ELLAS TAMBIÉN PROMETEN
MARÍA CAPPA
“Por ti, por mí,
por todas”. El grito de guerra de las jugadoras de la Unión Deportiva
Granadilla Tenerife antes de cada partido podría valer también como eslogan del
Torneo Nacional Femenino LaLiga Promises que se disputó el penúltimo fin de
semana de junio. Por primera vez, esta competición – retransmitida íntegramente
por Gol TV– reunió a 14 equipos femeninos de categoría alevín sub-12 de los
clubes que han participado en la LaLiga Iberdrola esta temporada. “Muchas de
las niñas están viviendo un impulso porque estamos en una época dorada para el
fútbol femenino, pero no siempre ha sido así”, explica la entrenadora del
equipo canario, Tamara Blasco. “Queríamos que supieran que a esto no se ha
llegado fácilmente, que vieran el esfuerzo que ha conllevado, que detrás hay
generaciones de mujeres que quisieron dedicarse al fútbol y no pudieron y que,
a día de hoy, hay muchos países donde no pueden hacerlo y en España,
profesionalmente, la mayoría tampoco puede”.
En la categoría
masculina, este torneo se lleva celebrando desde 1992 por lo que, en
comparación con ellos, se ha tardado muchísimo en organizar. La realidad, sin
embargo, es que hace apenas tres años que LaLiga comenzó con el proceso de
profesionalización y dinamización del fútbol de mujeres y que hacía dos años
que su director, Pedro Malabia, estaba tratando de organizarlo también para las
alevines. “Entendimos que incorporar el Promises femenino era un paso natural”,
afirma. Desde que llegó a LaLiga, a finales de 2015, Malabia ha ido levantando
las categorías femeninas despacio, con decisiones muy meditadas que garanticen
la viabilidad del proyecto para poder seguir creciendo sin ser víctimas de un
éxito repentino sin cimientos sobre los que sustentarse. Y esta máxima también
la ha aplicado para sacar adelante la primera edición de este torneo de fútbol
para niñas. “Organizar algo así desde cero es complejo, hay que movilizar
muchas cosas”, cuenta. “Este era el momento adecuado y gracias a que la Real Federación
Gallega de Fútbol y el RC Deportivo se volcaron y nos ayudaron, al fin hemos
podido llevarlo a buen término”, explica.
Los objetivos que
perseguían con esta primera edición eran fundamentalmente tres: visibilizar,
normalizar y potenciar el crecimiento del fútbol protagonizado por mujeres.
Después, en función de cada club, aparecen metas diferentes. Por ejemplo, para
Raquel Lafuente, exjugadora de fútbol y actual entrenadora de las alevines de
la Fundación Albacete, lo importante era poder competir contra otros equipos
femeninos conformados por niñas de la misma edad. “En Albacete, por desgracia,
la liga es mixta y jugamos todo el año contra chicos. Yo he sido jugadora
muchos años y, hasta que llegué al primer equipo, siempre tuve que enfrentarme a
ellos”, recuerda. “Esta es una oportunidad para formarse desde bien pequeñitas
en su nivel”.
Juego de posesión
Desde el punto de
vista deportivo, resulta curioso cómo muchos de los equipos prepararon este
torneo con un estilo basado en la tenencia de la pelota, algo que, para
Lafuente, es una de las señas de identidad del fútbol femenino. “Sé por
experiencia que nuestro fútbol suele ser más vistoso, más de mantener el balón
y menos físico que el masculino. El masculino es muy de golpes, de fuerza, de correr...
El femenino es más de tocar –que, para mí, es más bonito– y es lo que se le
intenta enseñar a las niñas desde pequeñas”.
Y así lo plasmaron
los diferentes equipos. Por ejemplo, el entrenador del Málaga CF (que cuenta
con una consolidada estructura en la sección femenina), Antonio Utrera, cuenta
cómo la coordinadora de esta área, Natalia Nati Gutiérrez, insiste en conceptos
como “la progresión en el juego y tener el control con pierna alejada. Buscamos
que la niña sea inteligente y que sepa resolver problemas”. Aunque, para este
torneo Natalia marcó una línea un poco más exigente: “Hemos trabajado en ocupar
y crear espacios, replegar sin balón, darle amplitud al campo cuando lo
tengamos y finalizar la jugada cerca de la portería”.
Blasco, una enamorada
confesa de la escuela holandesa, quiso que el juego de su combinado (formado
por niñas de diferentes equipos de las islas) se centrara en su identidad:
“Somos de Canarias y nuestro fútbol se caracteriza por ser alegre, así que
apostamos por un juego muy rápido, siempre muy abierto de cara a la ofensiva,
más cerrado cuando nos toque defender y con una posesión del balón que
circulara por todo el equipo con el objetivo de marcar gol o, al menos, tirar a
puerta”.
Ganamos todas
A medida que
avanzaba el torneo se pudo ir comprobando la desigualdad entre los distintos
equipos, únicamente basada en que algunos todavía no han podido permitirse
invertir en el fútbol formativo para mujeres y debutaban en este torneo (como
el Granadilla o el anfitrión, el Deportivo) y otros llevan ya varios años
trabajando con niñas y compiten todo el año (entre ellos, los cuatro
semifinalistas: Atlético de Madrid, Levante, Espanyol y Madrid CFF). A pesar de
ello, todos mostraron un férreo compromiso con el desarrollo deportivo y humano
de sus jugadoras, a quienes les habían insistido en que lo más importante del
torneo era pasárselo bien y mostrar los valores asociados al deporte.
Algunas, como la
entrenadora de la UD Granadilla Tenerife, fueron un paso más allá al ayudarlas a
entender que el torneo no había que tomarlo como el de las futuras estrellas.
“Una cosa es cómo se vende en los medios, porque es cierto que se necesita
promoción, y otra cosa es a nivel individual. Les puedes decir que son unas
cracks y que van a vivir de eso –aunque seguramente las estropearás por el
camino– o puedes decirles la verdad. ¿Cómo vas a tratar como estrellas a niñas
que todavía conservan el aspecto lúdico, la emoción y la alegría por este
deporte, sabiendo que si para ellos es difícil, para ellas, hoy en día, mucho
más? Se trata de disfrutar y recordar que el fútbol es un juego”.
La primera edición
de la LaLiga Promises ha supuesto el primer paso del largo camino que las niñas
que quieran jugar al fútbol aún tienen que recorrer. Entre otras, las metas
pasan por organizar también un torneo internacional femenino, que en su
categoría masculina lleva celebrándose ininterrumpidamente desde 1996. Y está
en la agenda, pero sin perder la cautela que caracteriza la gestión de Pedro
Malabia: “Vamos poco a poco. Primero, analicemos los resultados y el feedback
de los equipos; a partir de ahí iremos avanzando, que es algo con lo que
estamos muy comprometidos”. A nivel local, Lafuente considera crucial “que
todas las niñas puedan contar con el mismo material que los chicos, que aquí en
Albacete ya sucede”. Y después, crear una competición de chicas ya desde la
categoría alevín. “Los niños y las niñas se desarrollan de manera diferente;
aunque las niñas puedan ser más técnicas con el balón, ellos tienen más fuerza
y son más veloces, así que sería positivo para competir en igualdad de
condiciones”.
De momento, todas
las niñas que han formado parte de esta primera edición ya han conseguido dos
grandes logros: acumular una nueva experiencia que, seguro, les servirá en el
futuro y, sobre todo, disfrutar sin complejos practicando el deporte que las
hace felices. Y es que, aunque el primer trofeo de LaLiga Promises Femenino se
lo haya llevado el Madrid CFF, el ganador indiscutible ha sido el fútbol.
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