LA SUPERCOPA DE LA SUPERVERGÜENZA
Mientras aficionadas del Mallorca presentes en Arabia sufrían vejaciones,
insultos, acoso y hasta tocamientos, el presidente de la RFEF negociaba ampliar
el contrato hasta 2034
Florentino Pérez, Rafael Louzán y
Joan Laporta, junto
a dos autoridades saudíes. / RFEF
Si
los dirigentes que están al frente de la Federación y del deporte español
tuvieran sentido de la responsabilidad y pensaran en algo más que en el dinero,
ya mismo deberían haber anunciado la cancelación del contrato que obliga a
jugar la Supercopa de España en Arabia. Las vejaciones, faltas de respeto,
insultos, acoso y hasta tocamientos que sufrieron varias aficionadas del
Mallorca por parte de seguidores árabes tras el partido frente al Real Madrid
deberían ser la gota definitiva que añadir a otras cuestiones para tomar la
decisión. Por el contrario, el presidente actual de la RFEF, Rafael Louzán, alaba la hospitalidad saudí
y negocia la extensión del acuerdo.
No les pareció suficiente dejar a las aficiones españolas sin un torneo nacional oficial. Ni llevarlo a un país que aprovecha su disputa para blanquear un régimen que ignora los derechos humanos. Tampoco han pensado en el desequilibrio deportivo que supone que los dos equipos que acompañan cada año a Real Madrid y Barcelona (casi imposible que se queden fuera por los criterios que clasifican) tengan que jugar sus partidos en un ambiente hostil debido a la diferencia abismal de apoyo en la grada, desvirtuando la competición. Todo es peccata minuta para los responsables federativos cuando lo ponen en una balanza frente a los 40 millones de euros que pagan los saudíes cada año. Pero la inacción ante los hechos acaecidos este año elevan a un grado máximo su irresponsabilidad.
Lean
algunas de las cosas que tuvieron que aguantar las esposas de los jugadores del
Mallorca. Por ejemplo, Natalia Kazulova, pareja del portero, Greif: “Se metían
en nuestro grupo, nos arrastraban, nos tocaban sin permiso, nos grababan sin
consentimiento, se burlaban de nosotras y ni siquiera podíamos ir al baño
porque automáticamente recibíamos comentarios sexuales desagradables”. Conchi
Sierra, pareja de Antonio Sánchez, declaró en Cope que “nada más salir
estábamos rodeadas y no nos dejaron pasar. Sufrimos tocamientos y nos hicieron
fotos aunque les dijeras que no. (…) Llegué a pensar que alguien no llegaba a
subir a nuestro autobús”. Teresa, madre de Copete: “Una chica le tuvo que pegar
un empujón a uno porque le había tocado el culo”. Un aficionado explicó que “en
el trayecto de la grada al autobús, de unos 15 o 20 minutos, hemos sido
increpados todo el rato. Nos hacían pasillos centenares de personas,
haciéndonos fotos sin consentimiento, pegándonos incluso collejas,
burlándose de nosotros. Muy desagradable, pero lo peor es sobre todo lo que han
sufrido las mujeres. Han sufrido tocamientos y fotos sin
consentimiento”.
Los
afectados denuncian que nadie se preocupó por ellos
Estamos
hablando de una competición oficial, organizada por la Federación Española de
Fútbol, que debe velar por la seguridad de los aficionados que acuden al
estadio, en especial la de los españoles, teniendo en cuenta que están en un
país extranjero. Por el contrario, los afectados denuncian que nadie se
preocupó por ellos. Incluso una seguidora mallorquinista confesaba que “los
guardias de ahí se reían y grababan igual. Como si nada”.
La
indignación entre los aficionados baleares es tan grande que la asociación de
peñas Moviment Mallorquinista ha iniciado una recogida de firmas acompañada de
un escrito dirigido al presidente de la RFEF, Rafael Louzán, y al presidente
del Consejo Superior de Deportes, José Manuel Rodríguez Uribes, para exigir a
dichas instituciones “que condenen y manifiesten su total repulsa a los hechos
relatados y trasladen a las autoridades de Arabia Saudí nuestra total repulsa,
así como también exijan una petición pública de disculpa y una investigación y
depuración de responsabilidades”. Además reclaman a la RFEF y al CSD “que cada
una en el ámbito de sus competencias conduzcan a que la Supercopa de España se
dispute obligatoriamente en España”. Por último, piden a la RFEF, “como
responsable de la competición, que proceda a realizar un acto de desagravio y
reparación a las víctimas de los hechos”.
La
situación que tuvieron que vivir estos aficionados termina siendo más dolorosa
al ver que la persona que tenía que velar por su seguridad, el presidente de la
RFEF, daba este discurso ante las autoridades locales árabes y los presidentes
de Real Madrid y Barcelona horas después de suceder estos hechos: “Gracias a
este país, Arabia Saudí. (…) Tengo que decir que en Yeda y en Arabia Saudí a
España y al fútbol español se le quiere. Los que están aquí van a poder
comprobar que sois un país amable y cariñoso. Reitero nuestro agradecimiento
sincero y profundo”. ¿De verdad ese era el discurso que tocaba tras las
denuncias hechas por los seguidores del Mallorca? ¿Sería capaz Louzán de
repetir esas palabras a la cara de las aficionadas que tuvieron que vivir esos malos
momentos? ¿Alguien cree que después de lo ocurrido en esta edición van a tener
ganas de arriesgarse a vivir algo similar las seguidoras de otros equipos que
se clasifiquen en años venideros?
La
Federación no ha sido capaz de poner ni un mísero mensaje en redes sociales
solidarizándose con las personas afectadas. ¿Y la ministra de Educación y
Deportes, Pilar Alegría? Tampoco se le ha oído decir nada al respecto. Hay
silencios que hacen daño. Más de uno se teme que si las mujeres acosadas
hubieran sido de un equipo más mediático, y no del Mallorca, la repercusión a
todos los niveles habría sido otra. Por cierto, Arabia Saudí organiza el Mundial de 2034.
Para echarse a temblar.
El
presidente de la RFEF prefirió salvaguardar sus 40 millones
Evidentemente,
el presidente de la RFEF prefirió salvaguardar sus 40 millones antes que
reprochar algo públicamente a las autoridades saudíes, no sea que se enfaden y
les dejen sin el maná acordado. Tan contentos están con que se dispute el
torneo en ese país que, lejos de tomar una decisión responsable, van a agrandar
la ignominia de seguir allí más tiempo. El actual contrato acaba en 2029, pero Louzán
está negociando ampliarlo en cinco años más, hasta 2034, que es cuando se
celebrará el Mundial en territorio saudí. Y por si fuera poco, ahora también ha
mostrado interés en que se dispute allí la Supercopa femenina.
Todas
estas decisiones tienen que aprobarse en la asamblea de la RFEF, pero como el
tinglado montado beneficia económicamente a clubes de todas las categorías,
especialmente a los más modestos, que reciben una cantidad anual de lo que paga
Arabia, resulta inimaginable que no salga adelante. En el fútbol español se
dice que sí a todo con tal de recibir dinero. Y como premio, se invita a los
dirigentes de 46 equipos de las categorías no profesionales a pasar unos días
en Arabia con todos los gastos pagados. ¿Que los aficionados españoles tienen
que aguantar mofas, burlas, acoso y hasta tocamientos? Minucias. La opinión
mayoritaria es la que expresó el dirigente de un club modesto hace tiempo al
respecto: “Si por sacar la Supercopa de España nos da más ingresos a todos los
modestos, como si la juegan en las Islas Fiji”.
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