lunes, 25 de julio de 2022

HARAPOS

HARAPOS

JOSU AIZPURUA

Mis recuerdos se retrotraen al Caribe, donde mis vecinos extranjeros de varias nacionalidades me envidiaban por chicharrero; para ellos, Teneriffa, era la meca del turismo, la tierra afortunada de la que hablaban las leyendas.

Y han pasado muchos años, demasiados, y yo ya hace 5 que resido permanente en esta Isla y desde hace 3 en los dominios de Bermúdez, destacado miembro del comando mortadela. En mala hora.

Comprendo todo, yo que he vivido en lugares sin agua y aprendí a ir a la bañera con mi palangana y mi cuenquito para mojarme, por lo que sé del milagro de que te salga agua por el grifo. Pero lo que pasa en esta pretendida ciudad, que tiene la marca internacional de excelencia y la degrada su alcalde, es algo que es difícil de aceptar.

Se piensa en el turista de Resort, que vive en la abundancia, y afuera de ese paraíso, ratas y suciedad se adueñan de la ciudad.

El ciudadano de Santa Cruz es algo prescindible y mudo para orejas del alcalde.

El comité de importantes, el finde se marcha al sur, por lo que le tiene sin cuidado el urbanismo ciudadano y en él sólo busca beneficio. El Toscal es el ejemplo vivo de la marginación ciudadana de una zona privilegiada tapiada por una edificación tipo frontón, que hace invisibles a los ojos de cruceristas las esencias del barrio. Junto al mar; no ven el mar.

Las mentes pensantes, sólo con el bolsillo, han arruinado el paseo litoral que debiera llevar a San Andrés desde ese charco donde se acabó su creatividad y los cruceristas se asombran del ingenio canario, y donde ya con la aparición de los patinetes nos arroja a los mayores de su disfrute.

Enfermos, eternos adelgazantes, deportistas y ancianos, trotan con su ritmo por el abandonado y sucio paseo en el que deben compartir con bicicletas, skate y los peligrosos y silenciosos patinetes. Las entradas del Náutico y Paso Alto le dan el remate.

Ese Paseo Litoral debió ser la joya de esta ciudad, el pulmón de sus ciudadanos, pero eso no entra en la cabeza del alcalde de donde no sale más que petróleo. Picotea por los solares revalorizables y los deja aislados y sin continuidad ni esencia ciudadana.

Esta ciudad está pensada para el coche, pero el petrolero, pues no hay ni una adaptación a eléctrico, y yo que debo ir andando por salud, sufro las enormes aberraciones urbanísticas del que no piensa en peatones si no en votantes carnavaleros de su cuerda.

¿No ven como progresa la ciudad vecina? Por algo será, y con este alcalde la derrota ya está servida. Iremos al Mundial de pio-pio.

 

 

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