JUECES PARA LA DICTADURA
JUAN RIVERA / COLECTIVO PROMETEO
No, el título no es
erróneo. Y sí, conozco que en nuestro país existe una asociación llamada “
Jueces para la Democracia”, ya que el artículo 127 de la Constitución prohíbe a
los miembros de la Judicatura la
pertenencia a partidos y sindicatos.
Es más, disfruto y comparto muchos de los pronunciamientos
públicos de su portavoz más famoso, Joaquim Bosch. Doy valor a su
inequívoco compromiso con los
planteamientos democráticos y en defensa de derechos colectivos recogidos por
la Constitución del 78 que hoy duermen
en el cajón del olvido, pero mirando más allá de esas pinceladas, los 500
jueces "demócratas" están en
número a una distancia sideral de los
2200 inequívocamente conservadores encuadrados en la APM y Francisco de Vitoria
(1300 y 900 ).Tienen pinta de flor de
cactus en el desértico erial progresista del aparato
judicial hispano.
Porque los jueces españoles en activo
(5400 , 53% mujeres, según los datos de 2018 del propio CGPJ) no podrán militar
en un partido pero ideología tienen,
vaya que si la tienen.A espuertas. Si
nos sirven de pistas que solo el 10%
esté encuadrado en Jueces para la Democracia o las reiteradas
noticias en los medios de difusión que vinculan a miembros de la magistratura con organizaciones
ultrarreligiosas tipo Opus Dei, Kikos, Yunque...no es difícil deducir el
escoramiento absolutamente mayoritario del Poder Judicial a posiciones
conservadoras. Da toda la impresión de ser
un sector muy alejado de la pluralidad ideológica afortunadamente
presente en el resto de la sociedad
española.
Por ello no extrañan las
caricaturas de una Justicia con la venda subida
en el ojo derecho y el platillo de la balanza volcado al mismo lado o
que hace décadas hiciera fortuna la
frase “ La Justicia es un cachondeo” ( aunque su autor, el antiguo alcalde, a
tenor de sus condenas posteriores por la
gestión municipal en Jerez, no fuese el espécimen político más indicado para
acuñarla). Por lo leído y vivido con
algunas sentencias parece candidata a
sacar un sobresueldo como guionista del
Club de la Comedia.
Mirando las condenas en firme a los
miembros del SAT, sucesos de Alsasua, sindicalistas de toda gama por su acción
en huelgas y conflictos por un lado y las actuaciones del Supremo en cuestiones
como los gastos hipotecarios por otra, todo es opinable.
Para unos - y sin dudar- la aplicación de la primera parte del axioma “ Dura Lex” y aquí mandan las puñetas.
Para otros la segunda parte se pone en interrogación “¿Sed Lex?”
El largo introito
viene a cuento de la última humorada del Supremo al reconocer al
dictador Franco como legítimo jefe de
estado español ¡desde el 1 de octubre de 1936!
¡A quién le importa
que desde el 11 de mayo de 1936
existiese un presidente electo de la República: Don Manuel Azaña Díaz! El
conservadurismo español es muy fan de
Alaska y del pensamiento de Mario Vaquerizo.
A los historiadores nos desagradan
los encaladores de sepulcros. Y más
aún que alguien al que se le supone
cierto nivel intelectual sea capaz de
poner negro sobre blanco, sin cuestionar una coma y dar carta de naturaleza
a discutibles hechos históricos.
No se puede legitimar de ninguna forma la aberración perpetrada en la reunión de
golpistas del 30 de septiembre del 36 en Salamanca. La que culminó en la
manipulación publicada en el Boletín de la Junta de “Defensa Nacional”. Ni se
debe obviar el papel de los representantes de Alemania e Italia, los muñidores carlistas y falangistas, los
cuatro generales conchabados y las acciones de Nicolás Franco, el hermano
listo, para conseguir por arte de birbibirloque
que el “ Aflautado” terminase de "Generalísimo" . Bastaría con
antes de emitir veredictos polémicos
leyesen la obra de Hugh Thomas , al que s e le puede tachar de muchas
cosas pero no de radical bolchevique.
Quienes nos refriegan el “espíritu
de la Transición” quedan retratados al optar por el silencio sepulcral en
cuestiones como las del otro día. ¿ Imaginas a un Tribunal Supremo de cualquier
país que se denomine “democrático”
reconociendo en una sentencia como jefe
del estado al “espadón” que en esas
fechas masacraba a decenas de miles de
compatriotas por defender al legítimo
gobierno de la República? No entra ni en la imaginación más calenturienta. Pero
España es diferente.
Decía Martin Luther King:
"Nunca olvides que todo lo que hizo Hitler en Alemania era legal para los
jueces de ese país”. Conviene tenerlo presente, Ni que hubo una escuela de
juristas como Höhn o Carl Schmitt que
creyeron en un derecho secreto emanado del Führer, que por encima de la
ley estaba la fidelidad a Hitler y al partido o que frente a los elementos
garantistas reivindicaron la “ acclamatio”,
la elección a viva voz y en masa y la obediencia a la ley aunque ésta
fuese inicua. Sin importar la inexistencia de seguridad jurídica o la
desaparición de cualquier garantía procesal.
Quien quiera justificar cualquier
entelequia jurídica siempre encontrará una excusa. Pero las lecturas sesgadas
de la Historia reciente son muy significativas y ponen al "lector" en
su sitio. En España podemos encontrar a
un juez como Yusty Bastarreche, hijo y nieto de almirantes franquistas que al hablar sobre la ley de Memoria
Histórica -que en teoría está obligado a acatar-se permita decir “ …La Ley de
Memoria Histórica representa el ansia de venganza y odio de los vencidos de la Guerra Civil” (El
País).
Pronunciamientos legales como el
analizado dejan en la boca el sabor de
dos certezas: la Derecha de nuestro país no ha sabido afrontar con honradez el
espejo de la Dictadura franquista y que
un sector de la judicatura es inmune a cualquier “aggiornamiento” o puesta al
día.
Visto lo visto, parece que
sectores del poder judicial
necesitan adaptación curricular significativa para una Democracia y aún así les costaría
sacar el aprobado aunque fuese raspando.
Lo mismo en una Dictadura de
bandera con aguilucho, Patascortas genocida
y obediencia debida tendrían
pocas dificultades para obtener el “cum laude”.
Fuente.
https://colectivoprometeo.blogspot.com/2019/06/jueces-para-la-dictadura....
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