jueves, 13 de febrero de 2025

DESOKUPA ES SÓLO LA PUNTA DEL ICEBERG

DESOKUPA ES SÓLO LA PUNTA DEL ICEBERG

POR ALEJANDRA JACINTO

Cientos de personas durante una manifestación por una vivienda digna, en Madrid.Matias Chiofalo / Europa Press

La actual crisis de emergencia habitacional que atravesamos, provocada por un mercado inmobiliario absolutamente asalvajado e intervenido a favor de quienes tienen intereses especulativos, está provocando un ecosistema en el que proliferan múltiples formas de abuso inmobiliario. Abusos que van desde de trocear viviendas que no cuentan ni con condiciones de habitabilidad para subarrendar habitaciones en verdaderas condiciones de hacinamiento, hasta promocionar prácticas éticamente repugnantes y penalmente reprochables como adquirir viviendas con “bicho dentro”, a los que se trata de desahuciar a través de métodos ilegales.  

Los “bichos” suelen ser familias en situación de vulnerabilidad que no tienen otro sitio mejor donde vivir, si no ¡de qué iban a permanecer en esas condiciones habitacionales y de inseguridad residencial!

“Se busca vivienda para invertir”, “ Oportunidad inmobiliaria”, “María y Juan buscan piso urgente por esta zona”, “Se vende vivienda con okupa dentro”; estos son algunos de los anuncios que podemos encontrar en el parabrisas de nuestro coche, en el buzón de nuestro portal o incluso en páginas web de reconocidas inmobiliarias.

La picaresca rentista no tiene límites ni escrúpulos. Aunque creo que debemos dejar de llamarle picaresca pues pareciera que le quita hierro a lo que son comportamientos y actuaciones, en muchos casos, delictivos. De hecho, en los últimos tiempos no han dejado de proliferar empresas que dicen dedicarse a la mediación y ofrecen servicios exprés para conseguir desalojar viviendas de forma eficiente. Ofrecen incluso un cien por cien de garantía de éxito. ¿Cómo logran el éxito? Amenazando, coaccionando y haciendo la vida imposible a quienes habitan en la vivienda, normalmente con contratos de alquiler cuyo impago ha sido provocado por el propio propietario para colocar al inquilino en una situación de lo que ellos denominan “inquiokupación”. Un concepto que no existe ni en la RAE ni en la legislación penal o civil. Un nuevo calificativo que busca criminalizar a aquellos inquilinos “poco rentables” que, o bien no pueden pagar el alquiler al ser víctimas de subidas desorbitadas, o a los que el casero -a menudo un multipropietario que se dedica a la promoción y gestión inmobiliaria- ha extinguido el contrato de arrendamiento y ha dejado de cobrarles el alquiler como estrategia para provocar un impago, encontrar la justificación para poder echarles y poner de nuevo un anuncio de “vivienda en alquiler” pidiendo el doble del precio.

Lo cierto es que el negocio del miedo parece inflar cada vez más cuentas de resultados, pues no dejan de proliferar todo tipo de empresas cuyo negocio radica, precisamente, en infundir y difundir la sensación de que tu vivienda puede ser okupada en cualquier momento. Y todo ello, a pesar de que el número de okupaciones lleva dos años cayendo y es un problema residual que afecta al 0,057% del parque de viviendas. Sin embargo, tal y como recoge la última encuesta de 40db, la percepción ciudadana del problema es 893 veces mayor de lo que es y la sensación generalizada es que afecta a uno de cada dos españoles.

El negocio del miedo funcionando a pleno rendimiento. Y es que no es para menos teniendo en cuenta el bombardeo continuo de propaganda y anuncios de empresas como Securitas Direct, Alquiler Seguro, Agencia Negociadora del Alquiler, o incluso de aseguradoras de reconocido prestigio que utilizan técnicas de publicidad engañosa para ofrecer coberturas que, jurídicamente, no se pueden cubrir. Conviene recordar que si alguien “okupa” el domicilio de otra persona, tu casa, no es ni un inquiokupa ni un okupa, es un caso de allanamiento de morada que conlleva el desalojo inmediato cuyo “riesgo” no está entre las coberturas ofrecidas. Si a esto le sumamos horas y horas de tertulias alertando sobre este fenómeno tenemos el resultado que tenemos: una cortina de humo perfecta para no hablar de las causas que subyacen a la problemática real y generalizada de la población: la falta de acceso a la vivienda. Un negocio redondo.

Y tan redondo como que portales inmobiliarios como Idealista en su propia web difunden estos consejos: “Beneficios de comprar un piso okupado de un banco” ( sí, aquí se les ve el plumero y se les escapa que normalmente los pisos que se “okupan” suelen ser viviendas vacías en manos de entidades financieras. De hecho, suelen ser viviendas que quedaron vacías tras desahuciar a familias víctimas de ejecuciones hipotecarias, pero esto da para otro artículo). Como decía, en una búsqueda rápida en Idealista, podemos encontrar los siguientes consejos:

“Hay algunos beneficios de comprar pisos de banco con okupas:

-Las viviendas okupadas suelen venderse por un precio más bajo que las viviendas vacías, ya que los vendedores pretenden deshacerse de ellas lo antes posible.

-Las viviendas con okupas pueden ser una buena inversión si se compran a un precio más bajo, después se rehabilitan y posteriormente se venden o alquilan.

-Pueden ser una buena opción para las personas que quieren comprar una vivienda, pero no tienen tiempo ni dinero para rehabilitarla, siempre que los okupas la hayan dejado en buen estado”.

Así que sí, si eres un inversor, lo que más te conviene es comprar una casa “con bicho dentro”, y como la justicia va tan lenta y se protege tanto al vulnerable – nótese la ironía o simplemente de un paseo por su barrio- lo mejor que puedes hacer es contratar a alguna empresa de “desokupación” por unos tres mil euros, que ya se encargarán ellos de desalojar a quien viva allí aunque para eso haya que tirar de amenazas, coacciones y acoso inmobiliario que, por cierto, es un subtipo agravado de coacción cuando estas se realizan sobre el domicilio habitual de una persona, artículos 172 y 173 del Código Penal.

La rentabilidad está asegurada, tan es así que a Daniel Esteve le han salido imitadores y hoy en día podemos encontrar múltiples empresas como Desokupacyl, Bastión Desokupación, Desokupalcarria, etc, que todas tienen algo en común a la Desokupa original: sus miembros parecen sacados de American History X. Dicen dedicarse a la “mediación” inmobiliaria y fíjate tú lo que median, que garantizan que el resultado de la mediación sea un desalojo forzoso sin orden judicial y al margen del Estado de derecho con la presunta comisión de delitos mediante. La ilustración perfecta de aquello de “tomarse la justicia por su mano”. Infalible.

Todo este entramado tiene, no obstante, algunas grietas. Los comportamientos abusivos, el mobbing inmobiliario, las prácticas mafiosas, la publicidad engañosa, la especulación en su máxima expresión, tienen cada vez una mayor respuesta, repulsa y denuncia por parte de la ciudadanía, como se vio el pasado domingo en la manifestación por el derecho a la vivienda en Madrid. Ahora sólo nos falta que algún juez justo una la línea de puntos, siga la pista del dinero y califique a estos pícaros como lo que, presuntamente, son: organizaciones criminales.

Basta ya de abusos e impunidad.

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario