EL REY SE HACE UN SELFIE EN EL BARRO
OPINIÓN DE ISAAC ROSA
El rey aprovecha el discurso navideño
para hacerse un doble selfie en los dos barros, el real y el metafórico: el de
la DANA y el del fango político. Y en ambos barrizales tiene fácil brillar y
salir ileso
Los reyes siempre dan muy bien en las
fotos, es parte de su educación desde niños: posar, colocarse en el centro de la
imagen, el cuerpo erguido, la sonrisa perfecta o la gravedad adecuada según
requiera el momento. Cualquier foto donde salga el rey, da lo mismo si es la
apertura de las Cortes o una final de tenis, se convierte de inmediato en un
retrato institucional que puede colgarse en una dependencia oficial. Y siempre
sale guapo y brilla más que sus acompañantes, que parecen más grises, ojerosos,
vulgares, sin el resplandor que acompaña al monarca. El rey brilla, pero brilla
más por contraste.
O más bien, en el doble barro: el de la DANA, y el de la política enfangada. El primero era obvio: con solo mencionar lo sucedido en Valencia, todos tenemos en mente su foto en Paiporta manchado y rodeado por gente furiosa. Clic. El segundo, lo elaboró un poco más, repitiendo palabras de un mismo campo semántico hasta agotar el diccionario de sinónimos: diálogo, consenso, concordia, acuerdo, voluntad común, entendimiento, convivencia, compromiso, trabajo en común, espacio compartido, bien común… ¿Se entiende lo que quiere decir, o te hago un dibujo?
Es cierto que sus discursos navideños
frecuentan ese territorio, pero este año insistió especialmente, y todos lo
pillamos: el rey propone “serenidad” y entendimiento –el espíritu de la
Constitución, que como el fantasma de Dickens siempre vuelve por Navidad–,
mientras los políticos chapotean en el lodazal de la lucha partidista, la
polarización, las acusaciones de corrupción, el cruce de querellas, el insulto,
el bulo y la incapacidad de hablar. Serenidad vs. “contienda atronadora”.
Así que el rey se hizo un doble selfie
navideño, en los dos barros, el real y el metafórico: el de la DANA y el del
fango político. En ambos barrizales tiene fácil brillar y salir ileso, pues el
rey no toma decisiones, no comete errores, no dependen de él la ayuda a los
afectados ni los acuerdos parlamentarios, lo ve todo desde la barrera, se pasea
por los escenarios complicados, con alguna salpicadura, pero sin mayor
destrozo. Así es fácil salir guapo en la foto. Y sereno. Clic.
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