domingo, 26 de enero de 2025

ES EL FASCISMO, ESTÚPIDOS

ES EL FASCISMO, ESTÚPIDOS

ROSA MARÍA ARTAL

Es la mala gente, los rastreros sin escrúpulos, los fulleros magistrales. Donald Trump firma decretos contra personas y derechos como quien aprieta el gatillo. Y hasta la rata más miserable de cualquier charca en cualquier país se siente parte de los vientos que impulsan los nuevos gerifaltes. Hasta ahora nunca les ha salido bien

Cada cierto tiempo lo intentan y ahora están recogiendo la cosecha de una preparada siembra en ignorancia y egoísmo. Esto ya lo sabemos. Hasta ahora, nunca les ha salido bien plenamente. Se han erigido sobre millones de muertos y destrucción, sobre el dolor y la angustia de multitud de personas, pero no han logrado todavía volvernos a las cavernas de esa máquina del tiempo que ideara H.G.Wells  con aquel futuro de bobos Elois alimento de los malvados y torvos Morlocks.

No saldrá bien, ni para ellos... si todavía funciona algo la lógica. Lo esencial cae por su propio peso. La cooperación funciona mejor en los grupos sociales, siquiera la teoría de juegos de Nash, el equilibrio de Nash, en donde al menos ninguno pierde si juega sus cartas. Claro que a los tiranos de esta época -y ahora son muchos y con cómplices entre las víctimas- no les importa lo más mínimo el dolor que causan. Nada. Ni Trump, ni Musk, ni nadie de su gobierno o sus votantes sienten la menor pena por los emigrantes tratados ahora como alimañas a abatir y perseguir hasta por iglesias y hospitales en ese reinado del terror, en el que Trump llama a la delación de los funcionarios que no secunden sus órdenes inhumanas. Es un delincuente convicto, tampoco es tan raro. Mucho más lo sería en el caso de sus embobecidos votantes.

O como aquí. Las derechas le dan una bofetada al Gobierno a ver si de una vez lo tumban… en la cara de millones de pensionistas, de usuarios del transporte público o de los bonos energéticos y de otras muchas medidas sociales que duelen especialmente a las derechas. Ni a PP, ni a Vox, ni a Junts les importan un comino los ancianos. Véase a Ayuso , novia de Alberto Quirón, el comisionista, el que tiene una jueza que parece su agente de viajes. No dejaré de insistir en que su mayoría absoluta tras el protocolo de la vergüenza en las residencias define la calaña de la sociedad madrileña. No de todos, claro, en el fondo solo fueron millón y medio sus votantes.

Cierto que el revuelo por el rechazo al decreto ómnibus ha hecho reaccionar a las derechas y salir despavoridos a poner excusas porque hasta sus fieles votantes se han sobresaltado. Ahora dan marcha atrás de la forma torpe que suelen emplear: mintiendo sobre contenidos que no están en el decreto, en lo más peregrino como Feijóo o Ayuso, exigiendo como Gamarra un Consejo de Ministros extraordinario “a la carta” para votar las pensiones, porque, aunque no gobiernen, ellos creen que deben elegir cómo se gobierna, e incluso anunciando recogida de firmas. Lo tremendo es que se han apresurado a ponerla en marcha de inmediato y de la mano de una muy sonriente Cuca Gamarra, quién no ha tenido empacho en llamar “a los sindicatos” para que pidan a Sánchez “ que muevan el culo con las pensiones”. Es patético. Una auténtica política sucia para llamar idiotas a los ciudadanos. Sus medios presentan el montaje con claridad: “El PP lanza una recogida de firmas para exigir a Sánchez que suba las pensiones”, titula El Confidencial. Y añade: “Génova pasa a la ofensiva en la batalla por el relato con el Gobierno tras tumbar el decreto ómnibus y activa una movilización ”parlamentaria y social“ para inculpar al Ejecutivo”. Es de suponer que el resto del clan mediático seguirá esa línea que ya había iniciado en portada ABC.

Es más de lo soportable. Quisieron dar un puntapié al Gobierno y se lo han dado ellos mismos en el trasero. Ése era el objetivo de tumbar el decreto y no otro. Incluía parar desahucios, aumento del SMI y seguir con el bono eléctrico y es demasiada tela para las derechas pero el principal objetivo era el Gobierno y el globo les ha estallado en la cara… y en la de millones de españoles que siguen muy preocupados. Doblemente si reflexionan a fondo y ven a qué extremos puede llegar el Partido Popular por hacerse con el poder a cualquier precio.

Si no queremos vagar como Elois a la espera de las dentelladas de los Morlocks, habrá al menos que recordar a los usuarios de este planeta y explicar a los jóvenes adeptos a los fascismos -en particular- por qué no es buena idea ir de hampones por la vida pisoteando al personal. Un excelente informe de Ángel Munarriz, ahora en El País, señalaba la fuerte implantación de la ultraderecha como ideología de los varones entre 16 y 24 años. Ha descendido en ese tramo el número de los que ven el cambio climático como un problema. Ha subido su “inquietud” por la inmigración.

Por mucho que el fascismo deje morir a ancianos enfermos sin asistencia médica -como Isabel 'Quirón' Ayuso- o deje de financiar la quimioterapia a los pacientes de cáncer, como el argentino Milei, etc… no lograréis servicios o dinero para pagar tratamientos caros que hagan frente a dolencias realmente graves. Milei ya previó la venta de órganos para costearse la vida o lo que haga falta. Tiene un límite para la supervivencia que a la cuadrilla de sátrapas del clan no les importa. No se sabe cómo acabará todo esto. Los servicios públicos son necesarios para vivir en sociedad. Las selvas para ricos de los Trump de turno tienen muchas lagunas. No caben todos sus seguidores, especialmente los más estúpidos, y hay que serlo para tragarse sus cuentos.

Salud, trabajo, medios de vida, vivienda, educación, transportes… no funcionan por la ley de la selva, que por algo se abandonó hace muchos siglos. A nadie se le ocurre seriamente que cada uno se fabrique sus propias aceras para caminar y equivalentes. Pensiones ya ni las nombro, ved el programa de Vox y la práctica de Ayuso, y el resto en otros países. Se exprime a las personas en su vida laboral y cuando dejan de ser productivos y solo “gastan” ya no sirven. ¿Se entiende?

Los estudios dicen que una de las principales causas que citan en la involución fascista es el feminismo y la diversidad sexual. Creen los machitos que las mujeres han ido demasiado lejos al pensar que son iguales que los hombres y con los mismos derechos. Que están bien para refocilarse con ellas -de común acuerdo o a la brava- pero no al punto de pensar en una equivalencia total. 

No somos iguales, como tampoco lo son las mujeres y los hombres entre sí. Nosotras tenemos un privilegio excepcional del que carecen ellos y que es de libre aceptación. Personalmente, en una vida de muchos esfuerzos, he tenido varios privilegios envidiables, lo sé. Trabajar en periodismo como servicio público esencial antes de que la codicia lo envileciera en ciertos sectores, siendo testigo directo de momentos cumbre de la historia, haber conocido a personas excepcionales y, por encima de todo, haber sido madre de un hijo que me llena de orgullo. Qué suerte tener la capacidad de gestar y alumbrar una vida. Cómo de mal deben sentirse las madres de machistas, de fascistas, de quienes retuercen la verdad y envenenan de mentiras la vida pública, de seres malvados e indignos. Espero que no sea demasiado tarde cuando lo sepan los ya adscritos a toda esta bazofia.

Este tiempo de tinieblas en el que se persigue la ciencia, la justicia, la empatía, la generosidad, la pobreza o la vulnerabilidad, pasará. No sabemos qué rescoldos van a quedar, pero sí que frente a la cobardía de los aposentados que son parte del problema -ay, esta UE tan comprensiva y militarista- hay gente que se va a resistir. Hay alcaldes demócratas en Estados Unidos que no perseguirán a los emigrantes, dicen, y que si hay que ir a la cárcel, irán. Un juez ha bloqueado cautelarmente el decreto de Trump que pone fin a la ciudadanía por nacimiento en EEUU. No descartemos el choque de egos y de odios -ya ha comenzado-. La justicia poética… o en prosa.

Vi hace poco la película El 47. La lucha vecinal con resultados… y con riesgos que vence la valentía y la suma de voluntades. En este país hemos sacado muchas cosas adelante, también cuando mandaba la chusma que ahora busca el poder a toda costa y hay millones de jóvenes que no son fascistas y quieren cambiar las cosas y mejorar sus vidas y las de los demás.

 “La dignidad es la lucha por el agua, la lucha por la luz, la lucha por correos, la lucha por la sanidad y la educación públicas, eso es la dignidad”, dicen en la película. Es la lucha por la democracia, por los Derechos Humanos. El fascismo que combate todo esto es una pésima idea.

 

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