viernes, 14 de febrero de 2025

NO ES SÓLO EL ALGORITMO

NO ES SÓLO EL ALGORITMO

ESTHER PALOMERA

 El Congreso se ha convertido en un espacio donde se suceden impúdicos enfrentamientos entre adversarios. La procacidad ha saltado además a algunas tertulias y, por extensión, a la conversación pública. Y todo a una velocidad perturbadora para una democracia. Ya no se disiente, se insulta. Ya no se argumenta, se ultraja. Ya no se intercambian opiniones, directamente se berrea

En España, hace tiempo que el Congreso de los Diputados se ha convertido en un espacio donde se suceden impúdicos enfrentamientos entre adversarios. La procacidad ha saltado además a algunas tertulias televisivas y, por extensión, a la conversación pública. Y todo a una velocidad perturbadora. Ya no se disiente, se insulta. Ya no se argumenta, se ultraja. Ya no se intercambian opiniones, directamente se berrea.

Y así pasan los días, los meses, los años… Mientras unos se preguntan si merece la pena seguir y otros pontifican sobre la inexorable necesidad de abandonar los espacios compartidos -no solo en las redes sociales- con quienes difunden bulos, vociferan, aúllan y hasta difaman por sistema. El dilema nos interpela a todos en un mundo en el que la obligación de decir la verdad ha dejado de importar y en el que ya no penaliza la falta de rigor, la manipulación, la justificación del fascismo o la vulneración del derecho internacional.

El paradigma es Trump.  Estremece leer a Martin Baron, ex director del Washington Post, contar en Frente al Poder (La esfera de los libros) cómo tres periodistas del equipo de Fact Checker del diario se propusieron rastrear cada declaración falsa o tergiversada desde que juró como presidente de los EEUU en su primer mandato, en enero de 2017. Y cómo las mentiras se sucedían a una velocidad vertiginosa que hubo que explicar a los lectores que el periódico era incapaz de seguir el ritmo al presidente. En el primer año de su presidencia promediaron unas seis mentiras al día: luego pasó a 16 en 2018; veintidós en 2019, y 39 diarias en 2020. Esto, sin sumar, las 2.500 falsedades relacionadas con el coronavirus a lo largo de un año. Al final de los cuatro años de su primer mandato, acumuló un total de 30.573 embustes.

Sin embargo, el impacto de sus mentiras no radicaba solo en una cifra, “sino en las exigencias cada vez mayores que nos planteaban”, tal y como explicó Carlos Lozada, del Post, en What were we thinking (¿En qué estábamos pensando?): “Primero se nos pidió que creyéramos mentiras concretas. Luego, que adaptáramos la realidad a nuestras preferencias políticas. Después, que aceptáramos solo lo que el presidente certificaba como verdad, sin importar el asunto o cuán a menudo cambiaba de opinión. Tras esto teníamos que sostener que no hay nada realmente cognoscible, ni aceptado generalmente. Y finalmente se nos pidió concluir que, aun existiendo una verdad, era irrelevante. Las mentiras no importan, solo importa el hombre que las profiere”. 

Pues lo mismo pasa estos días con las investigaciones sobre la DANA y la retahíla de falsedades y patrañas que acumula el president de la Generalitat desde hace tres meses, cuando tuvo lugar la tragedia. Los fanáticos, los aduladores, los interesados por un motivo u otro en tapar las vergüenzas de Carlos Mazón han difundido este miércoles un audio descontextualizado de una técnico de la AEMET en el que se escucha cómo se dirige a una técnico de Emergencias 112 de la Generalitat valenciana de Carlos Mazón a las 12:05 horas del 29 de octubre para decir: “«No vamos a marearos con más avisos». 

Quienes han difundido el material obviaron, por supuesto, que la Agencia Estatal de Meteorología estableció comunicaciones vía telefónica con Emergencias hasta en 15 ocasiones para actualizar la previsión, que además iba publicando en sus redes sociales: a las 7.31 horas; a las 7.36; a las 7.54 en dos ocasiones; a las 9.43; a las 11.26; a las 11.36; a las 11.37; a las 11.54; a las 11.55; a las 12.01; a las 13.26; a las 16.13; a las 16.23; A las 18.09 y 18.10. 

El pasado 29 de octubre, día en que la DANA dejó 224 muertos y tres desaparecidos, AEMET llamó al Centro de Coordinación de Emergencias para avisar de la prolongación del aviso rojo que la agencia ya había comunicado a las 17.54h, unas llamadas que no fueron atendidas. AEMET tuvo que colgar las llamadas a Emergencias de la Generalitat de las 11.36, 11.37 y 11.51 porque no se escuchaba bien. Posteriormente, recuperaron y actualizaron la conexión.

El PP y el propio presidente de la Generalitat, Carlos Mazón, en sincronía con sus habituales altavoces mediáticos, difundieron, sin embargo, una versión editada del audio sobre la llamada que realizó una meteoróloga de AEMET al Centro de Coordinación de Emergencias (CCE) de la Generalitat a las 12.01 horas en un nuevo intento de disculpar su gestión y trasladar la responsabilidad a la Agencia dependiente del Ministerio de Transición Ecológica (Miteco). “Queda claro que a quién debe imputar el juez es a Teresa Ribera”, ha sentenciado alguno de los dogmáticos habituales del argumentario con el que Mazón pretende descargar su responsabilidad en el Gobierno de España

No consta que Mazón haya llegado desde el 29 de octubre pasado a las 30.573 mentiras que acumuló Trump en su primer mandato, pero entre la decena de versiones diferentes sobre su paradero en las horas críticas de la tragedia, el falso apagón informativo de Confederación Hidrográfica del Júcar, las competencias de cada Administración, su desplazamiento al CECOPI o los avisos de la AEMET lleva ya unas cuantas. Y lo peor es que siempre hay quien, sin aplicar los filtros mínimos para comprobar la veracidad de una noticia, se presta a difundirlas. Pasó igual con el célebre mail manipulado por MAR sobre la falsa oferta de la fiscalía al novio de Ayuso para evitar la pena de prisión tras la comisión de dos delitos de fraude fiscal y uno de falsedad documental, que se publicó tal cual aun siendo un flagrante embuste. Pero, ya saben, si el engaño viene de la derecha no importa y tampoco es engaño. Solo se subraya cuando quien la profiere es un antagonista.

Y no, no es solo el algoritmo, es también la política y son algunos medios militantes que anteponen el activismo y la polarización a los mínimos exigibles en periodismo.

 

 

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario