ESA CONSTITUCIÓN DE
LA QUE USTED ME HABLA
ESTHER PALOMERA
La izquierda lo que propone es intervenir el mercado “desbocado” y rebajar hasta el 100% la fiscalidad, pero no para quienes compren, como plantea el PP, sino para las personas que decidan sacar al mercado a precios asequibles una de las cuatro millones de viviendas vacías que se calcula que hay en España. Lo que pretende es contrarrestar así la negativa de la mayoría de las Comunidades del PP, que se oponen a aplicar topes al alquiler con precios de referencia en zonas tensionadas, como establece la ley. La fórmula: la exención total del IRPF para propietarios que alquilen su vivienda según el Índice de Precios de Referencia que ha fijado el Ejecutivo, sin necesidad de que estas se encuentren en zonas declaradas tensionadas por los gobiernos autonómicos. También anuncia un nuevo programa de rehabilitación de viviendas destinadas al alquiler asequible, además de la construcción de miles de casas a través de la empresa pública que anunció hace un mes y medio y a la que el Gobierno ha transferido ya más de 3.300 viviendas y casi 2 millones de metros cuadrados de suelo residencial.
Lo que la izquierda entiende por intervenir el mercado es para
la derecha “manosearlo”, “reducir la oferta” y “provocar subidas de
precios”, Borja Sémper dixit. El PP, que con tanto ardor defiende la
Constitución en unos casos, olvida o ignora que la Carta Magna mandata a los poderes
públicos a promover las condiciones necesarias y a aprobar las normas
pertinentes para hacer efectivo el derecho a la vivienda e impedir la
especulación. Esa Constitución de la que usted me habla se invoca según y cómo
convenga. El artículo 47 no parece de los más preciados de la derecha española.
Con todo, bien está que por una vez los de Feijóo y los de
Sánchez convengan en que toca hablar más de vivienda porque es el principal
problema de los españoles y no el de la corrupción, por más que se empeñe el PP
en sostener lo contrario cada día, cada tarde y cada noche.
Que España esté a la cola de Europa en vivienda social, con
un porcentaje que no llega al 3% del parque total frente al 30% de Países
Bajos, el 24% de Austria o el 20% de Dinamarca debería haber sido motivo de
reprobación de todos los gobiernos democráticos porque todos, por acción u
omisión, han sido responsables. Y lo mismo se puede decir sobre el auge de los
precios, pues hace ya tiempo, en 2021, que la UE mandató a los estados miembros
a tomar cartas en el asunto y legislar al respecto. “Reconozcan ustedes la
vivienda adecuada como un derecho humano fundamental y háganlo cumplir mediante
la legislación”, vino a decir el Parlamento europeo a los 27 en una resolución
aprobada hace ya más de tres años.
Porque España -mal de muchos….- no es una excepción porque según
datos de Eurostat, en menos de una década, entre 2015 y 2023, los precios de la
vivienda en la UE aumentaron de media un 48%. El mayor aumento se registró en
Hungría, donde subieron un 173%, y el menor en Finlandia, con solo un 5%.
Y las principales razones detrás de la subida son el aumento de los costes de
construcción y las tasas hipotecarias, el descenso en la construcción, que
limitó la oferta, y el aumento en la compra de propiedades como inversión para
generar ingresos adicionales. Más claro: la especulación. En la compra y en los
alquileres, que también crecieron un 18% en toda la UE sobre todo por el auge
de los contratos de corta estancia o pisos turísticos.
Pues eso: pónganse de una vez a cumplir con su obligación.
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