domingo, 28 de agosto de 2022

NO DAN UNA

NO DAN UNA

JOSU AIZPURUA

Oír a Ani Oramas en el Congreso leerle la cartilla al Gobierno; avergüenza como canario y como rojo. Hasta los colombianos de Bolibar daban sentencias de muerte a “españoles y canarios”. No sólo los alemanes como dice Oramas; es en todo el Mundo donde saben de la canariedad, y no hay emigrante que no se defina canario.

Pero Madriz y su apisonadora nacional, no sabe de eso, y seas de izquierdas o derechas, si te apresó Madriz; date por jodido. ¡vaya, vaya, aquí no hay playa!

Y Chapeau a Dª Ani; no siempre pintan bastos.

Es que ya llega la hora de Canarias y no sirven ideologías para escudarse en la atención a la Tierra Canaria, sola, rota, amenazada por la incompetencia madrileña, por la ambición del Sultán, por la geopolítica de USA en el Sahel y Magreb. La tormenta perfecta se acerca y Canarias baila y danza en Carnavales y romerías. ¡Inocencia!

No somos Comunidad, ni REF, ni RUP, ni zarandajas: somos Macaronésicos embarcados en proyectos ajenos. Aquí hay 2 millones de seres humanos que tienen todo el derecho a contar su colonización y la mezquindad hispana en resarcirlos.

Las siglas ceden protagonismo a la canariedad, al riesgo de caer en Sahara.

La mentalidad real del momento marroquí es la del reino Almorávide y en él se da el mismo futuro a Canarias y Sahara. Franco pensaba lo mismo, pero al revés: To pa España.

Los que vemos al Teide y miramos al Atlántico desde el archipiélago, no podemos dejar a nuestros descendientes el quilombo histórico de una españolidad que arranca en una bula papal falsa. No trataremos de crear vengadores del pasado, pero tampoco tragaremos con el relato del invasor. Aquí seguimos todos y para todos deberá ser el futuro.

Nativos, godos y medio pensionistas, guiris (SOS), a todos toca arrimar la ascua a la sardina de Canarias. No sirven excusas.

Hay que protegerse de los fanáticos del 155 y encontrar madrileños de pro, los que comprendan que Canarias nunca fue “España” (¿Quién lo fue?) y que llegado el momento de enseñar las cartas y las del Sultán son mejores. Se necesita un cambio de rumbo, gente valiente que se enfrente al PROBLEMA, con nuevas soluciones que respeten la voluntad de los canarios y la conveniencia del entorno.

No es cosa de “españoles” y “marroquíes”, y menos de USA. Es cosa de canarios.

Y estos canarios, no otros de encargo, deben conversar con los vecinos para tratar de encontrar soluciones sinérgicas. Talibanes abstenerse.

Al fin llega el futuro a Canarias.

 

 

 

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