domingo, 26 de enero de 2025

EL GOBIERNO DE LOS IDIOTAS

EL GOBIERNO DE LOS IDIOTAS

AFROFÉMINAS 

Donald Trump — AdMedia/Starface / Imago / ContactoPhoto

La retórica antiintelectual que caracteriza a Trump no es inocente; está diseñada para fortalecer la conexión con sus bases más reaccionarias mientras perpetúa dinámicas de exclusión y opresión

La segunda presidencia de Donald Trump apenas acaba de comenzar, y el panorama es alarmante. Si algo ha quedado claro en estos primeros días, es que el mandatario norteamericano sigue siendo el mismo: un líder que combina discursos cargados de ideas inconexas con una evidente ignorancia en política internacional que, aunque pueda resultar cómica en la superficie, esconde graves consecuencias. La retórica antiintelectual que caracteriza a Trump no es inocente; está diseñada para fortalecer la conexión con sus bases más reaccionarias mientras perpetúa dinámicas de exclusión y opresión.

A pesar de aparecer como un movimiento antisistema, el trumpismo no es más que una ilusión. Al igual que otras manifestaciones de extrema derecha, su propósito genuino no es cuestionar las estructuras de poder, sino fortalecerlas. Trump representa un tipo de política que parece brindar soluciones inmediatas y llamativas, como aranceles superficiales y discurso proteccionista, pero en verdad salvaguarda los intereses de las élites económicas, garantizando que los ultrarricos, las grandes empresas tecnológicas y las industrias extractivas continúan acumulando riquezas.

La "guerra contra lo woke" y la oposición a las políticas de igualdad serán su auténtico campo de acción

No se producirán modificaciones significativas en el sistema económico que sostiene las desigualdades, aunque sí se implementarán acciones llamativas destinadas a fomentar el resentimiento de sus electores hacia grupos desfavorecidos. La "guerra contra lo wokey la oposición a las políticas de igualdad serán su auténtico campo de acción, ya que es en ese ámbito donde el trumpismo encuentra su fundamento de legitimidad, y además no implica un costo relevante para los intereses que realmente protege.

La agenda de perpetuación en el poder

El primer mandato de Trump enseñó lecciones evidentes sobre su estrategia política: debilitar las instituciones democráticas para garantizar que el cambio de poder se vuelva inviable. Su dominio sobre el Tribunal Supremo, afianzado en su mandato anterior, ilustra cómo la extrema derecha emplea los recursos del sistema para desmantelarlo internamente.

En este momento, con mayor experiencia y respaldo institucional, es probable que se implementen nuevas medidas autoritarias. Limitaciones al derecho al voto (básicamente a los afroamericanos), propagandas de desinformación masiva y relatos que dividen a la sociedad serán las herramientas de esta lucha por mantenerse en el poder. Este empeño, además, será respaldado haciendo referencia al "enemigo externo”, posiblemente China y la inmigración, y al "enemigo interno", que abarca a disidentes, personas racializados y grupos LGTBIQ+.

La reacción ante los avances sociales

Un motor fundamental del trumpismo es la respuesta agresiva ante los progresos en igualdad, antirracismo y derechos individuales. Por numerosos de sus electores, la diversidad y el pluralismo son vistos como una amenaza un peligro al mito del dominio anglosajón blanco que Trump se compromete a recuperar. Por ello, existe un fervor al atacar todo lo que se considera woke: iniciativas que luchan por la justicia racial, la equidad de género o los derechos de las personas LGTBIQ+.

En este marco, la estrategia de Trump aspira a devolver a los blancos anglosajones el privilegio y control que, según creen, han perdido. Esta narrativa perpetúa desigualdades estructurales y normaliza la violencia simbólica y física hacia las comunidades racializadas, que serán las más impactadas por las políticas del trumpismo.

Es cuestión de tiempo antes de que los votantes de Trump, actualmente eufóricos, enfrenten la realidad: las promesas sociales y económicas no se materializarán. Al igual que en ocasiones anteriores, se utilizará el concepto de la "herencia recibida" para explicar los fracasos, al tiempo que se apuntará a adversarios internos y externos como culpables de los problemas que enfrenta el país.

La maquinaria del trumpismo está configurada para dirigir la frustración de sus seguidores hacia aquellos que abogan por un mundo más equitativo

No obstante, esta desilusión no se manifestará en reflexión o remordimiento. La maquinaria del trumpismo está configurada para dirigir la frustración de sus seguidores hacia aquellos que abogan por un mundo más equitativo. Este ciclo de rencor y contención constituye la base de la táctica política de la ultraderecha.

Con la segunda presidencia de Donald Trump ha llegado el gobierno de los idiotas. Pero, aunque efectivamente el presidente, en muchas ocasiones, parezca un completo imbécil, en esta ocasión los idiotas son votantes que han permitido volver al poder a un personaje que ya intentó un Golpe de Estado para revertir un resultado electoral. Ellos van a ser los paganos de la edad de oro del fascismo que se avecina. Al otro lado estaremos los demás.

La retórica del trumpismo y la extrema derecha es ruidosa, pero nuestra reacción debe ser clara y contundente: no dejaremos que el odio y la exclusión marquen el futuro.

 

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