martes, 18 de febrero de 2025

LA GRAN ESTAFA DEL PRESIDENTE ARGENTINO

LA GRAN ESTAFA DEL PRESIDENTE ARGENTINO

JUAN GRABOIS 

 

Javier Milei — Mariana Nedelcu / Zuma Press / ContactoPhoto

El capitalismo financiero ha convertido el mundo en un tablero donde los especuladores juegan con la vida de los pueblos 

Argentina se despierta cada día con un nuevo escándalo, pero este supera todos los récords. Lo que pasó con la criptomoneda "LIBRA" es un fraude descarado, a plena luz del día, con la firma del mismísimo presidente de la Nación. Javier Milei fue el partícipe necesario de una estafa multimillonaria que afectó a decenas de miles de argentinos.

Ayer, por redes sociales, el presidente promovió la compra de este token montado sobre la red Solana, asegurando que serviría para "financiar emprendimientos argentinos". Lo dijo él, el que se llena la boca hablando de la casta y del mercado, el que vendió su imagen de economista libertario para que miles de ciudadanos confiaran en su palabra. ¿Pero qué pasó en realidad? Lo de siempre: unos pocos vivos hacen la diferencia a costa de muchos damnificados.

Antes del anuncio de Milei, ya había unos cuantos que sabían lo que venía. Se habían posicionado en LIBRA cuando no valía nada: tres personas controlaban el 70% del token, y uno solo tenía la mitad. Apenas Milei lanzó su mensaje, la gente corrió a comprar creyendo que sería una oportunidad única. Y ahí se dio el golpe maestro: la demanda explotó, el precio subió y los que estaban adentro desde antes vendieron con ganancias millonarias. Cuando ya no quedaba más por exprimir, el precio se desplomó y miles perdieron lo invertido.

Es el manual básico de la estafa financiera: insider trading, manipulación de mercado y vaciamiento planificado.

El dato más escandaloso es que el desarrollador del proyecto se había reunido con Milei hace apenas un mes. No fue casualidad, no fue una confusión, no fue un error: fue premeditado. Si funcionarios, amigos o testaferros del gobierno participaron de este saqueo, estamos ante uno de los mayores hechos de corrupción de la historia argentina.

Durante seis horas, el tuit del presidente estuvo online mientras la estafa se consumaba. Nadie del gobierno salió a dar explicaciones. Cuando la maniobra ya estaba terminada y los millones transferidos a bolsillos privados, Milei se victimizó, como si él fuera el engañado y no el estafador. Pero los números no mienten: expertos, como Santiago Siri, estiman que 40.000 personas fueron perjudicadas y que el volumen total de la operación rondó los 2.000 millones de dólares.

 

¿Y ahora qué? Ahora vamos por la justicia.

La semana que viene, nuestro compañero Itai Hagman, economista y diputado nacional, presentará una denuncia penal contra los responsables de esta maniobra fraudulenta, incluyendo al presidente de la Nación por violación del artículo 265 del Código Penal. Además, desde Argentina Humana estamos iniciando una acción colectiva para que los damnificados puedan recuperar lo que les robaron. Si caíste en esta estafa, podés sumarte llenando este formulario.

El capitalismo en su fase más salvaje se basa en una lógica simple: unos pocos ganan mucho mientras las mayorías pierden todo

Las estafas financieras no son errores del sistema, son el sistema. Desde las burbujas especulativas hasta los fraudes con criptomonedas, pasando por los fondos buitre y la bicicleta financiera, el capitalismo en su fase más salvaje se basa en una lógica simple: unos pocos ganan mucho mientras las mayorías pierden todo.

No es casualidad que cada crisis financiera termine con miles de ahorristas arruinados mientras los grandes jugadores siguen su camino como si nada. Se repite una y otra vez: la timba financiera es un casino donde la casa siempre gana, y la casa son los mismos de siempre. La idea de que cualquiera puede hacerse rico con una inversión "inteligente" es la zanahoria que ponen adelante para que la gente corra detrás, pero el resultado es predecible: el que tiene información privilegiada, acceso al poder y control sobre los mercados, es el que se lleva la ganancia.

El caso de LIBRA no es una anomalía, es un eslabón más en la cadena de estafas que viene engordando el capitalismo financiero global. La promesa de "libertad económica" que venden los libertarios es una farsa: no hay libertad cuando un puñado de tipos maneja el dinero del mundo, cuando se usan los ahorros de la gente con maniobras fraudulentas, cuando las reglas del juego están escritas para beneficiar a los mismos de siempre.

Pero esto no es solo un problema de fraudes puntuales, es un problema estructural. Mientras la producción, el trabajo y la economía real quedan en segundo plano, el capital especulativo se mueve sin control, sin regulación y sin consecuencias para los que juegan con la vida de millones. Un país que deja que la especulación reemplace la inversión productiva está condenado al saqueo. Y esto no se resuelve con más "mano invisible", sino poniendo la dignidad humana en el centro con un Estado planificador, regulaciones firmes y justicia real.

No se trata de demonizar el mercado, sino de entender que sin reglas claras y sin un poder político que defienda a las mayorías, el mercado es solo un campo de caza para los más fuertes. Y hoy, los lobos financieros no tienen ninguna restricción para devorar el esfuerzo de la gente.

El capitalismo financiero ha convertido el mundo en un tablero donde los especuladores juegan con la vida de los pueblos. No hay justicia social sin frenar esta locura. No hay soberanía sin recuperar el control sobre el dinero. No hay futuro sin terminar con el saqueo financiero.

 

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