EL REY AUSTERO
"La
Casa Real ha decidido que solo debía informar a aquellos que consideran
constitucionalistas, en su prisma ideológico los posfascistas de VOX son más
respetables que un partido que se encuentra en el gobierno como Unidas
Podemos"...
ANTONIO MAESTRE
El rey austero | EFE
Quien quiere, puede. Luego dirán que en España no se ahorra. Dos millones y medio de euros guardando lo que le sobra de la asignación que los españoles le dábamos por ser hijo del comisionista mayor del reino. Vamos sobraos, no me dirán. No tiene patrimonio, claman los propagandistas. Es normal, cuando dispones de todo los inmuebles de Patrimonio Nacional para uso y disfrute queda raro comprarse un adosado en Puerta de Hierro o un ático mirando a las Vistillas. Viviendo de prestado en Zarzuela y con Marivent de espacio de asueto canicular nadie precisa de pagarse un alquiler y da para ahorrar un pellizco.
No faltarán
cortesanos que hablen de rey austero. 'Preparao' y austero. No es difícil ser
mejor que su predecesor, bastaba con hacer la declaración de la renta sin
sisarnos. Pero eso no es ser austero, es ser legal. No hay mérito ni alabanza
proferida necesaria para quien cumple de manera concreta los deberes que como
ciudadano español le están consignados. Nadie recibimos aplausos y loas cuando
presentamos nuestras obligaciones tributarias así que deberán encontrar mejores
formas de loar la labor monárquica.
El ejercicio de
transparencia de la Casa Real ha resultado una constatación cristalina de la
opacidad absoluta de una institución que no está sujeta a ningún control
efectivo por parte de los medios de comunicación. Una institución que de manera
sistemática niega respuesta a las preguntas que los periodistas que sí queremos
fiscalizar su actuación les realizamos de manera directa en los canales de
comunicación oficiales y a través de los procesos de transparencia reglados.
Siempre encuentran una justificación para no responder a nuestras preguntas.
La transparencia no
consiste en informar de manera discrecional de lo que quieren hacer público en
el momento que ellos decidan y con la extensión y profundidad que consideran
adecuado a sus intereses, sino en abrirse a las cuestiones, preguntas y dudas
que plantea su actuación. Este que les escribe realizó múltiples y variadas
preguntas sobre los gastos de la Casa Real que fueron rechazadas.
Pregunté, con
respuesta negativa, cuáles eran los costes de dinero público en la educación de
la Infanta Leonor y la Infanta Sofía para realizar un reportaje sobre la
cultura del esfuerzo y las diferencias entre la igualdad de condiciones en la
educación de una infanta y una chica de su misma edad que vive en una familia
que paga los impuestos para mandar a estudiar al extranjero a la hija de los
reyes. Tampoco contestaron cuáles eran los gastos derivados de la manutención,
presencia y seguridad de Irene de Grecia en los aposentos reales sin formar
parte de la familia real. Tampoco la Casa Real contestará por qué hace política
considerando que hay partidos que no merecen sus explicaciones y otros que sí.
Porque ese es el verdadero problema.
Lo más grave no es
que la monarquía muestre de manera cristalina cuáles son sus usos y costumbres
decimonónicos, lo verdaderamente grave es que decida qué partidos tienen
legitimidad y a cuáles ha de informar de sus actividades excluyendo a otros que
los ciudadanos españoles han otorgado su voto. La Casa Real ha decidido que
solo debía informar a aquellos que consideran constitucionalistas, en su prisma
ideológico los posfascistas de VOX son más respetables que un partido que se
encuentra en el gobierno como Unidas Podemos. La Casa Real ha creído una buena
idea decidir que hay partidos buenos y malos excluyendo a todos aquellos que de
manera legítima tienen en su ideario el republicanismo. Entre los buenos se
encuentra VOX. Transparente no, diáfano.
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