el objeto
social a la realización de tatuajes y el nombre original (Virentia Properity SL).
Pero
este empleado de la firma de sociedades urgentes no es lo único que comparten
Sonia Roque Camacho y Esteve, también el objeto social con el que trabajan las
otras sociedades del líder de Desokupa: las actividades inmobiliarias por
cuenta de terceros. Es el objeto social que aflora en Brokerage Real Estate
Intermediary en el momento en que Roque Camacho se coloca como administradora
única y cambia objeto, domicilio y el nombre original de la empresa.
La
opacidad es ley en el entramado de negocios hilvanado por Esteve, pero se
conocen algunas cifras que dan pistas sobre el volumen de ingresos que maneja.
En 2023 su salario como administrador de Conciencia & Respeto 1970 SL fue
de 109.000 euros anuales. La empresa, de la que depende la actividad de
desalojos extrajudiciales de Desokupa, facturó durante ese ejercicio 1,1
millones de euros, pero registró unas pérdidas de 6.909 euros. Si se suman los
ingresos percibidos por Esteve en los últimos cinco años, solo en concepto de
CEO de Conciencia & Respeto 1970 SL, el montante asciende hasta los 798.000
euros.
¿Matón
o especulador? ¿Antisistema o agente protegido y utilizado por el poder
político y económico y el sector inmobiliario? Lo que nadie puede negar es que
Daniel Esteve es un tipo hábil, que distrae a su público y se hace famoso con
sus odiosas peroratas racistas y misóginas mientras entre bambalinas gestiona
un pequeño imperio inmobiliario basado en las coacciones y la violencia contra
personas cuyo único deseo es tener un techo bajo el que vivir.
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