martes, 7 de enero de 2025

EN EL NOMBRE DEL PADRE

EN EL NOMBRE DEL PADRE

JAVIER AROCA

Si tu padre era así y así todo te llegó, cómo te vas a desprender de tu padre biológico y de tu padre-abuelo político. La monarquía tiene este defecto de fabricación, los expertos dirían que tiene una defectuosa legitimidad de origen

El rey no asistirá al primer acto por el aniversario de la muerte de Franco

Unos años después de aquello –Adolfo Suárez reconoció más tarde que lo colaron porque no habría resistido un referéndum– sin que aún fuéramos una democracia apareció el rey, en enero de 1977, en el texto de la ley de Reforma Política. Torcuato Fernández-Miranda, hombre también del Movimiento, se había encargado de la crianza política de Juan Carlos. Queriendo ser escrupuloso fue autor de la célebre frase: “De la ley a la ley a través de la ley”. Querían que pareciera un accidente legal pero no, desde el principio el rey ya venía en todos los paquetes, atado y bien atado en el lote; como apareció en el momento constituyente ya constituido per se y no per accidens, así nos cuentan que votamos y aceptamos la monarquía.

De este rey que ha gustado últimamente de aparecer en el barro queda poco que esperar, sus apariciones tienen más de esperpénticas y coheteras tuiteras encomendadas a la comunicación imaginativa de su Casa

A don Torcuato, fino jurista, no se le escaparía que el momento inicial fue rogado, lo tomas o lo dejas; la ley citada, aunque sometida a referéndum, fue una ley fundamental del ordenamiento franquista, con esa advertencia terminaba el redactado, y como tal fue aprobada por los procuradores del régimen franquista y el máximo órgano del partido único. Evidentemente, a pesar de lo obvio, para entonces los juristas de la corte, con trienios o de la nueva corte orgánica pazguata, ya estaban predispuestos a tragar lo que les echaran.

Si tu padre era así y así todo te llegó, cómo te vas a desprender de tu padre biológico y de tu padre-abuelo político. La monarquía tiene este defecto de fabricación, los expertos dirían que tiene una defectuosa legitimidad de origen; las cadenas de legitimidades de las monarquías se rompen, no obstante, pero solo cuando alguien, algún monarca, adquiere una legitimidad de ejercicio robusta y no parece el caso. De este rey que ha gustado últimamente de aparecer en el barro queda poco que esperar, sus apariciones tienen más de esperpénticas y coheteras tuiteras encomendadas a la comunicación imaginativa de su Casa que de la ejemplaridad y austeridad de ideas de una monarquía moderna adaptada con pulcritud a los tiempos democráticos; un esfuerzo enorme, hay que reconocerlo, en una institución que no lo es. Pero en la medida en que el modo de reproducción de la monarquía es la sucesión seminal, si no puede ir el padre a distanciarse de la dictadura de Franco, que vaya la hija, que tres reinados bien deberían bastar para alejarse del padre de tu padre, aunque se te aparezca por las noches. 

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