LA RIVIERA DE OVERTON
Lo que antes era impensable, ahora se debate. Lo que antes era pavoroso,
ahora es pronunciable. Lo que antes estaba prohibido, ahora se verbaliza desde
el despacho oval
DIARIO RED
Benjamin Netanyahu y Donald Trump en su encuentro en la Casa Blanca el pasado 4 de febrero — The White House
La 'ventana de Overton' es un concepto de la comunicación política acuñado por Joseph Overton, un politólogo norteamericano prematuramente fallecido en 2003 a los 43 años de edad. La idea básica es que, en cada país y en cada momento, debido a los condicionantes políticos y mediáticos, existe una especie de 'ventana' que determina qué ideas políticas son aceptables y cuáles no lo son. De esta manera, aquellas ideas que se encuentran en el centro de la ventana serían ideas 'de consenso' o 'de sentido común'. A medida que nos vamos aproximando a los bordes de la ventana, las ideas se van convirtiendo progresivamente en 'debatibles', 'cuestionables', 'polémicas', 'radicales' o, cuando ya estamos fuera de la ventana, en 'inaceptables'. Este sencillo concepto da origen, así y automáticamente, a dos tipos de estrategias políticas diferenciadas. Ante la existencia de una determinada ventana de Overton, los operadores políticos pueden elegir, o bien enunciar ideas que se encuentren dentro de la ventana para no recibir censura mediática y poder recabar apoyo electoral, o bien tratar de desplazar la ventana de Overton en la dirección de su propio programa ideológico. Para poder conseguir este segundo objetivo, hacen falta por lo menos dos cosas. En primer lugar, enunciar ideas que se encuentren muy cerca del borde de la ventana o incluso fuera de ella; y, por otro lado, ser capaces de recabar mucha potencia mediática. Al principio, esto puede generar un gran rechazo hacia el emisor de la idea; sin embargo, permite convertir aquello que era inaceptable en debatible y aquello que era radical, progresivamente, en un posible nuevo sentido común.
Pongamos
un ejemplo.
Este martes han comparecido juntos
en la Casa Blanca, Benjamin Netanyahu y Donald Trump. El primero es el responsable del peor genocidio del siglo XXI, con casi
50,000 personas asesinadas en la Franja de Gaza. Según los registros oficiales,
más de la mitad de ellas son mujeres y niños. El segundo ha ganado las últimas
elecciones en los Estados Unidos después de una campaña electoral dedicada a
propagar el odio y la violencia política contra las personas de izquierdas,
contra las feministas, contra las personas trans, contra los activistas y,
fundamentalmente, contra las personas migrantes. En este escenario, y desde el
atril de la jefatura de Estado de la primera potencia militar del mundo, Donald
Trump ha defendido abiertamente un plan de limpieza étnica de la Franja de Gaza que
pasa por expulsar a otros países a sus 1,8 millones de habitantes, tomar
posesión del territorio, incluso desplazando al ejército norteamericano si
hiciera falta, y construir en él algo que el presidente de los Estados Unidos
ha denominado una "Riviera de Oriente Medio". Para que nos entendamos,
un paraíso vacacional para ricos, como es, por ejemplo, la Riviera Maya en
México. Primero, un genocidio y la destrucción de la inmensa mayoría de los
edificios y las viviendas en la Franja; después, la ocupación del territorio
por parte de los Estados Unidos y, finalmente, levantar un nuevo
Cancún, donde antes vivían dos millones de personas. Un plan abiertamente
nazi, combinado con una promoción inmobiliaria milmillonaria.
Ver los
telediarios tratar el tema ha sido un espectáculo descorazonador. Al negarse
las televisiones en España y en la práctica totalidad del mundo a llamar
'genocidio' al genocidio; a llamar 'limpieza étnica' a la limpieza étnica; o a
llamar 'fascismo' a lo que obviamente coincide, punto por punto, con la
operativa de los nazifascistas en la primera mitad del siglo pasado, no
tuvieron más remedio los presentadores y reporteros que relatar con palabras
normales la pavorosa rueda de prensa que acababan de contemplar. Incluso
entrevistaron a expertos para que valorasen la propuesta de Donald Trump y
explicasen hasta qué punto era viable. No había que tener mucha imaginación
para imaginar a un presidente estadounidense dando una rueda de prensa junto a
Adolf Hitler, proponiendo la 'solución final' para los judíos, y los
telediarios preguntando a expertos si eso se podía hacer o si el presidente de
los Estados Unidos estaba exagerando.
De repente y simplemente
porque Donald Trump había decidido cruzar la línea roja, una propuesta
abiertamente nazi se convertía en algo 'debatible'
De
repente y simplemente porque Donald Trump había decidido cruzar la línea roja y
enunciarlo públicamente, algo que previamente era una aberración, la limpieza
étnica de dos millones de personas, después del asesinato industrial de más del
2% de esa misma población y la destrucción de la mayor parte de sus viviendas,
con el objetivo de construir un condominio turístico para millonarios, una
propuesta abiertamente nazi, se convertía en algo 'debatible'. ¿Querrán o no
querrán los palestinos marchar a vivir a Egipto o a Jordania después de que
Netanyahu haya asesinado a sus familiares? ¿Estarán dispuestos los países de
Oriente Próximo a acoger a dos millones de palestinos para que Donald Trump
pueda construir un nuevo Cancún en la Franja de Gaza? ¿Qué dicen España y la
Unión Europea respecto de esta propuesta nazifascista de limpieza étnica? ¿Les
parece bien, les parece mal o todavía se lo están pensando? Más allá de las
críticas y las posiciones verbales de cada uno, si finalmente Donald Trump
decide llevar adelante este plan, ¿habrá alguien que haga algo material para
intentar impedírselo? ¿O el mundo rico se volverá a poner de perfil como se
puso de perfil con el genocidio que empezó el 7 de octubre de 2023?
Donald Trump ha utilizado los
cadáveres de casi 50.000 palestinos para golpear de forma sangrienta la ventana
de Overton
En estos
momentos, todas estas preguntas están sin respuesta. Pero lo que podemos
afirmar, sin ningún género de dudas, es que ninguna de ellas se habría podido
formular antes de la rueda de prensa conjunta que dieron Netanyahu y Trump este
martes. Nadie sabe si el violador convicto que ocupa en estos momentos la
jefatura del Estado de la primera potencia militar del mundo y la detención de
facto de la OTAN tiene pensado llevar a cabo su plan, o solamente se trata de
una siniestra bravuconada. Lo que está claro, no obstante, es que Donald Trump
ha utilizado los cadáveres de casi 50.000 palestinos para golpear de forma
sangrienta la ventana de Overton, desplazándola varios kilómetros de golpe. Lo
que antes era impensable, ahora se debate. Lo que antes era pavoroso, ahora es
pronunciable. Lo que antes estaba prohibido, ahora se verbaliza desde el
Despacho Oval. Quizás repetir Auschwitz —ahora sobre los cuerpos palestinos en
la Franja de Gaza— todavía no sea posible, pero, desde este martes, la
posibilidad está un poco más cerca.
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