LA GRAN ESTAFA DEL PRESIDENTE ARGENTINO
Javier Milei — Mariana Nedelcu / Zuma
Press / ContactoPhoto
El capitalismo financiero ha convertido el mundo en un tablero donde los especuladores juegan con la vida de los pueblos
Argentina
se despierta cada día con un nuevo escándalo, pero este supera todos los
récords. Lo que pasó con la criptomoneda "LIBRA" es un fraude
descarado, a plena luz del día, con la firma del mismísimo presidente de la
Nación. Javier Milei fue el partícipe necesario de una estafa multimillonaria
que afectó a decenas de miles de argentinos.
Ayer, por
redes sociales, el presidente promovió la compra de este token montado sobre la
red Solana, asegurando que serviría para "financiar emprendimientos
argentinos". Lo dijo él, el que se llena la boca hablando de la casta y
del mercado, el que vendió su imagen de economista libertario para que miles de
ciudadanos confiaran en su palabra. ¿Pero qué pasó en realidad? Lo de siempre:
unos pocos vivos hacen la diferencia a costa de muchos damnificados.
Antes del anuncio de Milei, ya había unos cuantos que sabían lo que venía. Se habían posicionado en LIBRA cuando no valía nada: tres personas controlaban el 70% del token, y uno solo tenía la mitad. Apenas Milei lanzó su mensaje, la gente corrió a comprar creyendo que sería una oportunidad única. Y ahí se dio el golpe maestro: la demanda explotó, el precio subió y los que estaban adentro desde antes vendieron con ganancias millonarias. Cuando ya no quedaba más por exprimir, el precio se desplomó y miles perdieron lo invertido.
Es el
manual básico de la estafa financiera: insider trading, manipulación de
mercado y vaciamiento planificado.
El dato
más escandaloso es que el desarrollador del proyecto se había reunido con Milei
hace apenas un mes. No fue casualidad, no fue una confusión, no fue un
error: fue premeditado. Si funcionarios, amigos o testaferros del
gobierno participaron de este saqueo, estamos ante uno de los mayores hechos de
corrupción de la historia argentina.
Durante
seis horas, el tuit del presidente estuvo online mientras la estafa se
consumaba. Nadie del gobierno salió a dar explicaciones. Cuando la maniobra ya
estaba terminada y los millones transferidos a bolsillos privados, Milei se
victimizó, como si él fuera el engañado y no el estafador. Pero los números no
mienten: expertos, como Santiago Siri, estiman que 40.000 personas fueron
perjudicadas y que el volumen total de la operación rondó los 2.000
millones de dólares.
¿Y ahora
qué? Ahora vamos por la justicia.
La semana
que viene, nuestro compañero Itai Hagman, economista y diputado nacional,
presentará una denuncia penal contra los responsables de esta maniobra
fraudulenta, incluyendo al presidente de la Nación por violación del artículo
265 del Código Penal. Además, desde Argentina Humana estamos
iniciando una acción colectiva para que los damnificados puedan recuperar lo
que les robaron. Si caíste en esta estafa, podés sumarte llenando este formulario.
El capitalismo en su fase más
salvaje se basa en una lógica simple: unos pocos ganan mucho mientras las
mayorías pierden todo
Las
estafas financieras no son errores del sistema, son el sistema.
Desde las burbujas especulativas hasta los fraudes con criptomonedas, pasando
por los fondos buitre y la bicicleta financiera, el capitalismo en su fase más
salvaje se basa en una lógica simple: unos pocos ganan mucho mientras
las mayorías pierden todo.
No es
casualidad que cada crisis financiera termine con miles de ahorristas
arruinados mientras los grandes jugadores siguen su camino como si nada. Se
repite una y otra vez: la timba financiera es un casino donde la casa siempre
gana, y la casa son los mismos de siempre. La idea de que cualquiera puede
hacerse rico con una inversión "inteligente" es la zanahoria que
ponen adelante para que la gente corra detrás, pero el resultado es predecible:
el que tiene información privilegiada, acceso al poder y control sobre los
mercados, es el que se lleva la ganancia.
El caso
de LIBRA no es una anomalía, es un eslabón más en la cadena de estafas que
viene engordando el capitalismo financiero global. La promesa de "libertad
económica" que venden los libertarios es una farsa: no hay libertad cuando
un puñado de tipos maneja el dinero del mundo, cuando se usan los ahorros de la
gente con maniobras fraudulentas, cuando las reglas del juego están escritas
para beneficiar a los mismos de siempre.
Pero esto
no es solo un problema de fraudes puntuales, es un problema estructural.
Mientras la producción, el trabajo y la economía real quedan en segundo plano,
el capital especulativo se mueve sin control, sin regulación y sin
consecuencias para los que juegan con la vida de millones. Un país que deja que
la especulación reemplace la inversión productiva está condenado al saqueo. Y
esto no se resuelve con más "mano invisible", sino poniendo la
dignidad humana en el centro con un Estado planificador, regulaciones
firmes y justicia real.
No se
trata de demonizar el mercado, sino de entender que sin reglas claras y sin un
poder político que defienda a las mayorías, el mercado es solo un campo de caza
para los más fuertes. Y hoy, los lobos financieros no tienen ninguna
restricción para devorar el esfuerzo de la gente.
El
capitalismo financiero ha convertido el mundo en un tablero donde los
especuladores juegan con la vida de los pueblos. No hay justicia social
sin frenar esta locura. No hay soberanía sin recuperar el control sobre el
dinero. No hay futuro sin terminar con el saqueo financiero.
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