«CASO FLICK»
MAITÉ CAMPILLO
El hielo de la corrupción por el que la
ley lava más blanco…
Transforma en democrático lo nazi y en privado lo público. Los sobornos Flick, símbolo de corrupción política en Europa, se convierten sin que la sangre llegue al río, en uno de los mayores escándalos de corrupción de la Alemania occidental: la financiación a los partidos la llevan a cabo cuatro fundaciones alemanas, entre ellas la Friedrich Ebert vinculada a la socialdemocracia sirvieron de tapadera, red de corrupción política y financiera, ¿lo recuerdan?
Es
tan fácil olvidar…
(Nota
basada en el análisis del abogado –represaliado– Juanma Olarieta).
Dicho Consorcio alemán impulsó el despegue del PSOE –sección golpista
encadenada a las alas herméticas del franquismo falangista– tenía su
origen en uno de los suministradores de armamento de Hitler (Eberhard von
Brauchitsch 1969 y 1980). Según el mentado abogado, 1.300 millones de euros se
blanquearon »para el cuidado del paisaje político». Y aunque no estaba incluido
por entonces dentro de la Unión Europea –dicho paisaje– sí
incluía la España posfranquista y más concretamente, al nuevo parto como perpetuidad
del fascismo, a través de un PSOE casi desaparecido, anclado y alicaído en el
exilio. El dinero directamente procedía de Friedrich Karl Flick, que durante
décadas había dirigido uno de los mayores monopolios industriales de Alemania.
Flick había heredado la fortuna del principal suministrador de armamento a
Hitler, su padre. El dinero de los principales nazis de la economía financió el
golpe durante la transición y su primera victoria electoral en 1982
[Parto fascista para la perpetuidad franquista que muchos “izquierdistas” han
abrazado a sus “líderes”: Felipe González y demás diestra como Alfonso Guerra,
cuyo padre fue el primer mando militar que se alzó en Sevilla contra la
República, hasta llegar a Pedro Sánchez entre abrazos, besos y aplausos del
bloque que llaman de las “izquierdas”, al olvido del golpe mortal al originario
PSOE e introducción de la falange dentro como promotores del GAL].
Olarieta nos informa en su artículo que el caso Flick, estalló en 1981, cuando
una inspección del fisco descubrió un documento contable, que recogía pagos en
efectivo a políticos de todos los partidos representados en el Bundestag,
incluidos los ministros de Economía Hans Friderichs y Otto Lambsdorff
<<quienes perdonan al Consorcio Flick impuestos por valor de unos 450
millones de euros>>. Y como en cualquier escándalo de dichas magnitudes,
se constituye su correspondiente comisión parlamentaria de ¨investigación¨,
mascarada a calmar los ánimos y guardar la mierda bajo la alfombra conservando
su democracia, como era de esperar, demorando sobre una interminable
investigación abierta en la que ni Flick, no se acordaba de nada, NADIE
SE ACORDABA DE NADA. El envalentonado von Brauchitsch declaró a forma de
ladridos que no se trataban de sobornos, ¡sino de donaciones! El gran magnate
alemán declaró a lo cordero no saber absolutamente nada, sobre las
transferencias de dinero, buscó un aliado fiel a sacrificar y entregó al
incondicional lugarteniente von Brauchitsch, tras él una serie de conocidos
políticos y banqueros se vieron obligados a dimitir: el entonces ministro de
Economía, el liberal Otto Graf Lambsdorff… En fin que la historia de la
dinastía Flick duplica la de las monarquías, absolutamente corrupta. Su padre
estableció los pilares del poderoso monopolio –que el hijo consolidó–
con el ascenso de los nazis en 1933 logra consolidar el segundo emporio
siderúrgico del III Reich al mando de 48.000 trabajadores forzosos de los
campos de concentración.
Al
finalizar la Segunda Guerra Mundial, el Tribunal de Nuremberg, que
supuestamente condenaba los crímenes del nazismo –le condena de forma
aberrante a siete años de cárcel de los cuales cumple tres– muestra la
catadura del mentado tribunal a lavar el nazismo en la posguerra. Alemania
federal promulgó una ley para indemnizar a las víctimas de los campos de
concentración durante la Segunda Guerra Mundial: así se lava la historia, así
es que las sociedades están como están, así es como don dinero todo lo blanquea
hasta la ley de la trampa, pese a que la familia Flick, estuvo estrechamente
vinculada formó parte del nazismo, y pese a que su fortuna, la acumuló con la
explotación de los antifascistas convictos en los campos de concentración,
¡nadie obligó a Flick a pagar un céntimo!, “como compensación a las víctimas”.
–¿La solución?– No. La solución no era la indemnización sino la
expropiación de los monopolios que es lo que hizo la otra parte de Alemania de
la República Democrática. Cuando el capitalismo alemán “aceptó pagar” las
limosnas blanqueadoras a un fondo común destinado a los antifascistas
represaliados, Flick se niega. Como gran oligarca no está dispuesto a dar ni un
céntimo, argumentando, que la limosna a los trabajadores forzosos a partes
iguales con el gobierno y las empresas privadas alemanas –NO OBLIGABA A
LOS PARTICULARES– señalando que aquellas empresas que durante el III
Reich se encontraban en manos de la familia Flick, o hubieran tenido
participaciones en ellas, como Daimler Benz y Dynamit Nobel ¡Ya habían pagado
su parte que les correspondía a dicho fondo!!!
Después
del escándalo Flick (hijo) decide retirarse y en 1985 vende las empresas
siderúrgicas químicas, de armamento y automotriz –su paquete de acciones
en Daimler Benz– al Deutsche Bank (según Olarieta por 970 millones de
euros). El banco desmembró el monopolio en varias empresas y las sacó a bolsa,
los ingresos por la venta fueron invertidos en bienes inmobiliarios, acciones y
fondos en EEUU, Europa y Asia. En 1994 Flick traslada la sede administrativa de
sus negocios de Düsseldorf, a Viena, donde vivió los últimos años de su vidorra
de rey como lo que era, un nazi, un podrido oligarca. Allí es que murió
plácidamente a sus anchas a la dolce vita en 2006. El antiguo dirigente
democristiano Rainer Barzel también falleció aquel mismo año; en 1984, había dimitido
de la presidencia del Bundestag, cuando en la comisión de investigación del
caso surgió la sospecha de que también había recibido dinero de Flick. Con el
pago maquillado en forma de honorarios de asesoría Flick, había comprado la
retirada del mentado Barzel de la presidencia del partido y del grupo
parlamentario democristiano, para dejar vía libre a Helmut Kohl (el nombre de
Kohl, también figuraba en la relación de sobornados). El fiel sacrificado de
Flick, von Brauchitsch, no sólo le había pagado con dinero sumó caviar a la
cuenta… ¡Lógicamente debe su carrera a Flick, perdón, a la corrupción
política!!! Por lo que para variar, en su declaración el mentado futuro
Canciller, dijo lo que tenía que decir NO ACORDARSE DE NADA ¡Vivían tan bien
para conservar memoria sería pedirles demasiado!!! Al llegar al gobierno la
coalición democristiana-liberal que el nota presidió intentó amnistiar a los
corruptos pero aparentemente el intento fracasó, dicen, que si por la
indignación pública desatada. El capítulo español (a falta del gran escritor
canarión Pérez Galdós), tarda en ser destapado públicamente como era de
esperar, y no se destapó luego después en la ¨España democrática¨ donde
incluida la oposición, oficialista, miraba para otro lado. Sucedió tal como contó
Olarieta en 1984, cuando el diputado socialdemócrata alemán Peter Struck,
declaró a la prensa de su país que otro diputado del mismo partido Hans Jürgen
Wischnewski: ¡Había entregado un millón de marcos a la trama española del
gobierno Felipe –GAL– González!!! La revista alemana Der Spiege
aseguró en 1990, que las primeras entregas de Flick, procedían de los fondos
reservados de los servicios secretos alemanes creados durante el gobierno
socialdemócrata-liberal de Helmut Schmidt (1974-1982) con el consentimiento de
todos los partidos parlamentarios.
Durante
la transición para la entrega encubierta de los sobornos los servicios secretos
alemanes, utilizaron cuatro fundaciones políticas diferentes, especialmente la
Friedrich Ebert, para borrar los rastros del origen del dinero también
falsificaron la documentación. Las donaciones a España y Portugal ascendieron
entre 1978 y 1981: a unos 3,3 millones de euros según Der Spiegel –¿Qué
es lo que trataban de encubrir los servicios secretos y la socialdemocracia?–
La explicación apareció cuando en la comisión del Congreso compareció von
Brauchitsch, representante de Flick, y fue el propio Santiago Carrillo, quien
desmanteló el PCE, que preguntó: »Tengo entendido que el Sr. Flick fue
condenado por el Tribunal de Nuremberg como criminal de guerra nazi. Y creo que
usted es hijo del general que fue jefe del estado mayor de Hitler. Entonces,
¿cómo se explica que ustedes financien al PSOE?”. Von Brauchitsch responde de
forma contundente a la pregunta: <<Tratábamos de cerrar el paso al
comunismo y el partido mejor situado para hacerlo era el PSOE>>. Fue
cuando Felipe González, presidente del gobierno del PSOE, pronunció la célebre
frase: »NO HE RECIBIDO NI UN DURO NI UNA PESETA NI DE FLICK NI DE FLOCK». En la
comisión parlamentaria de investigación los implicados se pusieron de acuerdo
en admitir que la Fundación Friedrich Ebert había destinado, a España, un
millón de marcos, pero encontraron un agujero por el que escaparse <<Lo
percibieron un año antes de que “se prohibiera” a los partidos recibir
donaciones extranjeras>>, y … el Congreso de los Diputados absolvió a
Felipe González con 263 votos a favor <<Aprobó las conclusiones
elaboradas por la comisión acerca de la »inexistencia de pruebas y la falsedad
de las declaraciones»>>. Cuando el truhan corrupto gánster criminal
implicado en los GAL, Felipe González, reconoció haber recibido dinero
proveniente de Alemania declaró: »ERA DINERO PARA UNA CAUSA NOBLE».
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