FELIPE VI ECHA UN
RAPAPOLVO
POR ANA
PARDO DE VERA
El rey Felipe
VI, durante la emisión de su mensaje
Navideño.Captura
de TVE
En
su habitual discurso de Nochebuena, el rey se ha tomando muy en serio su papel
de ‘moderador’ (art. 56 Constitución Española) y ha decidido ponerse a repartir
collejas a los políticos por la crispación "atronadora" en la que
andan inmersos. Sin dar nombres y en uno de sus discursos más políticos
desde que ocupa la Jefatura de Estado —excluyendo la desafortunada
arenga del 3 de octubre de 2017 sobre Catalunya y el procés— Felipe VI ha
pedido a las fuerzas políticas que dialoguen más y se griten menos.
El papel de ‘moderador’ del rey, no obstante, es delicado y como es preferible que no dé nombres —por su salud y la de la democracia, que ya cojea bastante, precisamente, por la Corona—, el rapapolvo real por la crispación se ha vestido de una insoportable equidistancia que servirá a PP y Vox para arremeter contra el Gobierno y decir, por ejemplo, que el jefe del Estado le ha cantado las cuarenta a Sánchez por gobernar y hasta por existir, como si los oyera.
De
hecho, es lo único que puede hacer la (ultra)derecha para utilizar el discurso
contra el Ejecutivo, si tenemos en cuenta, además, que el rey se ha referido
a cosas que son una invención de la izquierda, según los autoritarios, como
la emergencia climática o los derechos humanos con los migrantes, que para los
fascistas ni son humanos ni tienen derechos salvo si disponen de una nutrida
cuenta corriente.
“¿Pues
no va y dice Felipe VI que cuidemos las democracias liberales en Europa
cuando las buenas son las iliberales de nuestros colegas Orban
o Meloni?”, estarán rumiando en Vox en estos momentos y pensando ya en que el
rey va camino de entrar en el equipo del Papa Francisco, el de esas instituciones
conservadoras y cobardes que no actúan como se espera de ellas y venga a
dar la matraca con los derechos humanos, aunque al rey se le haya pasado una
mención al terrorismo machista, que del otro sí ha hablado y causó menos,
muchas menos, víctimas.
Claro
que qué va a expresar la cabeza de la
institución más machista del Estado, que no ha movido un dedo
por pedir la reforma constitucional de su sucesión para que no siga
prevaleciendo el varón, en un texto que duele sólo leerlo y aunque el rey haya
tenido la suerte de tener dos hijas, las cuales, por cierto, han sobrevolado
todo un discurso dirigido en buena parte a la juventud y sus problemas
de empleo y vivienda, aunque ellas no sepan lo que es eso ni remotamente.
Nada
nuevo bajo en palacio, podríamos decir, salvo el chirrido que provoca un
discurso tan político sin citar responsables, de tal forma que nadie se dé
por aludido; ni el rey siquiera, que ha dejado a su padre fuera de todo recuerdo por lo
que pudiera pasar. Aunque nosotras no olvidamos y además, se lo diremos
siempre: menuda estafa de emérito.
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