LA ESPADA
JOSU AIZPURUA
Ya se ha dicho lo suficiente
sobre la sentada real y la callada gubernamental, que son republicanos cuando
les conviene.
Pero yo, como siempre, incido en
la estupidez de los partidarios que queriendo defender al monarca publican unas
sentencias de la guerra en la que son condenados a muerte “españoles y
canarios”.
Son condenados por los patriotas
americanos que los condenan por su agresión imperialista y su injusta
colonización, no por ser españoles o canarios, pero si que los distinguen y
entre los peninsulares, donde no matizan, los canarios son algo diferente a
España, aunque luchen en el mismo bando.
Pobres canarios en el bando colonizador, teniendo que repetir en América lo que a sus ancestros hicieron los castellanos colonizadores en sus islas. Enrolados por la fuerza dieron su vida por una causa injusta y contraria a los DDHH.
Hoy, que tenemos criterios y
teorías para creer en los DDHH, no podemos mirar la Historia con criterios
salvajes, es nuestro deber aplicar los filtros al devenir histórico, y juzgar a
sus actores como héroes o villanos.
No hay hispanofobia en mis
escritos, pues muchos europeos son reos de lo mismo, pero mal de muchos es
consuelo de tontos y ahí, entre los tontos; no me encuentran a mí.
Desde cualquier lado de la
ciencia social, el Imperio Castellano, su historia y desarrollo, es algo que
repugna máxime cuando se pretendió “nacionalcatolicismo”, papista, y en su
nombre cometieron las mayores aberraciones de la Historia; el esclavismo, el genocidio,
y la aplicación de un Sistema de robo y trabajo esclavizado. Vergüenza
histórica que fue copiada por europeos.
En 2022 ya no tiene efectos
prácticos, pues el mestizaje hace no saber de que bando es cada uno, pero es
obligación ética que nuestros descendientes sepan lo que pasó, y hoy hay
ciencia suficiente para conocerlo y derribar las estatuas de genocidas y
ladrones que se pretenden impulsores del progreso.
Vivimos una Historia de farsantes
titulados, adoradores de la “razón de Estado” que los hace cometer las mayores
aberraciones del relato de lo que realmente sucedió en el Imperio sin sol.
Nuevos escritos nos revelan el
real relato, ni Leyenda Negra ni Leyenda Blanca, crónica fiel de lo que no
debió suceder, y menos entronizarlo en el siglo XXI.
Sépanlo los que pretenden un Estado Democrático; deberán asumir la repulsa del Colonialismo, de la Encomienda, de la esclavitud, y del saqueo. Sin ello seguirán siendo la hez de la Historia.
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