domingo, 26 de enero de 2025

VIAJA BARATO CON RYANAIR A UN GRAN CENTRO DE TORTURAS

VIAJA BARATO CON RYANAIR A UN GRAN 

CENTRO DE TORTURAS

POR SATO DÍAZ

 

El CEO de Ryanair, Michael O'Leary, en una foto de

archivo.DPA vía Europa Press

"Cosas hermosas". Donald Trump regresó este lunes a la Casa Blanca, al Despacho Oval, después de cuatro años. Un grupo de periodistas le acompañaron en la mudanza y mientras firmaba sus primeras decenas de órdenes ejecutivas, le preguntaron sobre la situación en Palestina, el alto el fuego anunciado por Hamás e Israel y por la reconstrucción de la Franja de Gaza. El mandatario ultra no decepcionó con su respuesta. 

"Gaza es interesante. Es un lugar estupendo. Está junto al mar. El mejor clima. Todo es bueno. Es como si se pudieran hacer cosas hermosas allí". El presidente estadounidense frivolizaba con un lugar en el que, hasta hace pocos días, se perpetuaban los bombardeos. Los supervivientes de la ofensiva israelí buscan, bajo los escombros, los restos de sus familiares. Durante meses hemos contemplado, casi en directo, un genocidio a la población palestina. Han sido asesinadas casi 50.000 personas a manos del ejército sionista, muchas de ellas menores de edad. 

El clima cálido y mediterráneo de Gaza no difiere mucho del de Dajla, en el Sáhara Occidental ocupado por Marruecos. Este último es más extremo, el desierto no amortigua el golpe cálido del día y frío de la noche, y el Atlántico es más abrupto que el Mediterráneo. Sin embargo, la mayor cercanía al ecuador levanta las temperaturas, así los turistas que pasean por la antigua Villa Cisneros española pueden hacerlo en manga corta aunque sea enero. Dajla es una península, amarrada por una hilera de arena al continente africano. Así, tiene dos líneas de playa: la occidental se topa con la infinidad del océano; la oriental, con una amigable bahía. El oleaje es completamente distinto en una cara u otra de la península, ideal para tomar el baño por la mañana y hacer surf al atardecer. 

Hace una semana, el sábado 18 de enero a las 14:05 despegaba desde la T1 de Barajas el primer vuelo regular Madrid-Dajla, un vuelo fletado por la aerolínea de vuelos lowcost Ryanair. El turismo masivo es el símbolo del siglo XXI y convierte los paisajes y las ciudades en escaparates. Marruecos lleva años fomentando el turismo en el Sáhara Occidental, territorio que ocupa militarmente en contra del Derecho Internacional. Para que los turistas puedan hacer surf y visitar Dajla plácidamente, el régimen alauí ha tenido que silenciar a la población saharaui, usando los métodos más terribles que podemos imaginar. Los territorios ocupados del Sáhara Occidental son una gran cárcel a cielo abierto para los saharauis. 

En el primer vuelo de Ryanair a Dajla viajó Público, de la mano del periodista José Carmona. Este, junto a dos activistas españoles de la Coordinadora Estatal de Asociaciones Solidarias con el Sáhara (CEAS-Sáhara), fue expulsado al día siguiente de los territorios ocupados. Una vez más, Marruecos ejercía por la fuerza el poder dictatorial y fulminaba la libertad de información de un periodista.  

Las violaciones de los derechos humanos de la población saharaui en las zonas ocupadas por Marruecos son sistemáticas, así lo atestiguan testimonios de víctimas, pero también organizaciones internacionales de la talla de Human Rights Watch o Amnistía Internacional. Asesinatos, violaciones a mujeres, desapariciones, torturas, encarcelamientos arbitrarios en prisiones tenebrosas... Los casos de algunos activistas como Aminetu Haidar, Sidi Mohamed Dadash, Hamed Hamad o Sultana Haya han sido reconocidos internacionalmente. Sin embargo, muchos relatos quedan enterrados bajo la arena de la ocupación.

Pocos periodistas logran entrar al Sáhara Ocupado, menos todavía a Dajla, por eso son tan importantes los testimonios que Público ha podido recabar y que publicará próximamente. Detrás de las paredes de las casas alrededor de las cuales los turistas pasean en busca de una terraza con vistas al mar para degustar pulpo, se ocultan historias de torturas, muerte y desapariciones.  

El regreso de Trump a la presidencia de los Estados Unidos también ha supuesto otra desaparición, la de la línea que separa en el mapa oficial de la CIA el Sáhara Occidental de Marruecos. Un acto simbólico que es toda una declaración de intenciones de la nueva administración estadounidense. El magnate se despidió de su anterior mandato con una declaración vía Twitter de que el Sáhara debe de pertenecer a Marruecos. La apertura de un consulado de Estados Unidos en los territorios ocupados, precisamente en la ciudad de Dajla, sería el siguiente paso para materializar por la vía de los hechos una ocupación ilegal en cuanto al derecho. Esta es la reclamación de Mohamed VI, rey marroquí, a Trump.

Hace unos meses se conocía la sentencia del Tribunal de Justicia de la Unión Europea que reconocía que los recursos naturales del Sáhara Occidental deben de ser explotados por los saharauis y que el expolio por parte de Marruecos es ilegal, que el legítimo representante del pueblo saharaui es el Frente Polisario y que el Sáhara Occidental no es Marruecos, son dos países diferenciados. Los pasos dados por Trump van en contra de esta sentencia y son una prueba más del periodo oscuro en el que nos adentramos. Los derechos, la legalidad y la institucionalidad pasan a un segundo plano, los intereses de los poderosos están por encima de todo ello. 

Prima la voluntad de quienes quieren hacer de Dajla (y por qué no de Gaza) un destino turístico a explotar por grandes cadenas hoteleras y aerolíneas occidentales, prima esto a la propia vida de los habitantes de estos territorios a los que se les dan dos opciones: observar y acatar la ocupación o desaparecer.

 

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