PACTAR CON EL DIABLO (INDEPENDENTISTA)
ANA PARDO DE VERA
Las estrategias del PP para "derogar el sanchismo" son tan burdas que a quien le importe estar algo informado, las desmonta en 0,2 segundos. Y no me refiero a la matraca de Alberto Núñez Feijóo con(tra) la economía española en declive frente a unos organismos internacionales que se empeñan en darle las cifras que lo desmienten una y otra vez, cosa que le importa exactamente nada. Hablo del asunto que centró la campaña electoral para las elecciones municipales y autonómicas del pasado 28 de mayo: los partidos independentistas, el vasco, sobre todo, pero tambien el catalán, socios parlamentarios habituales -no siempre- de las medidas aprobadas por el Gobierno de coalición.
Mientras
de los Comuns catalanes, aliados de Sumar, surgía la advertencia de una extravagante amenaza hecha por
Podemos consistente en alcanzar un acuerdo electoral con ERC si no se tenían en
cuenta sus condiciones para el acuerdo con el Movimiento de Yolanda
Díaz, en
realidad, quienes negociaban eran Esquerra y Bildu. Según supimos este
jueves, ambos partidos concurrirán juntos al Senado bajo la
candidatura "Izquierdas por la independencia". Sin un ruido, sin una queja, los nacionalistas
tienen muy claro cuál es su legítima prioridad y han alcanzado un pacto que,
debido al ruido de las diferencias, siempre estruendoso, no ha tenido apenas
protagonismo.
Para
el PP, no obstante, sí: ya están los rompedores de estados juntándose para
intentar fortalecer el blindaje de Pedro Sánchez, el
PSOE y los rojos-bolivarianos-satánicos-comunistas, y bla, bla, bla ... el fin
del mundo. Como si la coalición de ERC y Bildu no pareciera mirar a lo
contrario: reforzarse, sí, para hacer frente a un posible Gobierno estatal de
la (ultra)derecha que entraría en sus territorios por la puerta
de atrás. Desgarro de vestiduras, ojos inyectados en sangre, bilis asomando por
las comisuras de los labios, ... Esto es, la (ultra)derecha y la reacción al agua bendita sobre el cuerpo endemoniado.
¿Y
mientras? Mientras, en Barcelona, el PP hace gala de sus contradicciones sin
pudor alguno y anuncia que, si Jaume Collboni (PSC)
no suelta a los Comuns de Ada Colau, se inclinaría por dejar gobernar a Xavier Trias, el candidato de Junts, de Carles Puigdemont, del demonio independentista,
del golpismo condenado por el Tribunal Supremo, del rupturismo ... Qué sé yo.
Feijóo y los suyos prefieren traicionarse a sí mismos (¿lo qué?) antes que dejar gobernar a un partido, el PSC,
que les acompañó fiel y desgraciadamente en la aplicación del 155 en Catalunya
o en la demonización de los resultados democráticos en Catalunya cuando Mariano Rajoy hacía que hacía política desde La
Moncloa. Ya sé que Trias no es como Puigdemont o Laura Borràs, que lo suyo es la alcaldía y nada
más; el problema es que con contradicciones como ésta (son muchas y las
inauguró José María Aznar en 1996 entregándose a Jordi Pujol y Xavier Arzalluz y llamando Movimiento Vasco de Liberación de a ETA) el PP de Feijóo
facilitaría la investidura de Puigdemont sin inmutarse. Pero mientras, Isabel Díaz Ayuso guarda silencio en Madrid.
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