SUJÉTAME EL CUBATA,
ALBERTO
POR ANA
PARDO DE VERA
El expresident de la Generalitat de Catalunya y líder de Junts, Carles Puigdemont, en una rueda de prensa en Bruselas, Bélgica.EFE/EPA/OLIVIER HOSLET
El PP no ha querido respaldar la subida de las pensiones dentro de un decreto ómnibus este miércoles y el jueves dice a los españoles que, para el PP, "los pensionistas son sagrados", mientras pide al Gobierno que apruebe otro decreto idéntico al rechazado para apoyarlo; lo que se entiende por gastar los recursos públicos en perder el tiempo para hacer partidismo y alejar a la gente de la política. Todo esto nos retrotrae inevitablemente a la entrevista de Silvia Intxaurrondo a Alberto Núñez Feijóo en TVE, cuando en 2023, el líder del PP mintió descaradamente sobre sus sacropensionistas y la dedicación del PP a esta causa ("Nuestro partido nunca dejó de revalorizar las pensiones conforme el IPC. El único partido que congeló las pensiones fue el Partido Socialista Obrero Español. Por cierto, el señor Sánchez era diputado en la Cámara. Por lo tanto, siempre lo hemos hecho y yo, en el Senado”) Menos mal que Intxaurrondo conocía el percal -lo que se dice documentarse antes de una entrevista, además, en el marco de unas elecciones generales- y desmontó la mentira de Feijóo en directo: el PP no subió las pensiones conforme al IPC “ni en 2012, ni en 2013, ni en el año 2017”. Fue un momento bochornoso, porque encima, Feijóo tuvo el cuajo de pedir también en directo a la periodista de la televisión pública que revisara sus datos.
Hay dos motivos por los que el PP asegura que se negó a aprobar el decreto de revalorización de las pensiones, para mantener las rebajas al transporte o para aprobar ayudas a afectados por la DANA, entre otras medidas sociales: una es la devolución al PNV de un palacete en París confiscado por la Gestapo (sí, los nazis) al Gobierno vasco en el exilio y otra, la protección contra los desahucios a personas vulnerables. Sobre el palacete Marceau, tanto Aznar como Rajoy prometieron su devolución al Partido Nacionalista Vasco en su día, o sea, cuando el PP gobernaba y necesitaban los votos de los nacionalistas; lo de siempre. Sobre la moratoria de los desahucios, esto decía el PP gobernante en 2017, al aprobar un real decreto en esa línea: "Echar a una persona de su casa porque no tiene dinero para pagar su hipoteca por circunstancias sobrevenidas es, posiblemente, la cara más dramática de la crisis económica, y lo peor por lo que pueda pasar una familia, porque desahucio significa eso mismo, es decir, quitarle la esperanza a miles de personas". Hoy, según el PP, esa "persona" desahuciada y vulnerable es un "okupa", un delincuente... porque lo dice Vox, supongo.g
Las
contradicciones del PP, no obstante, su estrategia del "no" a todo
salvo a que Pedro Sánchez convoque elecciones (no debió de bastarles con
el susto de julio de 2023), ha sido superada en el Congreso por Junts, que ha
arrebatado el cubata a Feijóo y se ha venido arriba pidiendo convocatoria de
elecciones en España (¿desde cuándo les importa España?). La derecha independentista
catalana, liderada por Carles Puigdemont, no acaba de encontrar su
sitio, ni en Catalunya ni en el Congreso, y disparan aquí y allá sin orden ni
concierto. ¿De verdad creen que un adelanto electoral los hará más fuertes
en las Cortes Generales? ¿Y en Catalunya? ¿Por qué no apoyan la moción
de censura de Feijóo y acabamos antes? Junts dice que no respaldó el
decreto ómnibus porque Sánchez no se somete a una cuestión de confianza,
ésa que ellos mismos le dieron cuando respaldaron su investidura en 2023. Ha
habido indultos, ley de amnistía, reforma del Código Penal, viajes a Suiza, un desgaste
interno del PSOE que hemos apreciado en todo su esplendor, entre otros, con
las palabras-cuchillo de Emiliano García-Page o un compromiso de
financiación singular para Catalunya por la que el president Salvador
Illa comienza este viernes en Canarias una gira por todos los territorios,
para reunirse con sus homólogos, explicarla y recabar opiniones ("escuchar
y ser escuchados")
El
PSOE se ha movido -vaya si se ha movido- desde sus posiciones sobre el procés
en 2017, cuando respaldaba a Rajoy incondicional... e inexplicablemente. No
reconocerlo es ponerse una venda en los ojos, pues mientras PP y Vox acusan
al Gobierno de venderse a Puigdemont, éste les reprocha que no cumpla los
compromisos. En lo que estamos todos/as de acuerdo -PP y Junts también,
aunque están dispuestos a hacer la vista gorda, porque primero yo, después
yo y siempre yo- es que ni los millones de pensionistas, los y las beneficiadas
por las rebajas del transporte público, las víctimas de la DANA, las personas
vulnerables y víctimas de desahucios y/o pobreza energética -que los hay
catalanes y del resto de España- merecen que les tomen el pelo y el bolsillo
por un palacete en París y, mucho menos, porque Junts no asume la
frustración de no gobernar Catalunya otra vez: realmente llegaron a creerse
que Sánchez iba a investir a Puigdemont en detrimento de Illa, ganador de las
elecciones de 2024; y así andan de despistados, sí, y de resentidos, midiéndose
con PP y Vox a ver quién carga más el cubata. Y la resaca, para nosotras.
No hay comentarios:
Publicar un comentario