EL CAMAROTE DE LOS HERMANOS PP
El rey Felipe VI, el presidente del Gobierno, Pedro
Sánchez y todos los presidentes autonómicos, la mayoría del PP, el pasado
viernes en Santander.Pedro Hoyos | EFE
Escribía
Paul Krugman esta semana en su último artículo en The New York Times,
resumiendo la percepción global de la evolución global (¿o involución?)
de la política y sus dirigentes entre 2000 y 2024, su tiempo de colaboración en
el rotativo estadounidense, que “aunque el resentimiento puede llevar al poder
a gente mala, a largo plazo no puede mantenerla en él. En algún momento, el
público se dará cuenta de que la mayoría de los políticos que despotrican
contra las élites, en realidad, son élites en todos los sentidos
importantes, y empezará a pedirles cuentas por no cumplir sus promesas".
A Krugman le cayeron chuzos de punta en X, naturalmente, por criticar a esas élites que no van de élites, los Trump, los Musk (propietario de X), su séquito USA y sus imitadores latinoamericanos, europeos o españoles; a esos privilegiados que solo buscan poder y/o hacerse más privilegiados a costa de lo que sea -el planeta, las minorías, los migrantes, las mujeres o la información- y convencen, además, a algunos cabreados de que votándoles/apoyándoles a ellos, podrán ser también millonarios renegando del Estado -salvo para su negociado o rescates-, los servicios públicos, la solidaridad, la igualdad o la ciencia. Solo son una parte de cabreados, digo, porque también hay sujetos que piensan como Trump y los/as trumpistas del mundo, no seamos ingenuas, y estaban deseando que llegara al poder uno de los suyos: machista, xenófobo y delincuente, pero rico; muy rico.
El
viernes pasado tuvimos en la Conferencia de Presidentes un
ejemplo claro y español (muy español) de lo que es creerse la política como
servicio público y lo que es entenderla como el servicio al partido o a una
misma. El brillante unicornio que sobrevolaba Santander pretendía que en este
encuentro de presidentes y presidentas autonómicas con el jefe del Ejecutivo
estatal se hablará de la financiación territorial, del alivio a los
niños y niñas migrantes que se amontonan en centros de Canarias y Ceuta,
sobre todo, con unos servicios públicos al borde del colapso, y de cuestiones
de tanta urgencia y competencias compartidas entre administraciones como la vivienda.
Allá
fueron a tierras cántabras el presidente vasco y el canario con su hojita de
propuesta para paliar la crisis migratoria de los menores... Y para nada
también, porque apenas se les hizo caso, aunque en privado, la mayoría de los
dirigentes territoriales admitieran que el de Pradales (lehendakari) y Clavijo
(presidente de Canarias) no era un "mal plan".
¿Entonces?
Entonces en el Partido Popular mandan tres y por este orden: Vox, Ayuso y
Feijóo (y solo a veces). Vox amenaza con bloquear todos sus apoyos a los
presupuestos autonómicos de todos los gobiernos del PP que los necesitan si se
alcanza algún acuerdo con Sánchez, mucho más si es para los derechos infantiles
de esos "MENAS con móvil", como les escupe la ultraderecha. Y el PP
otorga, aunque cogobierne las Islas con Coalición Canaria.
Además,
aunque el presidente del Gobierno haya intentado romper la unidad del PP
haciendo extensiva la condonación de la deuda de Catalunya acordada con el
president Illa al resto de autonomías que lo soliciten (algo que a todos
los ciudadanos/as conviene, sin lugar a dudas), Ayuso, que solo tiene
deuda privada y lo privado en la cabeza, además de un obsceno privilegio fiscal
capitalino, ha dicho que no; que si acaso, condonen esa hipoteca a la
Comunitat Valenciana nada más, uno de los territorios más endeudados y que
bastante tienen con los efectos de la DANA. Porque así funciona la solidaridad
de los políticos-élite: con caridad exclusiva hacia su gente, o sea, hacia el
presidente valenciano Carlos Mazón (PP), todo un ejemplo de buen hacer
en los peores momentos, como saben. Así que todos los presidentes del partido
de Ayuso (y Feijóo) han dicho que no, que lo de la condonación es un "parche",
si bien por lo bajini empiezan a hacer cuentas. Ya están tardando en
explicar a sus respectivos gobernados y gobernadas, por cierto, lo que es un
"parche" en una situación de deuda. Y, de paso, díganles que para lo
de la vivienda no tuvieron tiempo de hablar, que ya otro día y que viva Trump.
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