ENZO TRAVERSO: "HAY QUE PENSAR LA
REVOLUCIÓN PARA HACER LA REVOLUCIÓN”
DIARIO RED
Pablo Iglesias dialoga con el historiador marxista Enzo Traverso en torno a cuestiones como la revolución, el fascismo o la lucha armada. El programa completo se emitirá el viernes a las 19h en Canal Red
Enzo Traverso (Piamonte, 1957) es
considerado uno de los más importantes historiadores de las ideas del S. XX.
Entre sus temas de investigación destacan el Holocausto nazi y los
totalitarismos, así como el papel de los intelectuales en los procesos
históricos clave del siglo pasado. Traverso, sostiene que la tarea política de
los historiadores marxistas es “pensar históricamente nuestro presente”
escribiendo “una historia crítica sobre nuestro pasado”.
Durante su paso por Canal Red, Iglesias preguntó a Traverso sobre el significado del concepto de revolución tras la caída del muro de Berlín y el colapso de la Unión Soviética. ¿Sigue siendo posible pensar la revolución hoy en los mismos términos que en el siglo pasado? El historiador italiano considera que, si bien la revolución sigue siendo plenamente vigente, el modelo militar de la toma del poder puesto en práctica por los revolucionarios del S.XX – en la revolución rusa y china, en los movimientos de liberación nacional de América Latina o en la Guerra Civil española - se ha agotado, y que ya no tiene sentido organizar el movimiento revolucionario como un ejército, con su disciplina y jerarquías. Esto implicaría una enorme liberación de creatividad a la hora de construir un movimiento revolucionario, pero al mismo tiempo un gran misterio: “no tenemos un nuevo modelo de sustitución al comunismo, socialdemocracia, anarquismo e izquierdas radicales del S.XX”.
Otro de los temas que ha ocupado buena
parte de la producción intelectual de Enzo Traverso es “la cuestión judía”
Iglesias, polemiza con Traverso
argumentando que, si la revolución es una redefinición de las relaciones de
fuerza, entonces tiene que ajustar cuentas con el poder, y el poder siempre va
a tener una dimensión militar. “Es muy sexi poner el acento en la dimensión
artística de la revolución, pero para que haya un artista que pueda pintar lo
que quiera tiene que estar sostenido por el poder de los fusiles”. Sin
embargo, para Traverso, compartiendo la reflexión de Iglesias, la cuestión es
que la ausencia de la dimensión militar de las revoluciones del S.XXI se
constata empíricamente ya que “los movimientos con potencialidades
revolucionarias que aparecieron en el S.XXI (Indignados, Occupy Wall Street,
las revoluciones árabes…) son movimientos que no reivindican ninguna
continuidad histórica con las revoluciones del pasado”. “Yo discrepo de John
Holloway cuando dice que es posible cambiar el mundo sin tomar el poder”,
concluye.
Otro de los temas que ha ocupado buena
parte de la producción intelectual de Enzo Traverso es “la cuestión judía”. En
concreto, ha explorado la convergencia que tuvo lugar desde mediados del siglo
XIX hasta el Holocausto entre la intelectualidad judía y el marxismo. Iglesias,
pregunta al historiador por la ingenuidad del marxismo a la hora de identificar
el sionismo como un motor ideológico en la construcción de un Estado. Una
ingenuidad que llegó hasta tal punto que, algunas corrientes revisionistas del
marxismo, defendieron el proyecto colonial sionista argumentado que este
desarrollaría las fuerzas productivas de Palestina, creando así las condiciones
del socialismo. Para Iglesias, lo problemático del análisis marxista sobre la cuestión
judía, era que el marxismo se atribuyera el futuro como algo propio que
marchaba en una dirección de avance. “Finalmente, nos encontramos con que
Israel es un Estado colonial, terrorista, muy conectado con los Estados Unidos
y perfectamente viable”. Frente a la idea de la revolución como locomotora de
la historia, Traverso considera mucho más acertada la concepción de W. Benjamin
de la revolución como freno de emergencia. “Hoy nadie puede pensar que la
historia esté marchando hacia el socialismo o el progreso. La historia está
marchando hacia la catástrofe y hay que actuar para impedirla”, reflexiona.
Para Iglesias, el relato de Israel sobre
sí mismo, por muy repugnante que sea, no deja de ser un relato, y, sin embargo,
la izquierda tiene muchas más dificultades para entrar en la pelea por un
exceso de mala conciencia por su pasado antisemita
Para finalizar la conversación, Iglesias
plantea a Traverso la cuestión de cuál debe ser el papel de los intelectuales
en este momento histórico. En sus Cuadernos de la cárcel Gramsci definía a los
intelectuales no como ideólogos sino, primordialmente, como organizadores
culturales que elaboran la cosmovisión de las clases sociales. En este sentido,
cabe preguntarse por el papel de los intelectuales en las revoluciones del
presente. ¿Ha abandonado la izquierda la producción de relato que la derecha
asume sin problemas en sus “guerras culturales”?
Para Iglesias, el relato de Israel sobre
sí mismo, por muy repugnante que sea, no deja de ser un relato, y, sin embargo,
la izquierda tiene muchas más dificultades para entrar en la pelea por un
exceso de mala conciencia por su pasado antisemita. “Es imposible que una
sociedad colonial no sea de derechas”, zanja. Traverso matiza que, a pesar de
sus avances a nivel global, la derecha radical no está siendo capaz de ofrecer
un nuevo horizonte de espera ya que se trata en última instancia de un reflejo
muy conservador. “La crítica que hace del neoliberalismo es muy difícil de
sostener a largo plazo porque una vez que se incorporan a los aparatos de
dominación dejan de aparecer como alternativa a la globalización neoliberal”.
En cambio, para el historiador, la izquierda radical si es coherente, sí que
tiene la posibilidad de construir un nuevo horizonte de espera que sea una
verdadera alternativa. Ahí radica el desafío de la izquierda del S.XXI.
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