LA VENTANA20(NARRATIVA)
DUNIA SANCHEZ
Una sirena. La sirena de esta embarcación. Eleva anclas. Nos alejamos donde los hielos son derrotas para erguirnos en el sentido de las mareas. En que puerto bajaremos. No lo se. En cuestión de momentos todo puede cambiar. Jalamos por nuestra cordura y nos nutrimos de una leve esperanza. Algún muelle dejará que nuestras piernas, nuestras desganas, nuestros sentidos caminan por ese hogar llamado país . A nuestros hombros se cargará los pensamientos encerrados del que será, que será de nuestros allegados, de esas gentes desconocidas o no que nos encontrábamos todos los días, en las mismas zonas. Me llega un suspiro de heridas, de esas cicatrices que manipularan en la continuidad de los años. Y con ellas brotara otros despertares, otra forma de ver las cosas y lo más probable que no sea nada bueno. Puedo ver un niño corriendo ¿dónde vas niño? Voy donde el ruido no me persiga ¿dónde vas niño mío? Voy en busca de mis padres. Pero niño ¿estás solo? Estoy donde las balas cruzan los rostros para tirarlos al adiós . Ven conmigo niño. No , voy en busca de mis padres. Niño, no llores niño. Lloró porque estoy solo camino del miedo. No niño, no busques al miedo niño ¿dónde vas niño mío?
Voy donde el calor me abrigue. Voy en busca de
mis padres. Pero niño , no andes solo. No ando solo, siento que me llaman…¿los
escuchas? No niño, no los escucho. Ven aquí niño ¿dónde vas niño? Sigo el
camino de todos los días, cuando iba al colegio, a sentarme en un banco para
comerme mi bocadillo Oh niño, no comprendes Oh, niño no vayas. Si voy. Niño,
vuelve de donde saliste ¿Dónde vas niño ¿Voy donde el ruido no me persiga?
Puedo ver la estupidez humana. Puedo ver el levantamiento de esas murallas
cargada de cristales rotos. Puedo ver la suciedad de nuestra alma. El sonido de
la sirena se prolonga. Se desespera y suena fuerte, es como si hubiera
enloquecido. Todos despiertos. Todos levantamos. Un callar nos acoge, ¿que será
de nuestro destino? El niño se sienta en los escombros de algún bombardeo y se
come el bocadillo con la pasividad cotidiana. Niño huye y nosotros nos alejamos
donde las ballenas van a morir.
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