REALIDAD PERTURBADORA DE GENIO Y DE IDIOTEZ
EDUARDO SANGUINETTI
Filósofo, poeta,
artista, periodista y músico argentino. Pionero en el arte performativo. Se le
considera también precursor del minimalismo en América Latina y del land art.
Casa Rosada, sede del Poder Ejecutivo federal de Argentina.
Foto: UNsplash / Francisco Ghisletti (CC 3.0)
«Siglos, que nos observan, nos han visto nacer, soportar, silenciar, rebelarnos y prepararnos a resistir, pues ha llegado la hora del cambio, y no hay más humano y más pleno que el cambio llevado a cabo y ejecutado para resistir al poder de las bestias, a la justicia criminal, a la avidez neoliberal, a los políticos asesinos, a la inflexión de los intelectuales mercenarios, a la manipulación de las corporaciones económico-mediáticas, a las libertades restringidas, a la verdad que fue violada en toda su evidencia, ¿no es razón suficiente?…» Fragmento de mi «Manifiesto de Indignados contra el Neoliberalismo», que lancé en Parqué Rodó, en diciembre de 2011, replicado en todos los países de habla hispana del mundo
Revelar,
comunicando la inmundicia en que se debate una humanidad domesticada, que
soporta lo insoportable, en nombre de ningún sentido, una humanidad que ha
dejado de ser destino… Nauseosa docilidad
de la humanidad recluida en sus ghettos, ignorando la existencia del otro,
experimentado una «fake life»: vida falsa, instancia planificada a gusto y
piacere de los poderes opresivos del planeta… Nos queda el lenguaje, anunciarán
quienes desde espacios de confort pontifican vacuidades, cuál componente de la
historia que ya no se escribe, pero cuando se desplaza por la confusión en que
medios y redes sociales narran el presente sin sentido, el vacío de
significados provoca una pérdida de la vigencia de lo “real” para, de ese modo,
dejar el pensamiento humano librado a una suerte de ser un eterno paria de lo
que jamás aconteció.
Desde la concepción
de la vida y de los mundos posibles, lo «real» conforma la verdad, categoría
sociológica que está comprendida dentro de las percepciones sensoriales y forma
parte de una capacidad inalienable de la cultura universal situada en un
espacio determinado.
Esta postura
epistemológica, leída dentro del contexto de la represión democrática
ficcional, que se apreció en Buenos Aires días pasados con una horda de
policías violentos al límite, bajo órbita del intendente de la ciudad, que
fueron por miles de ciudadanos que marcharon apoyando a su legítima líder,
Cristina Fernández, colmando el barrio de Recoleta, tan caro a la burguesía
«medio pelo» argentina… No olvidemos que una emoción puede ser barata pero
nunca falsa… Opera como un fundamento opuesto al discurso de la imposición
autoritaria de la verdad construida en violencia y su efecto: la muerte… Sin
dudas no es la verdad en su concepción esencial, en la cual la misma se asimila
a la coincidencia entre una afirmación y los hechos que predica dicha
afirmación, en su realidad concreta y comprobable, referida a la fidelidad a
una idea.
Alberto se atreverá
a gobernar, cumpliendo sus promesas de campaña… ¿Saldrá de los sótanos de la
democracia ficcional en la que permanecemos, sin recular y dejar de pactar con
quienes destruyeron el tejido social de Argentina?, país de metáforas hundidas
en la realidad distópica… No lo creo, soportando un par de años su ausencia de
actitud y aptitud para cumplir con el rol para el que fue elegido, su
comportamiento tembloroso y con cierto tufillo a cobardía y traición, deviene
en sentir y experimentar, que somos turistas en una Argentina en estado de
emergencia… Su silencio fue notorio y para nada sorpresivo, salvo un par de
tweets escritos entre «gallos y medianoches» su habitual modo de comunicarse
con un pueblo que le concedió el voto, por decisión de su mentora, la misma
Cristina Fernández, ante el ataque de las huestes del Intendente Larreta,
cumpliendo, según ha trascendido, el deseo del voyeur Mauricio Macri de
avanzar, siempre avanzar reprimiendo, un delito por cierto grave, a un pueblo,
expresándose pacíficamente, en pleno uso
de sus derechos inalienables de marchar elevando con alegría, cánticos hacia su
líder… No me interesa que yo sea yo iconoclasta, humanista muy lejano a los
ismos y militancia en el campo de la política, pero asimilado a una
subjetividad objetiva, que no me permite dejar de experimentar indignación ante
la violencia y la censura, aplicadas a un pueblo que se expresa con amor y
armonía… En Argentina, en China o donde sea.
El lenguaje es un
componente de la historia y, cuando se desplaza por la confusión babélica, el
vacío de significados (o la imposición violenta de un único sentido para
aprehender la realidad) provoca una vigencia de lo «real» para intentar
interpretar el movimiento del pensamiento, que no es un «algo» congelado al pie
de la agenda de algún político incapaz y doméstico, tal el caso de Alberto y su
entorno de personajes disfuncionales, que conforman el «Club de los tibios».
Puede ser cierto lo
que auguran los profetas de lo porvenir, que la historia se acelera y el fin de
un tiempo lo estamos atravesando, desnudos ante realidades perturbadoras de
genio y de idiotez, pero muy lejos de lo que podía haber sido algo feliz de
experimentar… O ya la historia está cumplida en su fin y todo lo que podía ser
meditado históricamente -y previsto- ha sido dicho en lenguaje coloquial de la
historia.
La violencia de
reprimir, en la libertad de expresión, a quienes aún tiene voluntad de resistir
al imperio de la bestialidad en estado puro, se manifiesta con los significados
de lo falso y de la muerte, sobre todo en este tiempo donde la ley acciona como
corteza que legitima delitos, que afecta de modo brutal y sin antecedentes
históricos a la denominada ‘vida’. El ‘modus operandi’ de los victimarios de la
humanidad oprimida y sin ánimos de inventarse ‘glorias’, se presenta no como
una ficción creada para inmovilizar y despojar a los hombres y mujeres de la
identidad de sus prácticas y pertenencias culturales.
Si no podemos
utilizar el pasado para aprender y aplicarlo en el presente, ¿para que la
historia?, si no puede esa visión del pasado conducirnos al futuro, tan alejado
de las prácticas de nuestros dirigentes incapaces, que no logran dialogar ni
conquistar la unidad, pues la soberbia y la ausencia de escrúpulos coronan sus
actos degradantes… Y me pregunto: En Argentina ¿estamos en estado de guerra?, o
simplemente todo lo que soportamos día a día, en confrontaciones del más
diverso calibre llevadas a cabo por una autodenominada oposición, que ya no
conforma un partido político, sólo es una empresa de activos incorpóreos,
violenta y eliminadora de la existencia en libertad e igualdad, que sabe muy
bien infiltrarse en los intersticios que deja el tibio accionar del gobierno,
tan ineficaz y cobarde en sus intentos de aplicar fórmulas perimidas, donde la
justicia se ha dado a la fuga.
Saben muy bien
golpear donde duele al pueblo, de la mano, insisto, de una justicia inexistente
y de la macro corporación de medios mafiosos, que en nombre de la libertad de
mentir, devienen en censores de quienes deberían opinar, disentir e incluso
llamar a reflexión, sólo se limitan a difamar y eliminar al disidente … Y decir
las «verdades ocultas» de siniestros personajes de la fauna argenta, que ocupan
todos los espacios de poder, es peligroso ¿no?, te puede costar la vida en el
intento de desenmascarar estafas, robos, crímenes, actos de corrupción
visibles, ocultados por la «corpo» de medios mercenarios… Lo he experimentado y experimento, en mi
tarea de no ocultar la verdad cuál valor, en atentados a mi vida llevados a
cabo por los poderosos genocidas, esclavistas modelo tercer milenio.
¿Quién blinda a
«zapatitos de charol» Macri, símbolo del «Kitsch» (una tendencia escatológica
ligada a la inserción en la vida de los groseros valores burgueses, ‘medio
pelo’), a las escort ‘todo terreno’ y chongos ‘taxi boys’, en función de
instalar el ‘porno’ como medio de información falaz, en estudios de TV
construidos por y para la manipulación de la sociedad, difamando e insultando,
dejando al desnudo su ignorancia supina, con sonrisa dibujada, estigmatizando,
utilizando la violencia como modo de relación bestial, con un lenguaje procaz y
vil, propio de cobardes apuntalados por organismos delictivos internacionales,
serviles a quienes de modo permanente hace dos siglos avanzan sobre la soberanía
de Latinoamérica toda.
Y «Pepín» Rodríguez
Simón, ‘ladero’ del lavador Mauricio, refugiado en Uruguay, ¿volverá vestido de
domingo a presentarse a la indagatoria a la que fue citado hace 600 días?, o
seguirá reivindicando su fuga, con argumentos irrisorios, a los que le dan
espacio funcionarios cómplices, medios, que no ignoran que lo esencial no ha
sido dicho ni hecho… La protección que disfrutan «atorrantes» que degradan la
vida, la «porquería» elevada a símbolo, produce asco y rechazo para quienes nos
nutrimos de valores éticos y nos sentimos hartos de tanta estafa.
No se ignora, que
el terrorismo neoliberal banquero, financista, sojero de JxC, están jugándose
enteros por su supervivencia, sin medir consecuencias, sumados a traidores de
ideologías rancias… Vienen por todo, apuntalados por la trama mediática
ignorante, intentando llevar a Argentina, y lo están logrando, a un
estadio fascista, donde cualquiera que
ofrece todos sus servicios a causas genocidas, tiene voz, menos los que
debieran tenerlo… ¿De qué modo podemos pensar este presente babélico? y hablar
sobre él… Si el gobierno no actúa, por tibieza, pactos preexistentes o
simplemente desidia, incapacidad y parasitismo, servilismo a Washington,
imposible de ocultar, ¿qué actitud tomar ante tanto fraude y estafa?
Un sistema injusto,
no puede mantenerse sin estar apuntalado por la represión, y esta viene
travestida de orden, pulido por los medios corporacionistas de la mentira.
Orden y sistema injusto son dos elementos que se corresponden, inseparables en
sí, definen los objetivos de toda acción esclavizadora. Bajo este firmamento,
el acta notarial se convierte en nuevo texto sagrado… Una nueva modalidad de
absoluto, una resurrección mutada con nombre de insurrección.
La protesta se ha
vuelto intrascendente y, ahora, se ha convertido en un aliado del sistema que
pretendía rechazar. Creo es necesario, entrar en el juego de la convivencia,
comenzar a ver lo que no se desea ver, escuchar donde no parece haber sonidos:
meterse de lleno en la trama siniestra de la vida en «respiración artificial»
(Ricardo Piglia dixit), que nos vende este sistema de autistas, sin perder la
esencia que nos lleva a trabajar por la comunicación en libertad, que debe
crear comunidad.
Y bien, nada sucede
a destiempo y el lenguaje es el instrumento que utilizó para describir la
realidad obtusa que experimentamos. El lenguaje es la base de la narrativa que
podría ser de utilidad para asimilarse a una propuesta plural, profundamente
política y antiautoritaria.
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