LO DEL SPUTNIK
El trumpismo, por ahora un enfrentamiento con el judicial, una
dramatización del racismo, un recorte descomunal del Estado y un aumento de los
aranceles, ha recibido un duro golpe. La leche se la ha proporcionado DeepSeek,
un satélite chino
Trump, durante la conferencia de prensa sobre el
choque
aéreo en Washington. / Imagen de TV
1-
Hola. Esto es un artículo que he hecho
con mis manitas, como un regalo del Día de la Madre. La idea es ponderar cómo
ha quedado el patio tras el Juntstazo de la semana pasada, para después
observar qué ha aportado en los últimos días el Trumpismo 2.0.
–esa cosa por definir, cuyo significado real será preciso dilucidar lo antes
posible–, para posteriormente finalizar, zas, con algo en verdad notorio, una
noticia trascendental que dibuja la época. A saber: un inesperado satélite
Sputnik vuelve a recorrer el espacio, de manera que, si salen a la ventana,
podrán verlo. Pi-pip-pip. Las noticias en verdad importantes son constatables
al asomarse a la ventana. Más información en el punto 16. Al que se llega, como
ya saben, siguiendo esta línea de puntos que continúa con el punto 2.
2- ¿Cómo ha quedado el patio una semana después de que Junts, también con sus manitas, doblara el precio de las tarjetas de transporte y rebajara más de dos puntos el importe de las pensiones? Pues ha quedado completado con dos dinámicas, que se prolongarán, como poco, hasta el final de la legislatura. Como ya habrán adivinado, se trata de las dinámicas A) y B).
3-
La dinámica A) consiste en que Junts no
sabe si tirarse al tren o al maquinista. Es decir, ha verbalizado que es un
partido de criterio voluble, que diría un párroco. Lo que orienta en la
dirección de que el pack indepe-catalanista-lo-que-sea pasa un momento intenso
de despiste. Es el aludido momento de crisis –histórica, importante, de la que
nadie habla ni hablará en Cat, diría– del catalanismo político, seriamente
fuera de juego, sin un itinerario claro, en ocasiones sin tan siquiera un
léxico claro. En este momento de su crisis, Junts, simplemente, busca la
consecución de medidas cuyo itinerario político es breve o nulo y que tan solo
tienen la función de ser visualizadas por su electorado –a través de la tele,
el punto en el que transcurre la política por aquí abajo– como una
manifestación de poder sobre Moncloa. No hay proyecto. Tan solo, como decimos
en cat, épater le électeur.
Junts,
simplemente, busca la consecución de medidas cuyo itinerario político es breve
o nulo
4-
Veamos, si no, qué ha conseguido Junts
tras su desastrosa votación de la semana pasada y tras una semana de
negociaciones, a tutiplén, con el PSOE. ¿A cambio de qué ha cambiado Junts el
sentido de su voto? Pues de nada. No se lo pierdan.
5-
Está semana se desgajó la ley ómnibus en
un pack económico –que, se supone, se está negociando ahora– y un nuevo decreto
social, con 29 medidas –entre ellas lo de los bonos de transporte, la subida de
las pensiones, las ayudas por el paso de la dana y de Mazón por València…–. Y,
a cambio de votar todo eso, Junts consiguió dos grandes logros. El Gran Logro
a): una suerte de seguro público para los propietarios de pisos ocupados por
sus inquilinos –algo simbólico, pues esa situación no es muy común–. Y el Gran
Logro b), que no es otro que la aceptación de la moción de confianza por parte
de Moncloa, con la que nos adentramos en el festival del humor. No se vayan,
amiguitos.
6-
En la anterior propuesta de Junts,
rechazada por la Mesa, para la cosa moción de confianza –registrada en el
Congreso el pasado diciembre–, se explicaba lo que Junts quería someter al voto
del pleno en estos términos: “El Congreso (…) insta al presidente (…) a
plantear una moción de confianza” –lo que es la sinopsis, breve y exacta, de un
delirio: Junts pedía votar en el Congreso una decisión que es únicamente del
presidente del Ejecutivo; porque yo lo valgo–. Pues bien, en la propuesta de
esta semana, que ha sido aceptada por la Mesa, y que llegaría al hemiciclo a
mediados de febrero, la cosa ha cambiado sucintamente: “El Congreso (…) insta
al presidente de Gobierno (…) a considerar la oportunidad de plantear una
cuestión de confianza conforme la prerrogativa que le confiere la CE78,
atendiendo al carácter político, sin vinculación jurídica, de la presente
iniciativa”. Junts, vamos, no solo rebaja el tono épico del asunto, sino que
viene a reconocer que la petición que se emite cae dentro de su gran
especialidad política: el fake. Es decir, lo negociado entre Junts y
Moncloa es lo siguiente: la Mesa admitirá la petición de Junts. Se tramitará.
Es posible que en un pleno se hable de ella. Pero aún es más posible que no se
vote. Y que, si se vota, no se le hará caso alguno, pues es una resolución
parlamentaria, del tipo no-queremos-que-los-niños-lloren-de-frío-en-el-Trópico.
El Gran Logro b) es, otra vez, el simulacro de algo. Es decir, lo dicho, un fake.
Un parece que. Nada.
7-
La dinámica A) consiste, vamos, en que
Junts ha explicitado, por fin, lo que quiere del Ejecutivo y del Legislativo.
Gestos. Teatrales. No reales. Que puedan ser entendidos por sus votantes
–históricamente, no muy rápidos– como demostraciones de poder. El PSOE no
tendrá problemas en emitirlos. Se han juntado, en fin, el hambre con las ganas
de comer. PSOE y Junts. Es posible intuir, incluso, que esta dinámica de
solicitar funciones teatrales, y de otorgarlas, empezó hace mucho ya, con el
mismísimo acuerdo de legislatura. Y que no se va a interrumpir por ahora. Por
otra parte, Junts ha emitido otro mensaje aún más explícito y lapidario: sí,
votará periódicamente con PP y Vox. Es su carácter. Pero la sangre no llegará
al río / al fin del Gobierno de coalición, pues eso significaría el fin de
Junts. Es más, según el CIS de enero, siete de cada diez votantes de Junts
quieren un gobierno de Sánchez antes que uno PP-Vox. Algo que Junts, que se ha
hecho el loco al respecto por unos días, viene a reconocer y a fijar como
límite.
8-
La dinámica B) alude, a su vez, al
Gobierno, a la gestión de su mayoría parlamentaria. De repente, siendo aún
complicada, se ha vuelto más depurada y sencilla. Tan solo debe emitir
dramatizaciones teatrales, al albur del partido de guerra cultural que las
solicite a cambio de su voto. Es posible que con esta emisión de gestos a la
carta, solicitados por los dos partidos de guerra cultural integrados en la
mayoría parlamentaría del Congreso –el otro es Podemos–, el Gobierno pueda,
incluso, emitir presupuestos, ese preciosismo del siglo XXI. Vivir para ver.
9-
Hasta aquí les he hablado de cosas
importantes. Pero ahora lo haré de cosas más importantes. Trump. Esa catarata
de decisiones, constantes, espectaculares. ¿Qué proporción de agua y espuma ha
tenido esta semana?
10-
Varios jueces federales han congelado
distintas decisiones presidenciales. Así, una jueza federal ha congelado el
congelamiento de las ayudas federales. Al poco de esa decisión, Trump ha
suspendido la orden indefinidamente / se la ha comido con patatas. Los jueces,
vamos, pueden ser un freno a Trump. Precisamente porque –al contrario que en
España– previo al advenimiento de Trump 2.0 los jueces no han firmado
manifiestos, que solo tenían como fin polarizar y reducir a minoría silenciosa
a los miembros de los cuerpos de la Justicia progresistas.
No
defienden al fiscal general, en un caso que los hechos y el periodismo han
explicado como inexistente
11-
Esta semana, por ejemplo, se ha podido
asistir en España a un logro de esos manifiestos, imposible de realizar aún en
EEUU. El fiscal general ha sido interrogado por un juez del
TS. Se trata de un hecho de gran violencia: por primera vez, desde 1936, unos
uniformados –con toga– juzgan a otros. Es decir: no va a haber piedad. Ni, muy
posiblemente, como está ocurriendo, respeto a la ley y a la costumbre. Ni a
honestidad alguna. Tras su interrogatorio, ha habido otro manifiesto. Otro más.
Lo que explica debilidad en el proto-golpismo. En este caso firman 13 fiscales
de mesa / de la Junta de Fiscales. No defienden al fiscal general, en un caso
que los hechos y el periodismo han explicado como inexistente,
sino que le exigen la dimisión, por no haber contestado a las preguntas del
juez instructor. Continuará.
12-
De los puntos 10 y 11 se deduce que EEUU
posee más herramientas que nosotros para enfrentarse, incluso para frenar, la
amenaza antidemocrática. Volvamos a EEUU.
13-
Han empezado las deportaciones. Es
importante ver cómo funcionan esas Nuevas Noches de los Cristales Rotos. Se
trata –por ahora– de sobreactuaciones dramatizadas, si bien con resultados
dramáticos para los deportados. Lo que indica que persiguen antes el miedo que
la deportación. En una de esas redadas participó, como un poli más, la ministra
/ secretaria de Seguridad Nacional –se trata de mi facha favo: una
señora famosa por matar a tiros a su perro; acudió al evento vestida con
chaleco antibalas y gorra de influencer–, que retransmitió el asunto en
redes y en términos épicos y teatrales. Por lo visto, la megarredada –en Nueva
York, donde es inmigrante ilegal hasta el gato– fue un éxito de crítica y
público, pero no de deportados. Lo que puede explicar el género. Por otra
parte, estas expulsiones –en ocasiones en avión; no se pierdan el punto 14– son
insostenibles económicamente en el tiempo. El mismo hecho de querer expulsar a
15 millones de inmigrantes es económicamente insostenible en términos
productivos. ¿Hasta dónde llegará el teatro? ¿Hasta la ruina, es decir, hasta
lo real?
14-
Ha habido un primer conflicto con un
Gobierno extranjero por la cosa deportaciones: el de Gustavo Petro / Colombia.
En ese conflicto han sido importantes dos cosas. Por una parte, el uso, por
parte de Trump, de a) la amenaza de subir los aranceles a Colombia, que fue
determinante para que el Gobierno de Petro aceptara los deportados colombianos
expulsados por Trump. Por otra, b) el uso de la lírica, de la sentimentalidad,
y no de la política, por parte de Petro, como si fuera un cantautor, y no un
político con cargo en uso. Y con responsabilidades. La cosa a) explica un
componente del trumpismo –no se pierdan el punto 15–. Y la b) un peligro para
la política y el periodismo no trumpistas: ser engullidos por el trumpismo, no
describir el trumpismo, no emitir políticas consecuentes a esas descripciones,
sino emitir cursilerías, dramaturgia, esa región del trumpismo. La
sentimentalidad, en fin, en política, es otro bulo.
15-
Sobre los aranceles. Parecen ser la gran
herramienta de Trump. Los ha emitido ya contra Canadá y contra México. Lo que
explica el trumpismo como la búsqueda de beneficios empresariales en un Estado,
esa cosa que no es, en absoluto, una empresa, que tiene otra función y otros
balances y otro tipo de beneficios. La idea es, en todo caso, aumentar
beneficios à gogó con los aranceles. A esos ingresos se le sumaría el
ahorro por el adelgazamiento del Estado. El DOGE, la oficina de Musk, en ese
sentido, pretende desprenderse de 2,3 millones de funcionarios federales,
siguiendo la misma pauta, el mismo léxico que durante el gran despido masivo en
X. Musk pretende quedarse solo con funcionarios que sean fieles al presi y a la
cosa MAGA. Eso supondría la pérdida de la presunta neutralidad del Estado. En
todo caso, el intento no será tan fácil. Existen los sindicatos y las leyes
federales, que impiden esos despidos. El aumento de ingresos por
aranceles y la disminución de gasto –en funcionarios, en gasto social, en
subvención a energías alternativas– permitirían, en todo caso, la prometida
rebaja histórica, sin precedentes desde Reagan, en los impuestos a las empresas
y en el IRPF. Vamos, que las gallinas que entran por las que salen. Y aún quedarían
500.000 millones de dólares de excedente –calculaban; no se pierdan el punto
16– para regalar a las grandes empresas tecnológicas, en lo que sería la mayor
descapitalización del Estado de la Historia. Todo este proyecto es hoy un
castillo en el aire, que en una semana de Trump 2.0 ya ha empezado a
tambalearse. Por dos razones. A saber: a) no está claro que las cuentas de
Trump sean no ya reales, sino verosímiles. Y, por otra parte, hay algo nuevo,
un imprevisto: b) la cosa Sputnik. Lo que nos lleva a hablar de la cosa
Sputnik.
Musk
pretende quedarse solo con funcionarios que sean fieles al presi y a la cosa
MAGA
16-
Un Sputnik es un satélite soviético que
nadie esperaba y que, de pronto, en octubre de 1957, surcó el espacio, dejando
a todo el mundo, especialmente a los EEUU, con cara de tonto. Pues bien. Eso es
lo que ha vuelto a pasar. Esta semana, de pronto, nos despertamos con un nuevo
objeto –como el Sputnik, también oriental– que lo cambia todo y que deja a todo
el mundo, especialmente a EEUU, con cara de tonto. Se trata de DeepSeek, una
propuesta de IA emitida desde China y radicalmente novedosa: es sencilla,
sorprendente, potente, parte de componentes sencillos y baratos, y es
espectacularmente competitiva, sino superior, a la IA de la norteamericana
NVIDIA. Vamos, con un alambre y una caña, China ha puesto en órbita algo que no
solo compite, sino que deja atrás la millonaria propuesta norteamericana. Por
lo que los accionistas han abandonado el proyecto de IA norteamericano. En
masa. En el trance de hacerlo, y en menos de 24h, la estampida ha ocasionado
una descapitalización de NVIDIA por cerca de 600.000 M$ –un récord histórico–.
Esa cantidad supera, por mucho, la bicoca de los 500.000 M$ prometidos por
Trump a –todas, no solo a NVIDIA– las grandes tecnológicas.
17-
DeepSeek, lo que ha hecho, lo que hará,
es, por sí solo, un Sputnik. Un hito. Un antes y un después. El inicio de una
carrera. Que EEUU, en una semana y pico de Trump 2.0, empieza perdiendo, lo que
tendrá serias consecuencias en su programa.
18-
El trumpismo, por ahora, un
enfrentamiento con el judicial, una dramatización del racismo, un recorte
descomunal del Estado y un aumento de los aranceles, que garantiza el pago de
dividendos a los políticos-ejecutivos-de-empresas y la entrega de una cantidad
de dinero espectacular a las empresas-Estado, ha recibido un duro golpe en la
mandíbula. Ahora mismo, está noqueado. La leche se la ha proporcionado
DeepSeek, un satélite Sputnik chino, inesperado. EEUU no podrá responder a ese
reto tan fácilmente. Lo hizo, con dificultades, cuando la carrera espacial,
aquella vinculación de la inteligencia con el Estado. Es poco probable que esa
vinculación ocurra ahora en un Estado adelgazado, sin inteligencia, que
penaliza la inteligencia en su seno.
19-
Si se asoman a la ventana verán un
Sputnik. Aunque no lo vean, Trump lo ve. Y sabe que eso lo cambia todo.
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