223 MUERTES NO VALEN UN TICKET
POR ANA
PARDO DE VERA
El líder del PP, Alberto Núñez
Feijóo, durante su intervención el pasado viernes en Madrid para realizar
balance del año 2024.Chema Moya | EFE
Si
algo hay que reprochar a un dirigente político, hasta el punto de ponerlo en
cuestión, es la falta de empatía; si encima, muestra tanta torpeza como para
dejar traslucir esa ausencia públicamente, más vale no imaginar qué ocurriría
si llega al poder, al Gobierno del Estado, en este caso. Hablamos de Alberto
Núñez Feijóo, líder del PP y de la oposición parlamentaria, que
en su comparecencia de valoración del año 2024, respondió sin escrúpulos ni
consideración alguna a las víctimas a la pregunta sobre la sexta versión de Carlos
Mazón, presidente de la Generalitat Valenciana, sobre su presunta comida
en el restaurante El Ventorro mientras una DANA inédita arrasaba
parte del territorio que gobierna y de cuya protección y bienestar es
responsable máximo.
Mazón alega ahora que fue a comer presuntamente (todo es presunto en Mazón) con una periodista valenciana como líder del PP de la Comunitat y por eso no existe un registro público en Presidencia de la Generalitat sobre la factura de ese almuerzo. ¿Un presidente autonómico que va a comer con una periodista para ofrecerle la más alta responsabilidad de la televisión pública valenciana en nombre del PP? Cosas más indecentes se han visto, desde luego, en la eterna historia de la corrupción de esta España nuestra, pero si Mazón quería limpiar su Presidencia de cualquier responsabilidad en la DANA por incomparecencia en las peores horas, las primeras, ha terminado de alicatar lo que intuíamos: que el presidente valenciano y líder del PP ídem no quiere que se sepa qué hizo en ese tiempo porque conocerlo lo culpa directamente de la falta de previsión y toma de decisiones en las cinco primeras horas de la riada, que se cobró 223 víctimas mortales, decenas de heridos/as y centenares de damnificados.
De
verdad que cuando preguntaron a Feijóo por esta última versión de Mazón sobre
su presunta comida en El Ventorro la semana pasada y el ticket de
la misma que se niega a hacer público, creí que el presidente del PP
nacional daría de una vez un puñetazo encima de la mesa y mandaría al
valenciano un mensaje claro sobre la necesidad de transparencia y rendición de
cuentas (sic), como mínimo, por respeto a muertos, muertas y sus familias.
Aunque solo fuera por eso, por un mínimo de decencia. Pues no: Feijóo ha
considerado que lo de bajarse al barro (sic) para "mirar" un puñetero
ticket de comida es demasiado vulgar para una alta responsabilidad como la
suya, que aparte de liderar un partido que incluye a un president
desaparecido en lo peor de la peor tragedia de su pueblo, no sabemos cuál
es.
Dicho
de otra forma y con otra pregunta al respecto: "¿Señor Feijóo, como líder
del PP y responsable del mismo en toda España, haría usted el favor a los
valencianos y las valencianas de intentar comprobar que Mazón dice la verdad, hacer
públicas las pruebas de su (in)competencia y cuál es la dimensión de su responsabilidad
política (las penales se verán en los tribunales) en una tragedia que se ha
llevado 223 vidas por delante y que ha dejado muchas otras tan arrasadas como
el propio territorio por el que se desbordó el agua?". Porque esta intención y obligación es la de la prensa a la hora
de preguntar a Feijóo por el ticket de la comida de marras: para
conocer y trasladar a la opinión pública qué diablos hacía Mazón mientras su
pueblo se ahogaba; para fiscalizar los errores cometidos, perfeccionar los
sistemas ante una realidad climática cambiante y arrolladora y asumir
responsabilidades políticas en su caso (indubitado en el de Mazón)
Feijóo,
con su respuesta a los periodistas sobre su intención de no conocer el detalle
de la (no)actuación de su presidente valenciano nos ha confirmado su forma de
hacer política, la misma que practica con Ayuso de callar y otorgar, de
hacer la vista gorda ante los desmanes cometidos si la cuestión es gobernar a
costa de lo que sea. Ni víctimas ni nada. Y es que ya lo decíamos ayer, y
en Galicia le funcionó divinamente: "Si no miraba los
fardos, como va a mirar los tickets...". Los fardos
de Marcial Dorado, queremos decir, si alguien no está al tanto de
esta sonada amistad. Este domingo, por cierto, nos enteramos por Infolibre de que el
narcotraficante gallego sigue viviendo en la mansión que visitaba Feijóo y que
le incautó el Estado... hace nueve años. Unos por otros, ya se sabe: nadie
ve nada, ni fardos ni Winston de batea ni narcos ni tickets ni sobres ni
defraudadores confesos.
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