EL PP, EN CONTRA DE
LA MAYORÍA SOCIAL
POR
VERÓNICA BARBERO
El presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, durante una sesión plenaria
extraordinaria, en el Congreso de los Diputados.Gabriel Luengas / Europa Press
De
la derecha extrema y la extrema derecha esperábamos confrontación constante con
nuestras supuestas políticas woke (el feminismo, el antirracismo o
incluso la defensa de los derechos humanos). Tal vez ustedes nos tomarán por
ilusas, pero pensábamos que políticas que mejoran la vida de las personas
mayores, las pensionistas -nuestras abuelas-, o de las personas trabajadoras
que utilizan el transporte público por razones de coste y conciencia
medioambiental, el cálculo electoral y partidista se vería superado por el
sentido de la responsabilidad y el amor patrio (ese del que mucho presumen y
que, a la vista está, poco practican).
Sí, efectivamente, estoy hablando del Real Decreto-ley que esta semana llevó el Gobierno de coalición al Congreso, que contenía medidas fundamentales para mejorar la vida de millones de personas gracias a la revalorización de las pensiones y del Ingreso Mínimo Vital. También para prorrogar otras destinadas a mantener el escudo social, como el mantenimiento hasta junio de las ayudas al transporte público, la prohibición de corte de suministros de agua, luz y gas a hogares vulnerables y una mayor cobertura antidesahucios.
Como
ya saben, esta norma ha caído por los votos en contra de todas las derechas,
señaladamente del que se autodenomina “partido de Estado”, el Partido Popular.
Así, el PP ha sustraído dinero directamente del bolsillo de 11 millones de
personas, en su mayoría mujeres, porque paraliza las subidas aplicadas a 1 de
enero de este año: la del 6% de la pensión mínima, la del 9% de la no
contributiva y la del 9% del Ingreso Mínimo Vital, ese cuyo incremento tanto
reclama el propio Partido Popular.
Asimismo,
ha decaído la ampliación hasta junio de la bonificación del transporte. Esto
significa, por ejemplo, que aquellas personas que se beneficiaban de la
gratuidad del abono de Cercanías, Rodalies o Media Distancia, ahora dejarán de
hacerlo. La mayoría de ellas son trabajadoras o estudiantes que tienen que
desplazarse diariamente para cumplir sus obligaciones laborales o llegar a su
centro de formación. También se duplicarán los precios del transporte urbano.
Ya
sabemos que la cuestión que más inquieta a la ciudadanía es la vivienda. Una
preocupación que se convierte en angustia para aquellas familias que no pueden
hacer frente al precio desorbitado del alquiler y se van a la cama con el miedo
de sufrir un desahucio. El Real Decreto-ley también incluía un colchón de
seguridad para ellas, al prohibir los desahucios para familias vulnerables.
La
reacción de la sociedad ante esta actitud del partido que dice ser el ganador
de las últimas elecciones generales se sitúa entre la estupefacción y la
expectativa. Sin embargo, la respuesta a todos los interrogantes nos la ha dado
el propio PP cuando afirma que están “en el camino correcto”. Efectivamente,
para los populares, entre ganar derechos y hacer daño a la sociedad, la senda
adecuada siempre es recortar derechos e infligir dolor a quienes más necesitan
de un Estado de Bienestar fuerte.
En
Galicia sabemos bien la forma de entender la política que tiene el actual líder
del PP, donde Feijóo gobernó durante casi 14 años con mayoría absoluta. Ni sabe
ni quiere negociar. Ni sabe ni quiere hacer políticas con un objetivo que
trascienda las siglas de su partido y su rédito. Y esto supone un enorme lastre
para la política en España y, por tanto, para la ciudadanía. No sólo es un
problema de irresponsabilidad del mayor partido de la oposición, es también un
problema de capacidad.
Esta
es la clave que permite entender lo que ha pasado en el Congreso esta semana.
Tenemos una oposición sin rumbo, irresponsable e incapaz. Una irresponsabilidad
y una incapacidad demostrada también con la reconstrucción de Valencia. En las
últimas semanas, hemos visto al señor Feijóo y a otros representantes populares
exigir más recursos y mejores ayudas. ¡Han llegado incluso a acusar al Gobierno
de coalición de priorizar a la población de Gaza frente a los y las
valencianas! Lamentable. Pues bien, este miércoles, cuando tuvieron la
oportunidad, votaron en contra de la ampliación de ayudas para las personas
afectadas por la DANA. También para las damnificadas por la erupción del Volcán
de la Palma en 2021.
El
PP fue el único que votó en contra de este Real Decreto-Ley. También lo
hicieron VOX y Junts. A los de Puigdemont se les olvidan dos cosas: una, que
esta decisión no es comprensible para buena parte de su electorado, todo aquel
que, por ejemplo, cobra una pensión. Y dos, que dañar a la mayoría social de
esta manera solo se traduce en más antipolítica, solo beneficia a la extrema
derecha; a esos junto a quienes votaron, que curiosamente también son los que
quieren encarcelarles e ilegalizarles.
La
política deja de tener significado cuando los partidos se convierten en fines
por sí mismos. En Sumar sabemos que nuestra responsabilidad es velar por el
bienestar colectivo, no por un emblema.
Toca
volver a traer este Real Decreto-ley, íntegramente, al Congreso, cuanto antes.
Mejor mañana que pasado. Y dialogar hasta la extenuación para sacarlo adelante.
Para eso estamos en el Gobierno y en el Congreso, porque para eso nos votaron.
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