domingo, 26 de enero de 2025

DE LIBERTARIOS Y FASCISTAS

DE LIBERTARIOS Y FASCISTAS

Venden que lo que tienen en común es una supuesta defensa de la 'libertad' para que no pensemos en lo que realmente tienen en común

DIARIO RED

 

Javier Milei durante su intervención en el Foro de Davos — Twitter (X) 

"Tampoco me siento solo porque a lo largo de este año he podido encontrar compañeros en esta pelea por las ideas de la libertad en todos los rincones del planeta. Desde el maravilloso Elon Musk hasta la feroz dama italiana, mi querida amiga, Giorgia Meloni; desde Bukele en El Salvador hasta Viktor Orbán en Hungría; desde Benjamín Netanyahu en Israel, hasta Donald Trump en Estados Unidos."

Después de aplaudir a Donald Trump en su toma de posesión en Washington, el presidente de Argentina, Javier Milei, voló al foro de Davos, donde dio un discurso de algo más de 20 minutos, en el que pronunció 22 veces la palabra 'libertad'. Además de citar a Churchill y declarar el 'wokismo' como la principal amenaza para occidente, en un párrafo destacado por numerosos medios de comunicación, enumeró a algunos de los líderes mundiales que considera sus aliados ideológicos. Esta enumeración es muy importante.

Sin duda, una de las características de muchas de las nuevas extremas derechas del siglo XXI es su insistencia en intentar apropiarse del significante 'libertad'. Las personas de izquierdas ya conocemos el truco y ya sabemos que no puede haber verdadera libertad si uno no llega a fin de mes, no tiene una vivienda digna, no puede pagar la calefacción o no tiene a su disposición una sanidad pública gratuita y universal cuando se pone enfermo (todos ellos elementos que las derechas atacan y socavan permanentemente). Y, además de saber lo que no significa la palabra 'libertad' cuando ellos la pronuncian, también sabemos lo que sí significa en sus labios: la "libertad" del capital de moverse por un mundo en el que las fronteras solamente son para los seres humanos, la "libertad" de los millonarios para violar las leyes con impunidad y, en definitiva, la "libertad" del más fuerte para coger de los bolsillos de los más débiles lo que le dé la gana. Cualquier persona mínimamente alfabetizada sabe cómo funciona el juego de manos y no cae en la trampa dialéctica.

El reivindicarse como 'liberales' les permite articular una forma de 'libertad de expresión' sin ningún tipo de límite, en la que incluyen la "libertad" de mentir o la "libertad" de emitir odio contra colectivos vulnerables y contra sus adversarios políticos

Sin embargo, no podemos negar que la decisión de muchas de las nuevas extremas derechas de etiquetarse a sí mismas como 'liberales' tiene ciertas ventajas que han sabido, sin duda aprovechar. Por un lado, les permite conectarse —por lo menos, dialécticamente— con la tradición política de la 'democracia liberal' y les separa —al menos, en la teoría— de las extremas derechas del siglo XX, las cuales ejercieron de forma evidente el autoritarismo. Por otro lado, el reivindicarse como 'liberales' les permite articular una forma de 'libertad de expresión' sin ningún tipo de límite, en la que incluyen la "libertad" de mentir o la "libertad" de emitir odio contra colectivos vulnerables y contra sus adversarios políticos. Sería arduo desarrollar aquí los diferentes razonamientos y armas discursivas que la nueva extrema derecha del siglo XXI ha construido en torno al significante 'libertad' y cómo golpean duramente en la batalla cultural a los demás actores, pero no cabe ninguna duda de que articulan este discurso con voluntad de blanqueamiento.

Por eso es importante la enumeración de aliados ideológicos que hace Javier Milei en Davos. El presidente argentino —el que se reivindica, quizás más que todos los demás, como 'libertario'— se coloca a sí mismo en el mismo campo político, por ejemplo, que Donald Trump; un tipo que está diciendo abiertamente que va a poner aranceles draconianos entre otras medidas proteccionistas. No existe ni un solo economista neoliberal que esté a favor de esta medida y, seguramente, a Milei, si le preguntan, no le quedará más remedio que decir que no está de acuerdo. Pero es que, además, el argentino se coloca también junto a Giorgia Meloni; la líder de un partido que es heredero directo de Mussolini. No parece que haya algo más opuesto a la libertad que el fascismo italiano. Milei también incluye en su familia política a Benjamin Netanyahu; un criminal de guerra que ya ha asesinado a más de 45.000 personas —más de la mitad de ellos, mujeres y niños— en la Franja de Gaza en el que pasará a las páginas más siniestras de la historia como el peor genocidio del siglo XXI. ¿Hay algo menos liberal que el asesinato sistemático de menores de edad en clave de limpieza étnica? Desde luego, no lo parece.

Lo que revela este conjunto de aliados tan poco liberales del 'libertario' presidente Milei es que el uso del significante de la 'libertad' no pasa ni la menos estricta de las pruebas del algodón

Lo que revela este conjunto de aliados tan poco liberales del 'libertario' presidente Milei —así como la existencia de aliados internos en su propia coalición que blanquean y reivindican la dictadura argentina— es que el uso del significante de la 'libertad' por parte de toda esta gente —y también por parte de algunos elementos españoles, como Ayuso, Cayetana Álvarez de Toledo, o el propio Santiago Abascal— no pasa ni la menos estricta de las pruebas del algodón. Venden que lo que tienen en común es una supuesta defensa de la 'libertad' para que no pensemos en lo que realmente tienen en común.

Una subordinación gallinácea a los violentos imperialistas del decadente hegemón norteamericano —aunque eso suponga ir en contra de tus propios intereses nacionales e incluso permitir que las grandes empresas de la metrópoli invadan tu soberanía para expoliar tus recursos naturales—, una defensa sin matices de los privilegios económicos, políticos y fiscales de los millonarios, una defensa cada vez más explícita del autoritarismo y la guerra —incluso el genocidio, si hace falta— frente a la democracia, una criminalización de las personas migrantes, de las personas pobres, de los activistas y los partidos de izquierdas, del feminismo y de cualquier tipo de diversidad sexual que no dudan en convertir en violencia institucional y que justifica la violencia física contra ellas.

Esto es lo que tienen en común todas las nuevas extremas derechas del siglo XXI y basta con mirar a la foto de familia que verbalizó Milei en Davos para entenderlo. No hay ni uno solo de ellos que sea 'liberal' o 'libertario'. Simplemente son fascistas con nuevos ropajes y renovada propaganda.

 

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