LOS BARONES PONEN EN LIBERTAD
VIGILADA A PABLO CASADO
POR ESTHER JAÉN
Las aguas bajan
revueltas en el PP, en plena etapa de pactos poselectorales, porque si bien
Pablo Casado logró salvar los muebles en las pasadas elecciones municipales,
según sus propios correligionarios, eso dista mucho de haber conseguido
asentarse en el liderazgo del partido
Fuentes del PP
consultadas por cuartopoder.es se reconocen críticos no tanto con Pablo Casado
como con su entorno y la gestión que han llevado desde su llegada a la
presidencia del PP.
“El 28-A se
demostró que la estrategia era equivocada – asegura una de las fuentes
consultadas- y el giro al centro en estas últimas elecciones municipales y
autonómicas, ha permitido salvar los muebles y poco más, pero no es de recibo
que Casado crea que puede seguir sin hacer cambios profundos en su equipo y en
su estilo”.
A Casado le
recuerdan sus compañeros críticos que “no tiene motivos para el entusiasmo,
puesto que hasta Dolors Montserrat ha sacado mejor resultado que él en las
generales… ¡y eso que en las europeas también nos dimos un buen batacazo y
perdimos 6 escaños!”. Los barones más fuertes, como el gallego, Alberto Núñez
Feijoo, o el andaluz, Juan Manuel Moreno y otros, preocupados y enfrascados en
sus propios pactos, como Alfonso Fernández Mañueco, esperan una rectificación
tanto en el fondo como, por supuesto, también en las formas.
Para empezar,
esperan cambios relevantes en el equipo de dirección y una vuelta clara al
discurso más moderado del PP, marcando una clara distancia con VOX, aunque “si
hay que echar mano de sus votos, pues se hará, como se ha hecho siempre que hay
opciones de formar gobierno – explica uno de los asistentes al almuerzo que
Casado convocó con dirigentes territoriales el pasado lunes – pero las
políticas, las líneas maestras y el sello de esos gobiernos tiene que ser del
PP.” Los dirigentes críticos con Casado ya han forzado que se aplace la
elección de los portavoces y, más concretamente, han abortado por ahora el
nombramiento de Cayetana Álvarez de Toledo como portavoz parlamentaria. “Esa
mujer, que hasta hace cuatro días nos ponía a parir – asegura otra voz crítica
procedente de una cúpula regional popular- no representa al PP que hemos sido
hasta ahora. Por muy buena oradora que sea, su discurso no es el nuestro… y en
una etapa en la que hay que negociar hasta la saciedad, tampoco parece que
tenga un perfil idóneo para esa labor”.
Con respecto a las
formas, también son muchos los agraviados por esta nueva cúpula dirigente del
PP.
“No estoy en contra
de la renovación –asegura uno de los supuestos damnificados por la elaboración
de las listas- porque yo mismo había comunicado hace un año a Mariano Rajoy que
no iba a seguir, que llevaba mucho tiempo y que tenía otro proyecto profesional
y personal, pero me han tratado como si fuera un apestado…y como a mí, a muchos
otros cargos electos que se han dejado la piel en esto…” El estilo y las formas
son algo muy importante que, en opinión de buena parte de los consultados, han
sido pésimos hasta la fecha “¡… y así nos ha ido!”, sentencia un compañero de
Pablo Casado en la dirección que lideró Mariano Rajoy.
En el PP no hay
duda de que Pablo Casado es su líder, aunque sí hay serias dudas de cómo está
gestionando el partido el presidente elegido en primarias. Los últimos
resultados obtenidos en elecciones municipales y autonómicas, no siendo buenos
le permiten mantenerse en el cargo, especialmente porque no tiene que afrontar
ningún otro periodo electoral hasta dentro de cuatro años. Pero esa aparente
tranquilidad no es tal. Los barones y antiguos dirigentes con predicamento
dentro del PP observan los movimientos de Casado, prestos a levantarse contra
él si las cosas no mejoran. El presidente Casado ha salvado por ahora el
matchpoint y mantiene su libertad, pero es una libertad vigilada. Sus críticos
esperan una clara rectificación en su discurso, sus formas y su política de
nombramientos
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