EL PLAN DE TRUMP PARA “LIMPIAR” A LOS PALESTINOS DE
GAZA: UNA NUEVA NAKBA EN PROCESO
Las palabras del presidente de
EEUU son una amenaza existencial para quienes ya están siendo víctimas de un
genocidio. Pero en medio de la devastación hay un mensaje claro: Palestina no
está en venta
MAHMOUD MUSHTAHA / AHMED DREMLY
Un grupo de gazatíes regresan a Jabalia tras el alto el fuego
de Israel en enero de 2025. / Omar
El Qataa
En
lo que solo puede describirse como un retorno a la retórica de ocupación
colonial, Donald Trump ha propuesto que Estados Unidos “tome el control” de la
Franja de Gaza, anunciando su intención de transformar el enclave asediado en
la “Riviera de Oriente Medio”. La propuesta, que supuestamente incluye
despoblar Gaza y reasentar a los palestinos en Egipto y Jordania u otros
países, ha sido recibida con ira. En Gaza, las reacciones de la población van
de la indignación a la risa amarga. Para los gazatíes, que han soportado un
bloqueo israelí durante casi dos décadas y actualmente se enfrentan a una
catástrofe humanitaria sin precedentes, la propuesta se percibe como un intento
apenas disfrazado de limpieza étnica.
“Han
utilizado el hambre, los bombardeos, un genocidio para expulsarnos de nuestra
tierra y, aun así, no nos hemos ido –y nunca lo haremos–”, dice Mahmoud Dirawi,
de 65 años, que ha regresado a lo que fue su hogar en la Ciudad de Gaza.
“Esta tierra es parte de mí, y yo soy parte de ella, me niego a pasar más tiempo lejos de mi hogar”
Dirawi
estuvo esperando al borde del corredor de Netzarim impuesto por Israel, la zona
militar que divide Gaza en dos, a que el alto al fuego entrara en vigor, para
volver. “Esta tierra es parte de mí, y yo soy parte de ella”, afirma. “Me niego
a pasar más tiempo lejos de mi hogar”.
Él
y su familia se vieron obligados a huir hacia el sur en noviembre de 2024,
cuando las fuerzas israelíes rodearon el barrio de Jabalia, dejando atrás todo
lo que habían construido. A pesar de los incesantes bombardeos y el
desplazamiento masivo durante el genocidio prolongado de Israel en Gaza, nunca
olvidó su derecho a regresar. “Me arrepiento de haberme ido”, admite. “No
volveré a cometer ese error. Prefiero ser enterrado bajo los escombros de mi
casa que que me expulsen a otra ciudad, incluso dentro de Palestina”, dice.
La
sugerencia de Trump de que los palestinos deberían ser reubicados en Egipto y
Jordania, con Gaza completamente despoblada, ha despertado una respuesta
desafiante.
“Trump
piensa que puede decirnos dónde vivir, como si fuéramos piezas que se mueven en
un tablero”
“Trump
piensa que puede decirnos dónde vivir, como si fuéramos piezas que se mueven en
un tablero”, dice Dirawi con rabia. “¿De repente le preocupa la gente de Gaza?
¿Dónde estaba su preocupación cuando las bombas fabricadas en EEUU llovían
sobre nosotros?”. “Esta es nuestra patria”, continúa. “Ni yo, ni mis hijos, ni
mis nietos la abandonaremos jamás”.
En
lugar de exigir responsabilidades al primer ministro israelí Benjamin Netanyahu
por presuntos crímenes de guerra, el presidente Trump ha desviado la narrativa
proponiendo una toma completa de Gaza. Sus recientes declaraciones sobre
transformar el enclave asediado en un “destino de lujo” han reavivado el
profundo temor al desplazamiento masivo entre los palestinos. El plan de Trump,
que incluye “limpiar” Gaza y reasentar a su población en otros países, ha sido
ampliamente condenado como una forma de limpieza étnica.
Para
los palestinos, estas palabras son mucho más que retórica política: representan
una amenaza existencial. Décadas de bloqueo, guerras y desplazamiento forzado
han convertido la supervivencia en una batalla diaria, y la propuesta de Trump
solo refuerza sus peores temores: que su tierra natal representa una especie de
premio y no un lugar donde tienen derecho a vivir. Pero en medio de la
devastación y la incertidumbre, hay un mensaje claro: Gaza no está en venta.
Dina
Adli, una maestra de primaria de 35 años de Rafah, se ríe con amargura ante la
idea de que Gaza se convierta en un destino turístico. “¿Turistas? ¿Quién
vendrá a un lugar que han reducido a escombros? Primero bombardean nuestras
casas, nuestras escuelas, nuestros hospitales, y ahora quieren construir
hoteles sobre nuestra destrucción. Quieren Gaza, pero no quieren a los
gazatíes”, se lamenta.
El
hogar de Adli fue destruido en un ataque aéreo israelí el año pasado, lo que
obligó a su familia a mudarse a un refugio temporal. “Mi hijo se despierta
llorando en medio de la noche porque cree que los aviones vuelven. Mi hija
pregunta cuándo podrá regresar a su antigua escuela, pero ya no existe. Y ahora
Trump habla de ‘tomar el control’... No tiene idea de lo que está diciendo”.
“Preferimos
morir en nuestra tierra antes que ser exiliados nuevamente como refugiados en
países extranjeros”
El
concepto de desplazamiento forzado no es nuevo para la familia de Adli. Sus
abuelos fueron expulsados de Jaffa en 1948 durante la Nakba. “Mi abuela siempre
me decía: ‘Nunca abandones tu hogar a menos que te arrastren fuera’. Eso es lo
que mi familia sufrió en 1948, y no permitiré que la historia se repita. Si
Trump quiere Gaza sin su gente, tendrá que sacarnos por la fuerza. Preferimos morir
en nuestra tierra antes que ser exiliados nuevamente como refugiados en países
extranjeros”.
“Nuestra
sangre está conectada con la arena de esta tierra”
Hamza
Salha, de 23 años, del norte de Gaza, ve las palabras de Trump como parte de un
esfuerzo más amplio para provocar otro desplazamiento masivo de palestinos, un
eco de la Nakba de 1948, cuando cientos de miles fueron expulsados de sus
hogares.
“Durante
décadas, EEUU e Israel han utilizado todos los medios posibles para obligar a
los palestinos a abandonar su tierra”, relata Hamza. “Han fracasado todas las
veces. Nuestras raíces aquí son demasiado profundas para que alguien nos
borre”.
Hamza
ha sobrevivido a múltiples ofensivas israelíes –en 2008-09, 2012, 2014, 2021 y
ahora un genocidio a gran escala– y ha permanecido en Gaza tras cada ataque.
“He perdido a seres queridos, he visto la destrucción a mi alrededor, pero
nunca he pensado en irme. Esta tierra es nuestra. Ni yo, ni mi generación, ni
mis nietos la abandonaremos”.
Desde
el 7 de octubre de 2023, la familia de Hamza ha soportado bombardeos
incesantes, hambre, enfermedades y un sufrimiento inmenso. Pero para ellos,
irse nunca ha sido una opción. “Nos quedamos en el norte de Gaza a pesar de
todo” –asegura– “nunca consideramos la opción de marcharnos”.
“La
idea de ‘apoderarse’ de Gaza y desplazar a su gente es un ejemplo de manual de
limpieza étnica, que está prohibida por los Convenios de Ginebra”
Raji Sourani,
abogado de derechos humanos y director del Centro Palestino para los Derechos
Humanos en Gaza, no se anda con rodeos: “Lo que Trump sugiere es una violación
flagrante del derecho internacional. La idea de ‘apoderarse’ de Gaza y
desplazar a su gente es un ejemplo de manual de limpieza étnica, que está
prohibida por los Convenios de Ginebra”, explica. “También va en contra del
principio de autodeterminación, una piedra angular del derecho internacional
que garantiza a las personas el derecho a gobernarse a sí mismas y permanecer
en su tierra”.
Sourani
hace hincapié en que las palabras del presidente no solo son incendiarias, sino
peligrosas: “Está diciéndole al mundo que las naciones poderosas pueden
redefinir las fronteras y desplazar a las personas a voluntad. Eso no es solo
una amenaza para los palestinos; es una amenaza para la estabilidad mundial”. Y
añade que este tipo de lenguaje se ha utilizado para justificar el colonialismo
y las ocupaciones militares.
Un
futuro definido por los palestinos, no por planes extranjeros
Como
ha demostrado la historia, los palestinos han resistido la desposesión durante
décadas, y su determinación de quedarse se mantiene intacta.
“El
discurso de Trump es colonialista, impulsado por agendas de extrema derecha para
eliminar la solución de dos Estados”
“El
discurso de Trump es colonialista, impulsado por agendas de extrema derecha
para eliminar la solución de dos Estados”, dice Al-Banna, un joven
investigador. “No necesitamos otro plan para Gaza. Necesitamos el fin del
asedio, de la ocupación y de la violencia. Y necesitamos que el mundo deje de
tratarnos como si fuéramos desechables”.
De
momento, el pueblo de Gaza permanece en su lugar; no como peones en la visión
de otro, sino como un pueblo decidido a definir su propio futuro. “Gaza no está
en venta. Igual que fracasó el llamado ‘Acuerdo del siglo’ y colapsó el plan
para evacuar todo el norte de Gaza, este plan también fracasará, inshallah”,
concluye Al-Banna.
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