EL REY ELIGE BANDO
ANTONIO MAESTRE
Las excusas que la Casa Real ha dado en
connivencia con este gobierno son un compendio de nuestra memoria fallida y de
cómo la monarquía está preocupada por no perder el favor de la extrema derecha
y de los reaccionarios
Hay muchas razones por las que el jefe del Estado de España puede ignorar y humillar la memoria de las víctimas de la dictadura, pero ninguna nos devuelve una bonita imagen como país. El primero de esos motivos es que el rey y la monarquía le deben su lugar en el poder, por simbólico que sea en 2024, a la dictadura y a Francisco Franco. Estar en un acto de desagravio a las víctimas en la efeméride de la muerte del sátrapa sería reconocer la ilegitimidad de su institución y por eso han evitado estar presentes el 8 de enero en el primer acto de conmemoración de 2025, que pretende honrar a quienes sufrieron represión durante la dictadura.
Los monárquicos no van a hacerse
preguntas, pero aquellos que dicen tener el alma republicana y no dejan de
proteger a Felipe VI como antes hicieron con Juan Carlos I tendrían que
preguntarse qué le pasa a un país que tiene un rey que puede ignorar a las
víctimas de su dictadura como no haría con cualquier otro colectivo de
víctimas. Llegará un momento en el que todas estas utilizaciones instrumentales
de la memoria no le servirán para ocultar la protección que otorga a una
institución como la Casa Real, que se permite el lujo de despreciar a todos los
que sufrieron represión para que un monarca pueda ser elevado a lo alto de jefatura
del Estado como método de chantaje para poder vivir en democracia y hacer que
olvidemos la posibilidad de hacer justicia a los represores y a los genocidas.
Si el rey quisiera de verdad honrar a
los españoles a los que dice representar aparecería en una fosa de quienes
lucharon por la democracia y todavía no tienen un lugar digno para descansar y
que sus familiares puedan por fin darles sepultura, pero eso sería honrar a la
verdad, la justicia y la dignidad. Felipe VI no tiene la altura suficiente como
estadista para dar un paso de ese calibre y acobardado ha elegido bando, el de
aquellos que quieren dejar la memoria de lo más grande que ha tenido este país
en las cunetas uniéndose a sus victimarios. Hay quien dice que la reina Letizia
tiene una sensibilidad diferente: veamos si es verdad y es capaz de influir y
convencer al rey de que abandone el lado equivocado de la historia. A quienes
luchamos por la restitución justa de la verdad nos importa poco lo que hagan,
seguiremos peleando sin ellos porque estamos mejor sin aquellos que pisotean la
memoria.
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