CARLOS MAZÓN, EL
DAVID BOWIE VALENCIANO
Si ser rico consiste en vivir
muchas vidas en una sola, Mazón –qué importa si como president o como líder del
PP– es millonario
Carlos Mazón comenta algo sobre las obras de la nueva estación
de Alicante. / Redes sociales de
Carlos Mazón
Carlos Mazón, hombre del año según la Revista El Meteorólogo, vuelve a ser noticia. Preguntado por la factura que demostraría, por fin, que su enésima versión de por qué abandonó sus responsabilidades durante la mayor tragedia de las últimas décadas es la versión buena, Mazón ha respondido que no va a mostrar ninguna factura tal y como obliga la ley de transparencia para cargos públicos. No lo hará porque quien alargó aquella comida en el restaurante El Ventorro no lo hizo en calidad de president de la Generalitat Valenciana, sino como líder del PP. Buenas tardes, presidente, le dijo el metre aquel 29 de octubre al entrar por la puerta del restaurante y Mazón le corrigió de inmediato: no me llame presidente, soy un simple líder del PP valenciano. Su botella de vino, presidente, insistió avanzada ya la velada un camarero cualquiera que seguía anclado en el error y Mazón, tipo de convicciones firmes, volvió a corregirlo. No sé de qué presidente me habla, yo soy simplemente un tipo del PP que pasaba por aquí. Imaginen la cara de desconcierto de su acompañante, la periodista a la que Mazón –según la versión número 535– le estaba ofreciendo dirigir la tele pública valenciana cuando descubrió que el ofrecimiento no se lo estaba haciendo el presidente de la Generalitat, sino un tipo cualquiera.
Sabemos,
porque no le fue posible estar al mismo tiempo en El Ventorro y en el Centro de
Coordinación de Emergencias, que Mazón no posee el don de la ubicuidad. Defecto
que suple con creces gracias al don de la personalidad múltiple, virtud que
maneja con maestría. Además de utilizar con absoluta fluidez la dualidad
president valenciano-líder del PP, Mazón es más cosas. Es un tipo creativo al
que su talento no sólo le sirvió en 2011 para presentar su candidatura a
Eurovisión, sino que también le sirve para crear historias fascinantes a día de
hoy. Una faceta que ha puesto en marcha en los últimos tiempos quitándole
importancia a la catástrofe horas antes de que sucediese o, más tarde, culpando
a meteorólogos, al tráfico inexistente aquella tarde en Valencia o a
subordinados a los que despidió por no haber estado a la altura durante aquel
desastre. Qué vergüenza, les dijo antes de darles el finiquito. Una creatividad
tan desbordada como un arroyo en barranco valenciano gracias a la cual presentó
numerosas versiones en fase beta –los artistas también utilizan el método
prueba-error– como aquella en la cual aquel día sí que era presidente
valenciano y estaba reunido con un empresario que luego desmintió todo aquello.
Además
de todo esto, Mazón es un tipo de mente abierta, dispuesto a cambiar de
opinión, cosa rara en estos tiempos de fanatismo. Es por eso que, tras verlo
agradecer en público la colaboración del Gobierno central, días más tarde lo
pudimos ver denunciando que el Gobierno central lo había dejado solo, que no
había aparecido por allí. Lo cual nos habla de una personalidad flexible,
generosa. Es por eso que Mazón, además de artista, president o líder del PP es
también amigo de sus amigos. Sólo alguien que aprecia y cuida la amistad sería
capaz de, con las calles aún llenas de escombros y los familiares de las
víctimas pidiendo explicaciones, ponerse a repartir contratos millonarios a
dedo entre empresarios afines al partido enfangados en antiguos casos de
corrupción. Mazón es muchas cosas y todas a la vez. Una especie de David Bowie
valenciano que saldrá airoso de este pequeño bache. Si, como decía alguien, ser
rico consiste en vivir muchas vidas en una sola, Mazón –qué importa si como
president o como líder del PP– es también millonario.
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