NO DAN UNA
JOSU AIZPURUA
Oír a Ani Oramas en
el Congreso leerle la cartilla al Gobierno; avergüenza como canario y como
rojo. Hasta los colombianos de Bolibar daban sentencias de muerte a “españoles
y canarios”. No sólo los alemanes como dice Oramas; es en todo el
Mundo donde saben de la canariedad, y no hay emigrante que no se defina
canario.
Pero Madriz y su
apisonadora nacional, no sabe de eso, y seas de izquierdas o derechas, si te
apresó Madriz; date por jodido. ¡vaya, vaya, aquí no hay playa!
Y Chapeau a Dª Ani; no siempre pintan bastos.
Es que ya llega la
hora de Canarias y no sirven ideologías para escudarse en la atención a la
Tierra Canaria, sola, rota, amenazada por la incompetencia madrileña, por la ambición
del Sultán, por la geopolítica de USA en el Sahel y Magreb. La tormenta
perfecta se acerca y Canarias baila y danza en Carnavales y romerías.
¡Inocencia!
No somos Comunidad,
ni REF, ni RUP, ni zarandajas: somos Macaronésicos embarcados en proyectos
ajenos. Aquí hay 2 millones de seres humanos que tienen todo el derecho a
contar su colonización y la mezquindad hispana en resarcirlos.
Las siglas ceden
protagonismo a la canariedad, al riesgo de caer en Sahara.
La mentalidad real del
momento marroquí es la del reino Almorávide y en él se da el mismo
futuro a Canarias y Sahara. Franco pensaba lo mismo, pero al revés: To pa
España.
Los que vemos al
Teide y miramos al Atlántico desde el archipiélago, no podemos dejar a nuestros
descendientes el quilombo histórico de una españolidad que arranca en una bula
papal falsa. No trataremos de crear vengadores del pasado, pero tampoco
tragaremos con el relato del invasor. Aquí seguimos todos y para todos
deberá ser el futuro.
Nativos, godos y
medio pensionistas, guiris (SOS), a todos toca arrimar la ascua a la sardina de
Canarias. No sirven excusas.
Hay que protegerse
de los fanáticos del 155 y encontrar madrileños de pro, los que comprendan que
Canarias nunca fue “España” (¿Quién lo fue?) y que llegado el momento de
enseñar las cartas y las del Sultán son mejores. Se necesita un cambio de
rumbo, gente valiente que se enfrente al PROBLEMA, con nuevas soluciones que
respeten la voluntad de los canarios y la conveniencia del entorno.
No es cosa de “españoles”
y “marroquíes”, y menos de USA. Es cosa de canarios.
Y estos canarios,
no otros de encargo, deben conversar con los vecinos para tratar de encontrar
soluciones sinérgicas. Talibanes abstenerse.
Al fin llega el
futuro a Canarias.
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