EXPLICARTE EL MUNDO
EN EL QUE NACISTE
POR
MIQUEL RAMOS
Los aviones de
guerra de las FDI atacaron un campo de desplazados en el sur de la Franja de
Gaza, a 5 de diciembre de 2024.Mohammed Skaik / Zuma Press / ContactoFoto
Te
pedí que esperaras a que volviese de trabajar, y así lo hiciste. Tan solo unas
horas después de que llegase empezaste a querer salir, y a última hora de la
tarde por fin estabas aquí. Naciste sana y tu madre tuvo un buen parto, nada
largo, y el mismo día, vinieron a verte todos y todas, a celebrar la vida. Empezaba
entonces esta aventura que durará toda la vida, que nos abre un nuevo mundo
dentro de este en el que te tocó vivir, y que vamos a tener que explicarte para
que lo entiendas lo mejor posible y para que seas, ante todo, una buena persona
que contribuya a hacerlo mejor.
Nada de esto es ninguna novedad para quienes ya sois padres y madres, pero permitidme que hoy, para comenzar el año, celebre este acontecimiento y comparta mis miedos, mis dudas, mis ilusiones, mis esperanzas, que estoy convencido, también compartís quienes habéis traído a una criatura al mundo, estáis en ello o lo habéis pensado alguna vez. Porque yo nunca lo tuve claro, quizás porque no era el momento, y porque hoy reconozco el vértigo ante el alud de responsabilidades que nos atan de porvida, ante la fragilidad con la que vemos hoy nuestras vidas, nuestro mundo y nuestro futuro. Y la felicidad. La inmensa felicidad que sentimos al conocerte. Este ha sido, sin duda, nuestro acontecimiento del año.
Todo
se para y se concentra de repente en ti, en saber cómo funciona esto, y lo
demás deja de importar, al menos tanto como nos creíamos, cuando te arrolla la
vida de esta manera, tan sencilla, tan urgente y tan pequeña. Y se agradece que
esto te enseñe lo que de verdad es importante, mucho más que lo que hasta ahora
te absorbía y te parecía tan acuciante e imprescindible y que, de repente, no
lo es tanto. Aunque la vida no para, el mundo sigue su curso y nada, ni tu
llegada ni lo que nos implica, sucede ajeno a lo que nos rodea. Y esta tarea,
la de explicarte en qué momento vienes, qué te vas a encontrar y cómo vamos a
vivirlo juntos, no deja de ser un tema recurrente de conversación, una
reflexión ineludible cada vez que nos asalta la inevitable actualidad y
nuestras propias circunstancias.
La
misma noche que llegaste, decenas de personas se encerraron en un edificio
cercano a nuestra casa. Pocas horas después, al amanecer, la policía llegó para
tratar de echar a una familia de su casa, pero no lo logró. Lo seguimos desde
el hospital, pensando en la tremenda casualidad de que llegaste mientras se
paraba un desahucio en nuestra misma calle. Porque hay gente a la que echan
de su casa, sí, aunque haya miles de casas vacías. Pero hay también gente
que pone el cuerpo, que se la juega por sus vecinas y que, junto a otras
personas, llevan tiempo defendiendo que todo el mundo tenga un techo. ¿Cómo
explicarte esto, viendo lo absurdo que parece alejándote por un instante de
cualquier análisis profundo?
Hay
bebés como tú que han muerto estos días de frío en Gaza, o quemados
vivos o despedazados por las bombas de quienes dicen defender la
civilización frente a la barbarie. Otros han perdido a todos sus seres
queridos, están solos, no entienden nada. Has nacido mientras se comete un genocidio
a la otra orilla del mediterráneo, cuyas imágenes llevan más de un año
asaltando nuestras pantallas y encogiéndonos en corazón. Veo tu rostro en
cada niño asesinado en Gaza, y me invade el miedo, la rabia y la
impotencia. Veo las imágenes de los soldados destrozando las habitaciones de
los niños en las casas de las familias desplazadas o asesinadas, exhibiendo
los juguetes como trofeos, la ropa, rompiendo los muebles, lo que un día
fue un hogar. Lo han grabado ellos mismos y lo difunden en sus redes.
Y el mundo grita, pero quien puede y debe pararlo, no lo hace. ¿Qué
puedo decirte sobre esto? Naciste en mitad de un genocidio, y no sé todavía
cómo vamos a explicarte esto.
Conjugar
la angustia que nos producen determinados acontecimientos con la felicidad de
tu llegada es un juego de equilibrios emocionales bien jodido. No hacía ni
dos semanas de tu nacimiento cuando varios pueblos de València quedaron
arrasados y sepultados por el barro, y muchos amigos y conocidos lo
perdieron todo. Vimos todo aquello desde la distancia, impotentes, horrorizados
e indignados por la sucesión de incompetencias e irresponsabilidades, mientras
tratábamos de no perder la alegría que acababas de traer a nuestra casa, a
nuestro entorno. Llegas en un momento en el que el clima está cambiando, en el
que las alarmas ante la irresponsable acción humana sobre el planeta son
un tema recurrente, una preocupación latente, pero que parecen no tomarse
suficientemente en serio. ¿Cómo será todo esto en un futuro?
Hoy,
justo un día antes de inaugurar un nuevo año, un hombre ha muerto huyendo de la Policía en Sevilla.
Se lanzó al río para que no lo cogieran y murió ahogado. No es el primero.
Imagina el miedo que debes tener para lanzarte al río sin saber nadar, antes
que dejarte atrapar. Los llaman manteros porque venden cosas sobre una manta,
que pliegan y cargan rápidamente cada vez que la Policía intenta cazarlos. Son
personas que no tienen permiso legal para estar en nuestro país, pero que han
llegado igualmente buscando una vida mejor. Muchos de ellos ni siquiera llegan,
sino que mueren por el camino, o son encerrados o expulsados tan pronto
ponen un pie aquí. Van más de 10.000 muertos tan solo este año tratando
de llegar al país en el que naciste, mientras estabas todavía en el vientre de
tu madre.
Todo
resulta tan absurdo, tan ridículo, que produce hasta vergüenza escribirlo y ver
cómo la humanidad ha sido capaz de construir y desarrollarse tanto y a la vez,
ser tan destructiva, tan cruel e irresponsable con su propia especie y con el
planeta que habita. Hay tantas cosas que tenemos que explicarte, que nos va a
obligar a repensar todo para dar las precisas respuestas. Pero nada de esto lo
entendemos o lo asumimos como excusa para no hacer nada, incluso para no traer
una nueva vida al mundo. Aceptamos el reto. Porque a la vez que todo esto
sucede, has llegado también rodeada de amor. De nuestras familias, nuestras
amistades, nuestros vecinos y conocidos, hasta de sonrisas de desconocidos a
los que te cruzabas mecida entre nuestros brazos.
Hay
un mundo mejor que debes conocer, de buenas personas, de grandes ideas e
historias, de ternura y esperanza. Un mundo que se empeña en existir a pesar de
todo lo malo que sucede a su alrededor. Es el mundo de quienes se encerraron en
aquella casa el día en que naciste para evitar que echaran a esa familia. El de
los que viajaron hasta València para mostrar su
solidaridad con los afectados por el temporal. El de los
médicos que no abandonan el último hospital en Gaza ni a sus pacientes, a
pesar de saber que su vida está también en peligro. Ese es el mundo que
queremos enseñarte, del que queremos hacerte parte, el de esta gente que trata
de cambiarlo con su ejemplo, justo el año en el que naciste. Mientras, también
aprendemos de ti, de nosotros mismos en esta nueva etapa, con tantos retos por
delante y con tanta ilusión que hoy queremos compartir. Como todo lo bueno que
nos queda por vivir y por hacer, y que, a partir de ahora, vamos a hacerlo
juntos.
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