VIOLENCIA LEGÍTIMA Y APROPIACIÓN DE BEBÉS EN EL ESTADO ESPAÑOL
POR MATÍAS VIOTTI BARBALATO
Uno de los crímenes contra la humanidad que dejó el franquismo fue la apropiación de bebés en clínicas, hospitales y maternidades de todo el estado español entre los años cuarenta y finales de los años noventa. Esta práctica fue una de las estrategias de dominación a las que recurrió la dictadura para su perpetuación legitimada por la ideología de la derecha católica donde toda persona ajena al nacionalcatolicismo era sospechosa de amenazar a la patria y al gran Proyecto Nacional del Movimiento.
Bajo la moral católica, en nombre de una Cruzada Cristiana, diferentes congregaciones religiosas administraron junto con diferentes profesionales de la salud y de otros ámbitos institucionales la «asistencia social» favorecida por unas políticas públicas dirigidas a fortalecer el sector privado (Moreno y Sarasa, 1992). Esta "normalidad" en nombre de la Cruzada se mantuvo vigente en los diferentes contextos políticos del franquismo como el falangista, el denominado «desarrollista» y el tardofranquismo así como también en la denominada Transición.
Teniendo esto en
cuenta, nos parece útil el planteamiento de Giorgio Agamben con relación a los
campos de exterminio, donde antes que preguntarse «hipócritamente» cómo fue
posible cometer delitos tan aberrantes, sería más honesto y sobre todo más útil
indagar atentamente acerca de los procedimientos jurídicos y dispositivos
políticos que lo hicieron posible. Aunque es el Estado quien debería ofrecer
una respuesta, para el caso de los bebés apropiados y apropiadas, podemos
encontrar algunas de ellas en los elementos de legitimación del régimen que han
analizado algunos autores, y que se establecieron como una «verdad absoluta» a
lo largo de la España parlamentaria. Entre otros:
El relato de la
reconciliación entre dos bandos fabricado por el mismo franquismo donde la
dictadura construyó una representación de sí misma como necesario para una
etapa de pacificación en la que se basaría el relato de la Transición
(Izquierdo Martín, 2018).
La continuidad de
los privilegios concedidos por los concordatos de 1953 y 1979 entre el estado y
la Santa Sede del Vaticano, donde en palabras de Luz Souto; "[...] la
moderada Transición española toleró que las administraciones relacionadas con
la infancia (entre otras muchas) no se depuraran" (2014).
La relevancia de la
derecha católica en la Transición tanto por su presencia en la Comisión de
Asuntos Constitucionales y Libertades Públicas para el Proyecto de Constitución
en 1978 (Cosgaya García, 2003), como dentro del gobierno de la UCD (Preston,
2019) con el apoyo de las potencias internacionales aliadas con la Santa Sede
del Vaticano y el ultraconservador Juan Pablo II (Ynfante, 2004).
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En conclusión,
mientras los procedimientos políticos, basados en la idea del consenso y la
reconciliación dieron legitimidad para mantener la legalidad del régimen, los
procedimientos jurídicos de la «democracia» permitieron la continuidad de la
derecha católica en la gestión de los servicios sociales donde se cometieron
estos delitos. Desde este punto de vista, existe una responsabilidad del Estado
en este crimen antes y después de la dictadura, al menos en lo que a la
impunidad se refiere. Vidas enteras atravesadas por una violencia legítima que
Walter Benjamin refirió como aquella autorizada para defender el orden impuesto
del Estado ¬¬–en este caso, el de la legalidad del régimen– como único orden
posible.
NOTAS
Texto presentado en el evento sobre Memoria
Histórica en el Estado español que tuvo lugar el pasado 22 de junio de 2022 en
el Parlamento Europeo.
ALGUNAS
REFERENCIAS:
IZQUIERDO MARTÍN,
J. "Colonización antiutópica. Normalización y desarraigo de lo
indeseable", 2018.
SOUTO, L.
"Panorama sobre la expropiación de niños en la dictadura franquista",
2014.
COSGAYA GARCÍA, J.
"La actividad política de Laureano López Rodó durante la transición a la
democracia", 2003.
PRESTON, P. "Un pueblo traicionado", 2019.
YNFANTE, J.
"La cara oculta del Vaticano", 2004
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