sábado, 2 de julio de 2022

PINOCHAZOS

PINOCHAZOS

JOSU AIZPURUA

Da grima verlos alardear tratando de ocultar sus narizones que crecen por momentos y a Sánchez y Albares ya no les caben por las puertas.

De nuevo; USA se comió la imperial España que hoy camina tras de sí intentando aparentar la Gran Nación de Rajoy. Se obsesionan los pinochos tratando de ocultar la marroquinidad de Sebta y Melilla, y aparentan una españolidad inaudita, una Integridad Territorial española, que no tiene base africana, pues la península es europea y sus colgantes son puro colonialismo.

Para Sahara, Sánchez encontró lo mejor en la “autonomía marroquí”, pero ¿y por qué para Ceuta y Melilla no?

 Son colonias restos del poder colonial africano del Imperio Español, todas ellas desde Perejil a Canarias, y por ello deben tener coherencia en su tratamiento; todas el mismo. Que debiera ser la descolonización y que ellas decidan después.

El hoy abducido Sánchez, que no obtendrá reelección y busca salidas a la derrota, no puede ocultar que en Perejil no acudió la OTAN a resolverlo. Fue el PP con viento de poniente el que galleó frente al Sultán al que el papá gringo sujetó en su ardor guerrero.

Y en los recientes sucesos de la invasión juvenil de Ceuta, se vivió la ineptitud sanchista y la fortaleza marroquí, que en un soplo se adueñaría de las dos ciudades.

Los cobardicas Sánchez y Albares, buscan acuerdos con el Sultán y con la OTAN, todo menos asumir su responsabilidad, que en los muertos de Melilla la tienen en exclusiva.

El sanchismo debe manifestar, alto y claro, su postura ante Ceuta y Melilla, y, además, apoyarla con razones; son España o Marruecos. Y obrar en consecuencia.

Ceuta y Melilla son un anacronismo colonial, que perjudica el intento de crear un Estado español sin las rémoras filo-fascistas del pasado. La devolución a Marruecos de esos territorios, a más de justicia, daría al Mundo el mensaje de arrepentimiento del Colonialismo español, que ya en América exigen cada vez con mayor solvencia.

Los demás europeos ya lo han hecho.

No hay un solo argumento favorable a la españolidad de las ciudades. Sus poblaciones son musulmanas mayoritariamente y su tendencia natal lo confirman. El contrabando es su razón de ser y es objetivo de las mafias de la droga. Una minoría peninsular que ni llega a los 100 mil, arropada por las instituciones españolas, sostienen esta aberración basada en un racismo lacerante. Los moros son de peor calidad que los “españoles”. Es un castillo de naipes que en un soplo el Sultán podría reducirlo a la normalidad, pero desde USA lo sujetan.

La España Imperial es la historia de la derrota por etapas y ahora estamos en las últimas, con la vergonzante en Sahara y la ridícula en las ciudades. ¡Ojalá a Canarias no la alcancen

 

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