LA TURBA CONTRA JUANA RIVAS
Lito Lizana / Zuma Press / ContactoPhoto
Mentirosa. Secuestradora. “Peón propagandístico”. Loca. Delincuente. Manipuladora. Un peligro para sus hijos. Monstruo
Esta
semana supimos que la fiscalía italiana procesa a Francesco Arcuri, ex pareja de Juana
Rivas, por presunto maltrato a sus hijos. Arcuri, que ya fue condenado en 2009
por lesiones contra su entonces pareja Juana, sometía a ambos niños
“habitualmente a violencia física, vejaciones, insultos y amenazas” según el
informe fiscal. El hijo menor continúa viviendo bajo el mismo techo que este
maltratador forzado por la justicia italiana pese al proceso penal abierto. El
otro hijo de Juana, ya mayor de edad y que habita junto a su madre, ha pedido
públicamente en un vídeo que la justicia ampare y proteja a su hermano de la
ira de su padre.
¿Quién repara tanto dolor? ¿Qué justicia te devuelve los años perdidos? Podríamos decir que la situación de Juana es consecuencia de un sistema judicial patriarcal y del machismo mediático que le dio cobertura. Esa violencia institucional es la explicación estructural y la única que logra justificar la cadena de infamias que castigó durante más de una década a esta mujer y a dos menores de edad, como bien relata Marisa Kohan. Pero todas las estructuras se componen de elementos, y todas las cadenas se mueven rueda a rueda dentada. Con nombres. Con responsables. Y yo quisiera hoy pasarles la factura.
A Juana la lincharon periodistas
como Andros Lozano en el Español, con el reportaje que la bautizó como “la gran manipuladora”
Lo de
Juana fue un arrancamiento. Le arrebataron a sus hijos en una extirpación,
pretendidamente quirúrgica, (ya saben, ley y orden) pero cargada de inquina.
Aprendí lo que era el arrancamiento de boca, por cierto, de Pamela Palenciano,
otra de las valientes que tiene las espaldas curtidas de odio. A Juana le
arrancaron a sus hijos varias veces: cuando la justicia española les
desprotegió al no considerar a esos niños víctimas de la violencia que, como se
sabía, sufría su madre. Cuando ambos países no cooperaron, sino que
consintieron llevar a esos niños a convivir con su padre. Cuando un juzgado de
Violencia de género (y una jueza) guardó en un cajón la denuncia de malos
tratos durante más de un año, como recordaba Vicky Rossell. Y
por supuesto, claro, cuando apareció en escena él, el Juez Manuel Piñar, que con su misógina sentencia
acusándola de sustracción de menores abrió la puerta a la turba que linchó a
Juana. Piñar, ultraderecha con toga, plasmaba en sus sentencias los ejemplares
castigos que él daría a toda mujer desobediente. No tuvo en cuenta ni el parte
de lesiones ni la condena contra Arcuri de 2009, y dijo que Juana “explotaba el
argumento del maltrato”. Y si le quedaba algo de odio (y negligencia) en el
tintero, lo vomitaba en su muro de las frustraciones que era Facebook,
insultando a esas feminazis que retaban su autoridad. Piñár,
hoy jubilado, está siendo investigado por un posible delito de odio por unas
publicaciones en sus redes sociales, porque tampoco le gustan demasiado los
“gitanos, negros, moros y chinos”. También ha sido sancionado por la Comisión
Disciplinaria del Consejo General del Poder Judicial por un comunicado sobre el
caso Juana Rivas en el que revelaba datos personales y privados de los menores
con una bajeza indescriptible. La justicia, amigas, no es una dama ciega que
sostiene en equilibrio una báscula de bronce; es un fascista pitopáusico con la
balanza trucada.
Después
del arrancamiento vino linchamiento. Uno de verdad, de los que hacían a las
brujas y a los esclavos, de los de antorcha, insultos y patadas, y no las
memeces que he leído últimamente a propósito de linchar. A Juana la lincharon
periodistas como Andros Lozano en el Español, con el reportaje que la bautizó
como “la gran manipuladora”. O El Mundo, nido ideológico de
la reacción contra las madres protectoras, donde hubo titulares infames, de
hecho, obra de Quico Alsedo y Silvia Moreno, que todavía hoy mismo se afanan en
ello. También Ana Rosa Quintana o Susana Grisso, que llevaron a Arcuri a plató saltándose
todas la deontología y buenas prácticas en materia de informar sobre violencia
machista. O Elisa Beni, que decía que “el conflicto era que las razones de
Juana y las de Francesco sobre sus hijos comunes divergían”, impostando esa
peligrosa y falsa neutralidad que ya le enmendaron en su día Isa Serra y Bea Gimeno. O Jiménez Losantos,
brotado y enajenado, que la llamó zumbada,peligrosa, secuestradora y
monstruo. Y podría seguir leyendo titulares.
juana rivas = mitómana
ResponderEliminarraquel méndez dafonte = mitómana marlaskona
ResponderEliminarjuana rivas mentirosa
ResponderEliminarel bulo del culo version judia en paris
ResponderEliminarel bulo del culo y la humillacion del periodismo
ResponderEliminarel ultimo bulo en paris
ResponderEliminar¿el bulo del culo version gallega?
ResponderEliminar"jorge luis gomez yañez"
ResponderEliminar¿tan mitomana como judy munro- leighton?
ResponderEliminarla denuncia falsa que le puso anna paez
ResponderEliminarraquel mendez dafonte la espinosa sumision quimica de tecnocasa, raquel mendez dafonte el bulo del culo, raquel mendez dafonte juana rivas
ResponderEliminar"david leo garcia es inocente"
ResponderEliminarraquel mendez dafonte alienando a la niña mencía contra don antonio salgado
ResponderEliminarraquel mendez dafonte aun mas mentirosa que maria carmen angel lopez, caso conrado guasch gargallo
ResponderEliminarsandra maria fagil fraga no esta imputada, al tratarse de una fiscal aforada
ResponderEliminarmontse minguez...¿presentará denuncia por acoso contra bertrand ndongo?
ResponderEliminarmontse minguez blogspot
ResponderEliminar"operacion sargento moreiras"
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