REMPUJONES EN LA DERECHA GLOBAL
JAVIER AROCA
Un líder descompuesto que descomponga al
PP antes de los plazos previstos para su amenazante fin de etapa pone en jaque
la alternativa deseada del poder madrileño que tampoco le hace ya ascos a
Puigdemont y, nerviosa, quiere ganar tiempo
Moreno Bonilla no quiere que le toquen
al santo y ha exigido al PP mejores relaciones con Puigdemont. El asunto
tiene calado porque si algo aprieta las filas de la derechura andaluza,
incluyendo un sector del socialismo, es su fobia catalana; un valor
electoral que no necesita carteles. Moreno Bonilla, sin embargo, no piensa
ya en Andalucía. Piensa en su futuro más allá de Feijóo. ¿Susanea? No: morenea,
Moreno es más oblicuo, menos racial, y piensa en global, es más suave. Tal
vez porque vea o le hayan dicho que caliente - tiene jueces y juezas
amigos con los que se reúne, ¿quién no?- que lo de Díaz Ayuso puede acabar
mal. Y ahí está el tío.
Curiosamente una señora amiga muy de derecha que opera en la nuez capitalina me advierte: no toquéis tanto a Feijóo que Ayuso acecha y será peor. En realidad, lo leo al revés: Feijóo se tambalea entre las baronías que tienen que comparecer ante las urnas antes que Pedro Sánchez. Un Feijóo que donde decía digo, dice ahora Diego con Puigdemont y que, por su ansia de un triunfo, ha dejado sin sustantivos miles de millones de euros a los que mandan. Un líder descompuesto que descomponga al PP antes de los plazos previstos para su amenazante fin de etapa pone en jaque la alternativa deseada del poder madrileño que tampoco le hace ya ascos a Puigdemont y, nerviosa, quiere ganar tiempo. Algo se mueve en la derechura.
El baile también alcanza a Catalunya y no solo porque el
independentismo ya no se ande con remilgos con la derecha
española. Artur Mas pide a Junts coquetear también con su extrema
derecha explícita, Aliança Catalana. Mas ve perdida ya a ERC y descarta
todo lo demás, es decir, se apunta al futuro, a la derechura global, más eje
ultraderechista catalán que independentista, una distopía a la catalana.
Si hay bulla, que sea con los suyos.
Pobre gente rica del barrio
de Salamanca; Trump ha causado consternación en
las postineras cenas vargasllosistas de la corte a cuyos
comensales/conspiradores les ha cogido sin chándal. Quieren que nos
olvidemos ya de Juan Guaidó, que un poco sí, pero a ver quién se olvida
urgente de Edmundo González.
En fin, que con el todo vale del
trumpismo, y dada por segura la resistencia de Pedro Sánchez y la
pertinaz torpeza de Alberto Núñez Feijóo, empiezan las bullas en la
derechura y los rempujones.
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