PARA LA IZQUIERDA DELITOS, PARA
LA DERECHA DERECHOS
ANTONIO MAESTRE
El problema no es que se fiscalice al
hermano de Sánchez o a su esposa, eso es lo que tendría que hacerse siempre,
esa es la clave, siempre. Pero la conclusión que solo queda sacar es que hay
hechos que para la izquierda son delitos que para la derecha son derechos. Y
eso sin que se haya certificado en caso alguno que haya algún delito en lo
investigado
Investigar judicialmente que una administración cree una plaza o un puesto para colocar a alguien determinado solo en el caso del hermano de Pedro Sánchez es una broma de mal gusto en un país donde Isabel Díaz Ayuso creó la Oficina del español solo para ponerle a Toni Cantó el cargo de director general con más de 75.000 euros al año. La broma alcanza dimensiones incalculables cuando la misma Ayuso acabó cerrando la ocurrencia en cuanto Toni Cantó abandonó el chiringuito. Pero no es el único que ha disfrutado de estos regalos con nuestro dinero. Esperanza Aguirre hizo lo mismo con Santiago Abascal al darle una paguita a través de la Fundación para el Mecenazgo y el Patrocinio Social que tenía como único objetivo darle más de 80.000 euros al año al ahora líder de VOX para que pudiera seguir viviendo sin trabajar, como hasta el día de hoy y desde que se hizo concejal.
El caso del hermano de Pedro Sánchez o el de Begoña Gómez tienen
su réplica con familiares de Juanma Moreno Bonilla. Solo con la hermana y la
pareja del presidente de la Junta de Andalucía se pueden encontrar casos de
igual calado que jamás se investigaron, no ya con el celo con el que se lo
proponen de manera prospectiva jueces de parte como el juez Peinado, sino de
ninguna manera. Pongamos sobre la mesa que a Begoña Gómez se la está
investigando por hacer negocios incompatibles con su condición de esposa del
presidente del gobierno. Es el mismo caso que tendría que afrontar Manuela
Villena, esposa de Juan Manuel Moreno Bonilla, que como alto cargo de la
cooperativa Bidafarma recibió contratos por parte de la Junta de Andalucía por
valor por encima de los siete millones de euros. El asunto es más llamativo
porque los negocios se dieron con la administración que preside su marido. Pero
no teman, jamás ningún juez iniciará un proceso prospectivo investigando toda
la vida de Manuela Villena para buscar algún ilícito e ir cambiando el proceso
sobre la marcha si no encuentra nada en lo que comienza a investigar.
Las similitudes entre los casos del hermano de Pedro Sánchez y
la de Juan Manuel Moreno Bonilla son un espejo con más gravedad en el caso de
la familiar del presidente de la Junta de Andalucía sin que nunca ningún juez
se inmiscuyera de manera tan procelosa en el proceso de adjudicación. María
Dolores Moreno Bonilla es la hermana del presidente de la Junta de Andalucía y
fue nombrada el 14 de junio de 2019 directora del Conservatorio
Superior de Danza Ángel Pericet de Málaga con una
puntuación de 38,20 puntos sobre 50. No sería una noticia demasiada extraña si
no fuera porque Esperanza Utrera logró 49,20 sobre 50. La afectada denunció y
la Fiscalía se opuso a la denuncia porque avaló que en el proceso se produjese
“una cierta discrecionalidad”. Se archivó y a otra cosa. Nunca importó que
se reconociera que en el proceso la puntuación y los méritos no fueran lo más
relevante sino el hecho de que se la pusiera con discrecionalidad y reconocido
por la fiscalía.
Perseguir el hecho de que una empresa privada contrate a un
político o a su familiar por el simple hecho de serlo es una de las cosas más
divertidas que ha hecho el juez Peinado, y mira que el tipo no tiene
miramientos en hacer el ridículo y enterrar su escasa credibilidad como
jurista, pero esa es de las mejores. El caso de la imputación a Juan José
Güemes como responsable de una empresa privada por haber contratado a Begoña
Gómez por ser la mujer del presidente del gobierno es de aurora boreal. No me
voy a quejar de que ahora el capital social sea motivo de delito porque eso sí
que influiría de manera estructural en la meritocracia. Lo que está encausando
el juez Peinado es que las puertas giratorias sean delito y se contrate a la
gente por el apellido. Ningún problema con eso. Los bufetes de abogados y las
empresas del IBEX 35 se van a quedar sin consejos de administración y socios
como eso se extienda. Pero no se va a extender, porque no se persigue un hecho,
se persigue a la persona con cualquier excusa peregrina.
Una de las últimas ocurrencias del juez Peinado es encausar a la
asesora de Begoña Gómez, la que tienen asignadas todas las esposas del
presidente del Gobierno, en Moncloa por ayudarla en asuntos privados. Yo
entiendo que eso pueda considerarse como malversación si eso se hubiera
considerado malversación cuando se producía con el resto de esposas que tuvieron
asesores ayudándole en esas tareas e incluso con el uso de fondos públicos para
atender a familiares. Esos son los casos que sucedieron con Mariano Rajoy, ya
que su esposa tenía al ahora diputado Jaime De Los Santos como asesor y la
acompañaba por el barrio de Salamanca a hacer compras y el propio presidente
utilizó los recursos públicos para atender en Moncloa a su padre enfermo
poniéndole atención especial a nuestro cargo. No creo que ambas cosas debieran
ser delito, creo que es algo que ambos deben poder hacer. Pero es indicativo
del proceso en el que nos vemos inmersos cuando lo tolerado para la derecha es
perseguido penalmente cuando gobierna la izquierda.
El problema no es que se fiscalice al hermano de Pedro Sánchez o
a su esposa, eso es lo que tendría que hacerse siempre, esa es la clave,
siempre. Pero la conclusión que solo queda sacar de esta relación de causas,
procesos y sucesos es que hay hechos que para la izquierda son delitos que para
la derecha son derechos. Y eso sin que se haya certificado en caso alguno que
haya algún delito en lo investigado. Una justicia que no es igual para todos
solo es represión ideológica.
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