SANCHO, AMIGO: QUIEREN DEROGAR EL 'SANCHISMO'
JOSÉ ANTONIO MARTÍN PALLÍN
Abogado. Comisionado
español de la Comisión Internacional de Juristas (Ginebra). Ha sido Fiscal y
Magistrado del Tribunal Supremo
Feijóo y Abascal en el desfile del 12 de
octubre. /
EDUARDO PARRA / EUROPA PRESS
Los partidos y los medios de la derecha han acuñado un término para definir una forma de hacer política que han bautizado con el nombre de sanchismo. El término es tan vacuo que hasta a mi sistema Word le desconcierta la expresión y cuando la escribo la sustituye, algunas veces, por Santísimo.
He
repasado algún manual de ciencia política y he encontrado los conceptos
definitorios de los diversos sistemas políticos o formas de gobernar, pero en
ninguno se alude al sanchismo. Pero lo
más sorprendente no es la acuñación del término si no la atribución al mismo de
todos los males y peligros que, según la derecha y sus terminales mediáticas,
está padeciendo la esencia de su España que corre peligro de extinguirse si
Pedro Sánchez sigue gobernando después de las elecciones del próximo 23 de
julio.
Es
decir, los que propugnamos una política de progreso en lo cultural y en lo
económico y unas medidas de solidaridad que sirvan de colchón a las notorias
insuficiencias que sufren cada vez más ciudadanos, hemos pasado a ser la
anti-España. Cuidado con los dilemas. La antinomia que plantea la derecha
extrema y la extrema derecha (España o Sanchez) es una actualización peligrosa
de lo que opinaba Franco sobre los demócratas republicanos. El periodista Jay
Allen, del Chicago Daily Tribune, entrevistó a
Francisco Franco el 27 de julio de 1936. "Nosotros luchamos por España.
Ellos luchan contra España. Estamos resueltos a seguir adelante a cualquier precio".
Aristóteles,
en su obra Política, sostiene que solo
hay seis formas posibles de gobierno, buenas o malas: —con la autoridad de uno
solo— la monarquía o la tiranía; —con la de varios— la aristocracia o la
oligarquía; —con la de todos— democracia o la demagogia. Hay dos cosas que
caracterizan las formas de gobierno según Aristóteles: la persona o personas
sobre las que recae el gobierno, y el objetivo que dicho gobierno persigue. Así
por ejemplo, conocemos la tiranía, que es el gobierno del tirano, de uno solo,
que impone contra derecho el gobierno, y lo ejerce sin justicia y con
discrecionalidad. Al presidente del Gobierno lo han tachado de tirano. Juzguen
ustedes sobre la salud mental y política de los que utilizan el término.
Por
ello abandoné el camino de la politología y pensé que a lo mejor el sanchismo tenía relación con el personaje de
Sancho Panza universalmente conocido por la obra cumbre de Miguel de Cervantes,
El Quijote. Siempre me he detenido con especial atención en los consejos para
el Gobierno de la Ínsula Barataria que Don Quijote proporciona a su escudero
Sancho Panza para el mejor desempeño de sus funciones como gobernador del
territorio. Lo siento, pero en el texto no he encontrado referencias que me
permitan identificar el sanchismo (otra vez me ha salido Santísimo) como una
forma peculiar de gobierno. Agradezco que mi buen amigo Luis Garcia
Montero me haya echado una mano en un reciente artículo: Los nuevos redactores de la superstición se parecen poco a
Cervantes. Don Quijote habitaba la caballería medieval con la ilusión de
defender al menesteroso, de hacer justicia en favor de los débiles ante un
mundo que estaba confundiendo el progreso con la falta de corazón.
Thank you for watching
El
sanchismo es una fábula creada por los medios de comunicación desprovistos de
cualquier capacidad de análisis o raciocinio. Añadía Garcia Montero que el periodismo digno y el magisterio empiezan a ser o son ya una
forma de herejía. René Grossenbacher, titular asistente del
Instituto para la Comunicación e Investigación de la Universidad de Zurich,
apunta que la función principal de los medios se reduce a comprimir los datos y
las informaciones que manejan (input), tratándolos con veracidad y rigor para
que puedan ser publicados sin alteración del mensaje,
aunque recortado quizá por cuestiones de espacio. Yo
añadiría que muchos medios han simplificado el mensaje por la incapacidad de
argumentar o explicar en qué consiste tal fórmula de gobierno, sustituyéndola
por una simplificación conceptual a modo de slogan como podría ser: el
madridismo, la Ayusomanía, la tauromaquia o la papiroflexia.
Algunos
medios han dado un paso más hacia la degradación de la profesión periodística,
cómo se puede observar por el titular de apertura de la edición digital del
diario El Mundo del pasado 4 de junio, en el que se puede
leer: Pedro Sánchez en el precipicio: "Es un gran impostor, un simulador, un embustero... su personaje
nace de un complejo profundo y del resentimiento". Ante
el silencio de las Asociaciones de periodistas me parece indispensable rescatar
un espacio del inolvidable programa de televisión Caiga quien caiga titulado: Curso de ética periodística
Con este panorama nos enfrentamos a las
elecciones generales el próximo 23 de julio si el Partido Popular y los medios
afines no modifican el enfoque que le han dado a las recientes elecciones
autonómicas y municipales. Espero y deseo que demos signos de madurez
democrática y orientemos el voto en función de los desafíos que debemos
afrontar, muchos de los cuales trascienden de nuestra política interna. Adoptar
medidas para ralentizar y evitar el cambio climático, las políticas de
inmigración o la búsqueda de fórmulas para conseguir la paz en Ucrania, son una
exigencia para todas las naciones civilizadas y los organismos internacionales.
En
el ámbito económico, para mantener un cierto nivel de bienestar, la subida de
los salarios es una medida que el presidente de los Estados Unido Joe Biden ha
recomendado a los empresarios, siempre dentro de sus posibilidades. Ante las
quejas de ciertos sectores les sugirió que un formula sencilla era subir los
salarios (Pay them more). El sistema económico saldría reforzado
y las posibilidades de progresar económicamente serían más factibles.
Mucho
me temo que se repetirá el esquema de las municipales y autonómicas y que en
lugar de votar políticas cercanas la derecha se enrocará en el anti-sanchismo,
EH Bildu y los independentismos democráticos. Como he leído en un artículo,
el anti-sanchismo prefiere que su Ayuntamiento no arregle los
baches a que persista ese bache llamado Sánchez. Su ilusión es
que Sánchez sufra un descalabro tan abrumador que tenga que salir huyendo. Hay
algunos que, enredados en sus propias contradicciones e incongruencias, ya le
han buscado un puesto en la secretaría general de la OTAN u otras instancias
internacionales demostrando que las tienen en poco aprecio. En su delirio
anti-sanchista, reaccionan como Don Quijote cuando, lanza en ristre, arremetió
contra los molinos creyendo que eran gigantes.
Como
decimos en el mundo jurídico, las leyes solo se derogan por otras posteriores.
Ya es hora de que los fanáticos nos digan cuál es la alternativa que proponen.
Retornando al Quijote y a los consejos que le dio a Sancho Panza. "Si mal gobiernas tuya será la culpa y mía la vergüenza". En
una sociedad democrática, decantarse por el progreso o por la pérdida de
derechos, corresponde a los ciudadanos. De momento la derecha no ofrece otra
alternativa que expulsar a una persona que, en su desvarío, aseguran que es la
causa de todos los males sin mezcla de bien alguno. En el tiempo presente, Don
Quijote le advertiría: amigo Sánchez, te guarde Dios, porque quieren derogar el
sanchismo.
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