EL MOMENTO DE FRENAR A TRUMP
Donald Trump inició su guerra de aranceles en
Norteamérica y envió al secretario de Estado, Marco Rubio, a Panamá ¿Cuánto más
esperará el resto del mundo para ponerle un freno?
DIARIO RED
Donald Trump — CNN
Una de
las preguntas políticas fundamentales, cuando aparece un movimiento
autoritario, violento y oscuro en el mundo, es si los demás países harán algo
para frenarlo, y en qué momento. Europa debe recordarlo bien: Hace 90 años,
muchos países tuvieron dudas respecto del nivel de contundencia que había que
ejercer contra Adolf Hitler, hasta que ya fue demasiado tarde. ¿Cuántas cosas
logrará destruir Donald Trump antes de que el mundo reaccione?
Ni siquiera se han cumplido dos semanas del regreso de Donald Trump a la Casa Blanca y todos los días el mundo espera noticias de alguna nueva medida que genere una crisis. La última fue este sábado, al iniciar una guerra arancelaria en Norteamérica con la imposición de aranceles a sus tres principales socios comerciales: México, China y Canadá. Lo hizo con prepotencia, desde su casa club en Florida, donde firmó las órdenes ejecutivas para establecer un aumento generalizado de 25 por ciento de aranceles a productos de México y Canadá a partir del 4 de febrero. A los productos canadienses relacionados con la energía se les aplicará un arancel de 10 por ciento. En el caso de China, el nuevo arancel será de 10 por ciento adicional sobre los que ya se cobran. La orden ejecutiva incluye un mecanismo para aumentar los aranceles a los países afectados si estos responden con aranceles. “Creo que podría haber alguna perturbación temporal, de corto plazo, y la gente lo entenderá”, dijo Trump. “Los aranceles nos harán muy ricos y muy fuertes”.
Pero no
se quedó ahí. El comunicado emitido por la Casa Blanca, aseguró, sin pruebas,
que "las organizaciones mexicanas de narcotráfico tienen una alianza
intolerable con el gobierno de México (…) El gobierno de México ha
proporcionado refugios seguros a los cárteles para que se dediquen a la fabricación
y el transporte de narcóticos peligrosos, que en conjunto han provocado la
muerte por sobredosis de cientos de miles de víctimas estadunidenses".
Desde
México, la presidenta Claudia Sheinbaum respondió: “Rechazamos categóricamente
la calumnia que hace la Casa Blanca al Gobierno de México de tener alianzas con
organizaciones criminales, así como cualquier intención injerencista en nuestro
territorio. Si en algún lugar existe tal alianza es en las armerías de los
Estados Unidos que venden armas de alto poder a estos grupos criminales”,
escribió Sheinbaum en su cuenta de X.
México no quiere una
confrontación y propone establecer una mesa de trabajo con los mejores equipos
de seguridad y salud pública para que el fentanilo no llegue a Estados Unidos ni
a ninguna parte
El
mensaje de la mandataria aclara que México no quiere una confrontación y
propone establecer una mesa de trabajo con los mejores equipos de seguridad y
salud pública para que el fentanilo no llegue a Estados Unidos ni a ninguna
parte. Pero aclara que la soberanía “no es negociable” y que “no es con la
imposición de los aranceles como se resuelven los problemas”. En el último
párrafo de su mensaje, Sheinbaum instruye al secretario de Economía para
implementar el “Plan B”, que incluye “medidas arancelarias y no arancelarias en
defensa de los intereses de México”. El gobierno mexicano no ha detallado
cuáles serán esas medidas.
Cerca de
las 20:30 horas, el Primer Ministro de Canadá, Justin Trudeau anunció en
conferencia de prensa que su país impondrá aranceles del 25 por ciento a
Estados Unidos como respuesta a las medidas ordenadas por Trump. También
confirmó que tendrá una conversación con la presidenta de México para entablar
acuerdos sobre el T-MEC, tratado de libre comercio al que los ambos países y
Estados Unidos pertenecen y que Trump prácticamente está sepultando.
“Nosotros
no queríamos esto, pero Canadá se encuentra preparado”, dijo Trudeau.
Trump
está probando a sus vecinos. Está midiendo cuánto pueden responder, como
ocurrió hace una semana con el gobierno colombiano. Pero es un error pensar
que, como lo hizo en su primera administración, será un gobierno de
bravuconadas.
“Donald
Trump suena igual, pero su Casa Blanca no podría ser más distinta”, dice un
artículo publicado por la agencia AP, que narra como con Trump regresaron las
maratónicas sesiones de preguntas y respuestas, la alfombra ovalada de color
crema de la Oficina Oval, el botón de Diet Coke en el escritorio Resolute, las
publicaciones nocturnas en redes sociales y la avalancha de órdenes ejecutivas.
Pero eso no solo eso dice el artículo. Trump también ha congelado el gasto y
las contrataciones federales, ofreció indemnización por despido a más de dos
millones de trabajadores gubernamentales; terminó con los esfuerzos federales
por la diversidad; indultó a los manifestantes del asalto al Capitolio;
advirtió que llevará a migrantes en Guantánamo y “deshecho años de acciones de
sus predecesores con un trazo de su rotulador Sharpie”. “Trump 2.0 se ve y
suena mucho como en su primera etapa. Pero esta vez, el presidente tiene mucha
más experiencia y está rodeado de un equipo que ha pasado años planificando su
regreso a la Casa Blanca, desatando una rápida sucesión de medidas que ponen a
prueba los límites del poder presidencial, siembran confusión y atraen la furia
de los demócratas, que no están de cómo detenerlo”.
El pasmo
evidente de los demócratas se suma al de los gobiernos de Europa, incluido el
de España, que no atinan siquiera a enunciar una condena, a pesar de que Trump
ya advirtió que también tiene en la mira a la Unión Europea, para la imposición
de aranceles e incluso para la intervención militar en Groelandia.
Las respuestas más fuertes a
las medidas del mandatario estadunidense han llegado de los gobiernos
progresistas de América Latina
Hasta
ahora, las respuestas más fuertes a las medidas del mandatario estadunidense
han llegado de los gobiernos progresistas de América Latina, que en una
correlación de fuerzas muy desigual han intentado enfrentarlo. Pero cada día,
Trump va midiendo hasta dónde lo dejan avanzar. Si los países no le ponen
freno, irá escalando en su proyecto político expansionista.
La guerra
arancelaria que ha iniciado es la punta de lanza de un proyecto político mucho
mayor. Los cálculos meramente económicos resultan insuficientes, ante el avance
de este nuevo tipo de fascismo adaptado al siglo XXI. Y las consecuencias de no
detenerlo a tiempo pueden ser gravísimas para todos los pueblos del planeta.
No hay comentarios:
Publicar un comentario