MANIOBRA LOCO PEDRO
ANTÓN LOSADA
Que
el PP diga ahora que va a pedir firmas para que Sánchez revalorice las
pensiones que ellos han impedido revalorizar, o que Junts nos jure ahora que si
solo son las pensiones cuenten con su voto después de decirnos que o susto o
muerte, demuestran hasta qué punto los cazadores empiezan a sentirse presas
Ante las especulaciones sobre hasta
dónde puede llegar realmente este rastreo y batida sistemática que Partido
Popular y Junts ejecutan casi a diario con sus avisos de dolor, mucho dolor
para el Gobierno, y el sueño húmedo de una hipotética moción de censura, el
presidente ha variado de golpe el rumbo 180 grados y activado un único golpe de
sonar, como ordenaban los cánones de la armada soviética: el famoso decreto
ómnibus no se va a desarmar en varios decretos al dictado de los unos y los
otros. La presa es ahora el rastreador y los rastreadores no tienen más opción
que, o mantener el rumbo de colisión, o variarlo.
La segunda parte de la maniobra Loco Pedro resulta aún más extrema. Emulando al lituano héroe de la armada soviética, capitán Marko Ramius, una vez disparado en su contra el torpedo del rechazo al decreto ómnibus, se dirige a toda máquina hacia el mismo para acortar el tiempo de armado y anuncia que el Gobierno volverá a presentarlo básicamente tal y como está. Como le sucedía al capitán Ramius en el Octubre Rojo, parte de la tripulación desconoce o no entiende la estrategia y se pone nerviosa exigiéndole que cambie el rumbo de manera inmediata y presente los decretos como le exigen el PP y Junts. Pero Sánchez juega con varias ventajas.
La primera es que nadie apuesta porque Junts se anime a votar
una moción de censura con Vox y el PP y arriesgarse a una carnicería electoral
en años de no precisamente abundancia de votos. Eso hace que el tiempo de
armado del torpedo de la moción resulte tan largo que no se puede ni calcular a
día de hoy.
La segunda ventaja tiene que ver con la sensibilidad de lo
votado. En el mejor escenario posible, PP y Junts pueden aspirar a que
pensionistas y usuarios del transporte enfadados repartan culpas entre ellos y
el gobierno; en el peor escenario les cae el marrón completo. Ambos son
partidos que tienen a sus más fieles votantes entre los boomers y generación X
que vimos La Caza del Octubre Rojo en un cine.
El argumento del ómnibus es un tecnicismo sin valor en la calle.
Que el PP diga ahora que va a pedir firmas para que Sánchez revalorice las
pensiones que ellos han impedido revalorizar con su voto, o que Junts nos jure
ahora que si solo son las pensiones cuenten con su voto después de decirnos que
o susto o muerte y que no se negocia nada hasta que el PSOE cumpla, demuestran
hasta qué punto los cazadores empiezan a sentirse presas.
Mira que llevan años detrás de Sánchez y aún no han aprendido
que, cuánto más presionado está, mejores son sus prestaciones.
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