PERIODISMO PORNOGRÁFICO
CONTRA PABLO IGLESIAS
JUAN TORTOSA
El ciudadano medio
no es tonto y sabe que Pablo Iglesias no es el lobo. No es buena táctica tratar
a los votantes como niños y asustarlos con ¡que viene el señor de la coleta! Al
ciudadano medio no le asusta un gobierno de coalición, y le parece muy buena
cosa que el salario mínimo mensual haya subido a 900 euros; está encantado con
la extensión del permiso de paternidad y le parece estupendo que exista por fin
transparencia salarial para evitar la discriminación por sexo. Sabe que sin
Podemos detrás, medidas como estas no estarían hoy vigentes porque Sánchez se
habría hecho el remolón. Como no lo están otras muchas a las que se comprometió
también (derogación de la ley mordaza o de la reforma laboral, p.ej.), pero
faltó a su palabra.
Se equivocan los
socialistas si piensan que el 28 de abril los votaron por su cara bonita; se
equivocan si no cuentan con el factor miedo a Vox que por esos días latía en el
ambiente. El ciudadano medio no es tonto y sabe de sobra lo mucho que mienten
periódicos, radios y televisiones. No les gusta el periodismo pornográfico, ese
cuyo único objetivo es convencer de que solo hay salvación si Ciudadanos apoya
al PSOE, da igual de qué manera, para evitar así que en las instituciones se
pueda desarrollar una auténtica política de izquierdas.
Para asustar,
apelan a la histórica mala conciencia del pobre venido a más, ese que aún cree
que por tener un apartamento en la playa ya es todo un potentado, ese cuyo
miedo a pagar más impuestos le lleva a creer que con la derecha en el poder su
patrimonio correrá menos peligro. Le llaman patrimonio a tener cuatro míseras
acciones o un piso alquilado con el que complementar la pensión; y van entonces
y se ponen en manos de la derecha, que les hace creer que con ella sus ahorros
están a salvo, hasta que los estafan. Pero cada vez engañan a menos, solo los
cretinos continúan pensando que para ser de izquierdas hay que ser pobre; solo
los necios cuestionan el derecho a prosperar de quien se declara de izquierdas.
Desde el mismo
momento en que Sánchez ganó las elecciones generales, los estamentos que
confunden los intereses de España con los suyos propios dieron a conocer su
veredicto: o pacto con Ciudadanos, o repetición de elecciones. Aquel “Con
Rivera, no” de la noche electoral incomodó mucho, y desde el día siguiente se
inició a cara descubierta el asedio para evitar, cueste lo que cueste, que
pueda acabar constituyéndose un gobierno de izquierdas.
El ciudadano medio
quiere ese gobierno de izquierdas, y Pedro Sánchez lo sabe, como sabe que está
en deuda con Podemos, sin cuya gestión jamás habría ganado la moción de censura
a Rajoy ¿Y ahora qué, Pedro?, ¿tendrás que volver a sufrir todo tipo de
presiones por parte de las altas instancias, como le contaste a Jordi Évole en
Salvados, tendrán que volver a traicionarte tus propios correligionarios para
que sepamos algún día lo que realmente
está ocurriendo en la Moncloa y en Ferraz durante estas semanas?
Déjate de monsergas
ya y gobierna con Podemos de una vez, que no se comen a nadie. ¿O quizás ese es
el miedo? ¿Que todo funcione fenomenal con un gobierno de coalición y de pronto
se descubra que llevábamos lustros estafados, disfrutando de un bienestar menor
del posible y bajo la bota de cuatro prebostes dispuestos a perpetuar prebendas
y corrupciones por los siglos de los siglos?
Deben estar muy
ansiosos, los presionadores profesionales, para revolverse como lo están
haciendo estos últimos días: usando las portadas de los periódicos a la
desesperada, proyectando en teles como la Sexta pornográficas encuestas
ausentes de matices y de escrúpulos, y gritándonos por las radios día y noche
que viene el lobo a ver si así nos asustamos. Pero el ciudadano medio ya no
tiene miedo. Como mucho, pereza. Lo entiendo, porque toda esta tragicomedia
resulta pelín cansina.
J.T
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