GIZON LEIALA
JOSU AIZPURUA
Nada
extraordinario; en canario, es un hombre fiel. Pero fue como vasco cuando
necesité la cualidad de ser “gizon leiala” para siempre. Me conforta.
Las palabras ya no
significan nada, se aprendió a mentir de encargo, pero los valores interiores
nos recuerdan lo que somos y lo que queremos ser.
Por eso me asombro,
me rompo, cuando veo a los bustos parlantes de TV, que “saben” de política, de
C19, de Ukrania; de todo. Son fieles a su argumentario que el amo del pesebre
les envía por la mañana.
Crisis, recortes, peste y guerra, ¿Esto era el siglo XXI? Alguien está cambiando el guion. Yo pensé que era abundancia, subvenciones, salud y Paz. Estaba equivocado. Pero sigo teniendo fe en mí y creo que volveremos al camino que mentes claras nos fijaron desde su cumbre en el Género Humano. Los mutantes nos han abducido, pero fracasarán en su intento.
Soy lo que soy, y
nada, ni miedo ni botín, me hace cambiar, y eso me completa como ser humano, y
me deja reposar tranquilo. Hay gente que vive para matar, para medrar, para
hundir al más débil, pero no me contaminan. Ayudar es lo más grande que puede
hacer un ser Humano.
Y aquí estamos, en
2022, con toda la tecnología al potencial encuentro del bienestar social, pero
con una Casta Mundial de Oligarcas, que desean su prevalencia sobre la “masa” y
en modo alguno caminar hacia la eliminación de la desigualdad y la marginación.
Necesitan al pobre para que se vea lo ricos que son.
Humanamente son la
oligarquía la mutación de la especie, que hoy nos tiene al borde de la guerra
nuclear, de donde ellos saldrán con más millones y nosotros con muertos y
miseria.
La resistencia no
está en Ukrania; está en impedir que avance la guerra hasta llegar a ser
Mundial y Atómica.
Repasar fotos de
Hirosima y Nagasaki es el mejor antídoto para detener Ukrania.
Los que desde los
años 60 luchamos, a brazo partido contra la Dictadura Fascista, hoy nos
sentimos perplejos, como le decía su padre a Coleta Morada, ¿A dónde vamos?
Entronizada la mentira, sin defensas en la prensa; ¿A dónde vamos?
Observamos
“lideres” como Guaidó, Ayuso, Zelensky, con carencias absolutas y manifiesta
manipulación. ¿A dónde vamos?
Malo es que
nosotros, los ancianos, no sepamos orientar a los jóvenes y nos duele dejarlos
en este estado de penuria democrático, pero el Cambio de Orden Mundial nos ha
cogido despistados, creíamos en los paradigmas democráticos, el camino
recorrido, pero las oligarquías, La Casta, nos arroja en la cara sus nuevas
medidas fuera de Congreso y Constitución. Sahara es una muestra.
“En tiempos de tempestad; no hacer mudanza” nos dijo el sabio de Loiola, traidor a sus estirpe, pero buen asesor, y ahora que viene la tempestad: mantengámonos firme
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