martes, 30 de agosto de 2022

NO QUIERO

NO QUIERO

JOSU AIZPURUA

No quiero recordar; ¿para qué?

Nada en la guerra del 36 merece pasar al recuerdo, es la canallada histórica más fatal para la sociedad que vivía bajo el signo de la República. Sus autoridades no supieron defender su causa y un grupo militar de facciosos la derribó e implantó el fascismo paleto, el conjunto de necedades que aún nos deja huella. ¿Para qué recordarlo?

El Estado Ibérico que soñaban García Lorca y Antonio Hernández, culto y libre, fue masacrado por el torpe fascismo, asesino y vulgar. Para qué recordar; mejor llorar.

Dejar volar a Canarias, dar al moro lo que es del moro, y soñar con dar la fórmula de Estado Plurinacional que al fin permita vivir en IBERIA a 50 millones sin revolución pendiente.

La saña maniquea surge innata en este paisanaje que exacerba diferencias y mata por ello. ¿Recordar, para qué?

Ilustrar, enseñar, aprender, LEER, eso SI, pero recordar ¿para qué?

El Estado78, admitió camuflado al fascismo de Franco, y con esa base el devenir era el esperado. 2024 es la fecha en la que el facherío intenta la vuelta de la tortilla ante el esperpento del social-comunismo incapaz de consolidar un BLOQUE de alternativas.

Hay una batalla por el relato; es verdad. Pero es en el final del fascismo donde nos jugamos la vida.

Con Feijóo vienen: Rajoy, Bárcenas, Aznar, los mangantes del PP, los aspirantes macarrillas de las mascarillas, y al final de la cola, Franco, Queipo de Llano, Mola, Colón, y los Colonizadores. ¡Vaya tropa!

Pero de eso se trata; de dar por acabada la Transición llegando al otro lado.

Seguir en la ambigüedad de los fascistas nos deja en punto muerto; mataron a Lorca y Hernández, la savia nueva y con eso está ya todo dicho. Huidos o en cunetas, la intelectualidad dejó al necio al frente y hoy seguimos con las carencias de unas generaciones extirpadas, con intelectuales, togados, sabios, de corta inteligencia y grande servilismo.

Todo está por hacer, de los dos bandos se progresó poco y el hijo del amo no se instruyó se limitó a reprimir.

El relato histórico quedó desfigurado, falto de Humanidad y lleno de odios y rencores.

Vascos y Canarios, no tenemos referencias propias, los invasores se apropian de nuestra nacionalidad y se consideran de mejor calidad hispana y nos remiten al desván de la Historia, la suya vencedora asistida por los cipayos que pronto se verán descubiertos.

Sancho huyó corriendo pues ya no quiere vereder más cosas.

Nos pisa la misma bota, pero nuestros jefes no quieren que lo descubramos.

 

 

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