domingo, 30 de junio de 2019

LA MADRE...


LA MADRE...
DUNIA SANCHEZ
La madre. Sí, soy la madre. Si lo hubiera educado de otra manera tal vez….tal vez las sombran no sangrarían en sus ojos perdidos. La madre. Lo veo y una opresión apuñala mi pecho. De ese pecho del cual mamo cuando era bebe, de ese pecho que lo meció cuando el sueño no venía a buscarlo, de ese pecho que lo abrigó ante el miedo. Lo miro y pienso, el no es malo, el no es violento. Sí, soy la madre. La madre de este muchacho enganchado al alcohol y la droga y ahora buceando en la oscuridad, en el terror, en la densa niebla. El no se da cuenta con sus hombros caído, con su mirar de reojo pisoteado por la vergüenza y el temor. Estás pálido hijo mío, muy delgado, desganado, sin interés por la vida, por otros carriles que te lleven a la verticalidad de tu respiración opaca, obsoleta. La madre. A pesar de todo soy su madre, soy su disfraz, soy su máscara. Sí, lo cubro con un biombo en mis palabras…es que es buen chico, el no es malo, el no es violento. Solo que los amigos, los abusos que cualquiera sabe qué, la ignorancia lo ha llevado a un pozo de fango.
Hay solución que no quiere decir vuelta atrás, tendrás que soportar tus locuras, tu juventud desparramada en la basura en el resto de tu existencia. La madre. Sí, soy la madre. Existe una oportunidad , si tu quieres…si tu quieres puedes caminar de nuevo, despacio…muy despacio hasta que tu salud nazca y entonces de nuevo nos abrazaremos. La madre. El no es malo, el no es violento. No más que algo neutro en este momento por un error, por un grave error. Sí, soy la madre. Y saldrás, verás con toda tu lucidez lo bello que este mundo. Tiemblo, una inmensa impotencia y tristeza amputa mi corazón. He de ser fuerte y hacerlo vivir, reanimarlo para que siga equilibradamente, hermosamente la línea de su vida. Siempre habrá curvas, algunas, peligrosas…pero sabrá después de vivir el infierno como saltar, como mirarla. La madre. Sí, soy la madre de este chico ¡Ha robado¡ no fue consciente de ello, juro renacerlo en el camino bueno. El no es malo, el no es violento. Sí, soy la madre. Y lo observo y el baja la cabeza, no, no quiere fijar sus ojos en mi. Hoy hace mucho calor y a pesar de ello un cierto frío metálico me apuñala. La madre. Este es final de una etapa hijo ¿me escuchas? Ya vendrán jornadas nuevas para ti, días donde la sonoridad de tus pasos se mezan en una sonrisa, en una vida edificada con el pulso de tu valentía. Porqué eres valiente hijo mío. La madre. Sí , soy la madre. Fíjate en este cielo, tan perfecto, celeste con el sol del verano persiguiéndonos. Esto es la vida, perseguir lo mejor, estar al tanto de aquello que nos alegre, que nos construya como persona. El no es malo, el no es violento. La madre. Sí , soy la madre. No te desprecio hijo aunque estés ahogado, ya revivirá el silbo de la brisa cuando te hallas recuperado. Me das la espalda, me es igual. La madre. Sí, soy la madre. Te dejo aquí hijo. Cuando quieras las puertas están abiertas para tu regreso. El no es malo, no es violento.

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