¿GUERRA CONTRA IRÁN?
POR
VIJAY PRASHAD.
A
principios de enero, una parte importante de las fuerzas militares iraníes
participó en un gran ejercicio militar llamado Payambar-e Azam (Gran Profeta),
que ya lleva 19 años realizándose de forma anual. Entre estas fuerzas se
encontraban el Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica (CGRI) y la Fuerza
de Resistencia Basij, que participaron de los ejercicios de aire, tierra y mar.
Las prácticas comenzaron en la provincia occidental iraní de Kermanshah, con la
Brigada Mirza Kuchak Khan a la cabeza. Mirza Kuchak Khan (1880-1921) dirigió con
éxito el levantamiento de Jangal (bosque) en el norte de Irán en 1918 contra
los británicos y las fuerzas contrarrevolucionarias zaristas. Después, tras su
triunfo, creó la efímera República Socialista de Gilan en junio de 1920 (que
acabó siendo derrocada por las fuerzas del sha en septiembre de 1921).
Que una brigada de las fuerzas de la República Islámica lleve el nombre de este guerrero socialista es interesante en sí mismo, pero no guarda relación con el hecho de que estas Fuerzas Especiales estén desempeñando ahora un papel protagónico en lo que parecen ser serios ejercicios militares para la defensa del Estado iraní contra un posible ataque.
Los
ejercicios militares comenzaron el 3 de enero de 2025, fecha en la que se
conmemora el quinto aniversario del asesinato, por parte de los EEUU, del
general Qasem Soleimani, líder de la Fuerza Quds del CGRI. La Fuerza Quds es
responsable de las operaciones militares iraníes fuera de las fronteras del
país, incluida la construcción del Eje de la Resistencia. Este último incluye
varios Gobiernos proiraníes y fuerzas militares no gubernamentales (como
Hezbolá en Líbano).
El
asesinato de Soleimani fue el inicio de una nueva y decidida campaña política y
militar de EEUU, Israel y sus aliados europeos para socavar el papel de Irán en
Asia Occidental. Los ataques puntuales de Israel y de EEUU contra las bases
logísticas iraníes en Siria e Irak debilitaron efectivamente la posición de
fuerza de la nación persa. Los asesinatos regulares por parte de Israel de
oficiales militares del CGRI tanto en Siria como en el propio Irán han
repercutido también en la cúpula de las fuerzas militares iraníes.
El
asesinato por parte de Israel del líder de Hezbolá, Hassan Nasrallah, el 27 de
septiembre de 2024, y el derrocamiento el 8 de diciembre de 2024 del Gobierno
de Bashar al-Assad en Siria (con la ayuda de Israel y de EEUU), mermaron la
fuerza de Irán en toda la región del Levante (desde la frontera turca hasta los
Territorios Palestinos Ocupados), así como a lo largo de las llanuras desde el
sur de Siria hasta la frontera iraní. El nuevo secretario general de Hezbolá,
Naim Qassem, admitió: “Hezbolá ha perdido su ruta de suministro militar a
través de Siria”.
En una
entrevista publicada en el Financial Times el 3 de enero de 2025, el
exsecretario de Estado estadounidense Antony Blinken afirmó pomposamente que
“Irán no está en condiciones de entablar una lucha contra nadie” dados los
reveses estratégicos que ha sufrido tanto en Líbano como en Siria. La gran
escala del ejercicio Payambar-e Azam de este año envía un mensaje a Tel Aviv y
Washington de que Irán puede defenderse y se defenderá de cualquier ataque
directo en su territorio.
El primer
ministro del régimen israelí, Benjamin Netanyahu, dio una declaración el 14 de
diciembre de 2024 que deja claro cómo Israel ve la situación respecto de Irán:
“Hace un año dije que cambiaríamos la cara de Oriente Próximo, y de hecho lo
estamos haciendo. Siria no es la misma Siria. Líbano no es el mismo Líbano.
Gaza no es la misma Gaza. Y el jefe del Eje, Irán, no es el mismo Irán; también
ha sentido el poder de nuestro brazo”.
Netanyahu
se olvidó de mencionar Yemen, cuyo Gobierno sigue disparando misiles contra
Israel y cerró el único puerto israelí del Mar Rojo, en Eilat. Israel y los
EEUU descargaron muchos de sus misiles contra Yemen, pero al igual que
los saudíes antes que ellos, se están dando cuenta de que los yemeníes
simplemente no retroceden.
Netanyahu
tampoco mencionó Irak, a donde se refugiaron parte de las fuerzas cercanas al
Gobierno de Assad y en donde los grupos de milicianos iraquíes permanecen
intactos. El 5 de enero, en la conmemoración del asesinato tanto de Soleimani
como de Abu Mahdi al-Muhandis -uno de los líderes de las fuerzas de
Movilización Popular iraquíes- el primer ministro de Irak, Shia’ al-Sudani,
dijo que Irak estaba preparado para responder a cualquier “agresión potencial”.
En otras palabras, a pesar de los numerosos reveses sufridos por Irán (como en
Líbano y Siria), las fuerzas contrarias a las ideas occidentales para Asia
Occidental (como en Yemen e Irak) siguen fuertes y comprometidas.
Israel
sigue bombardeando las bases militares del ejército sirio y de las unidades militares
próximas al CGRI iraní en Siria. Inicialmente, estos ataques y la invasión
israelí a Siria más allá de los Altos del Golán habían sido acogidos con
satisfacción por el nuevo régimen extremista de Ahmed al-Sharaa (antiguo alta
dirigente de al-Qaeda Abu, bajo el nombre de Mohammed al-Golani), ya que estos
ataques debilitaban a los restos del Gobierno sirio de Bashar al-Assad. Ahora,
las contradicciones han comenzado a hacerse sentir. Al-Sharaa, por mucho que
sea una creación occidental, turca e israelí, se ha visto obligado, no
obstante, a responder a estas continuas violaciones de la soberanía siria
aunque sea, por ahora, de forma indirecta. Ha pedido a Israel que deje de
atacar a Siria pero también ha dicho que el suelo sirio no se utilizará para atacar
a Israel.
En
octubre de 2024, aviones militares israelíes violaron el espacio aéreo iraní y
atacaron dos de sus instalaciones armamentísticas, una en Parchin y otra en
Khojir, ambas a menos de una hora en carretera de Teherán, aunque la mayoría de
sus cohetes fueron alcanzados por la defensa antiaérea. Se sabe que ambas
instalaciones forman parte del programa iraní de desarrollo de misiles.
Golpearlas con fuerza, en opinión de Israel, hubiera sido una forma de dañar la
capacidad de Irán para fabricar misiles de medio y largo alcance. Israel
afirmó, como era de esperar, que se trataba de instalaciones de armas
nucleares, pero el ministro de Asuntos Exteriores iraní, Abbas Araghchi, dijo
en respuesta: “Irán no busca fabricar armas nucleares, y punto”. Y por las
dudas, respondió al ataque del régimen de Netanyahu con una impresionante salva
de misiles que destruyó la mayor parte de sus aviones F35, cosa que los medios
occidentales se olvidaron de mencionar.
El 11 de
noviembre de 2024, el ministro de Defensa israelí, Israel Katz, mantuvo una
reunión con el Estado Mayor de su ejército. Tras la reunión, tuiteó en X: “Irán
está más expuesto que nunca a ataques contra sus instalaciones nucleares.
Tenemos la oportunidad de lograr nuestro objetivo más importante: frustrar y
eliminar la amenaza existencial para el Estado de Israel”. Lo que Katz ha
anunciado públicamente es que Israel está dispuesto a atacar a Irán de forma
más agresiva, incluido el lanzamiento de misiles contra lo que afirma son
centros de producción de armas nucleares iraníes, pero que, en realidad, son su
unidad de investigación para la energía nuclear, sus líneas de producción de
misiles balísticos y sus otras unidades de producción de armas.
Este
comportamiento agresivo de Katz se debe a lo que Israel considera la debilidad
de Hamás y Hezbolá, y a la falta de una disuasión frontal creíble por parte de
Irán (Israel ha estado golpeando duramente Yemen para disminuir la capacidad
yemení de disparar sus cohetes contra objetivos israelíes, cosa que no logró).
En el momento en que Israel sienta que Irán no tiene forma de tomar represalias
contra ellos, Tel Aviv -ya sea con los EEUU directamente o con su respaldo-
lanzará un ataque militar masivo contra Irán. No se trata de una posibilidad
teórica en lo que respecta a Irán, sino de una posibilidad concreta y tangible.
En los
ejercicios Payambar-e Azam, el general de brigada iraní Kioumars Heydari dijo
algo que es revelador y cierto: “Las fuerzas armadas de nuestro país,
especialmente las Fuerzas Terrestres del Ejército, impedirán cualquier tipo de
usurpación contra el suelo de nuestra nación islámica, confiando en la voluntad
y en la integridad nacional”. La declaración de Heydari, como la de otros
líderes militares de Irán en las últimas semanas, sugiere que están anticipando
un ataque masivo israelí. Su declaración muestra cómo los militares iraníes
están construyendo un consenso nacional para defender a su país si los ataques
van seguidos de un intento de cambiar el Gobierno por la fuerza.
Existe la
certeza de que la mayoría de la población iraní se unirá contra cualquier
violación de su soberanía. Aunque Occidente sigue pensando que “Irán no está en
condiciones de entablar combate contra nadie”, como dijo el exsecretario de
Estado estadounidense Blinken, Irán no se derrumbará ante el poderío combinado
de los EEUU e Israel. El orgullo de la independencia iraní y el desafío contra
una repetición del Golpe de 1953 están cimentados en la conciencia de su
pueblo. Ese es el significado de la declaración de Heydari.
Irán, por
su parte, ha anunciado que está dispuesto a mantener conversaciones de paz (de
las que casi no se ha informado en la prensa occidental). Las capitales
occidentales aún no han respondido.
Fuente:
www.lahaine.org
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