miércoles, 27 de abril de 2022

ACCIÓN CONCERTADA PSOE-PP-CASA REAL

 

ACCIÓN CONCERTADA PSOE-PP-CASA REAL

El decreto ley sobre la monarquía soslaya el debate parlamentario porque sus promotores saben que ese debate los republicanos lo tenemos ganado en la sociedad

PABLO IGLESIAS

Este 25 de abril hemos asistido a una acción concertada entre la Casa Real, el PSOE y el PP. El rey hizo público un patrimonio personal de más de 2,5 millones de euros, entre depósitos en cuenta corriente o de ahorro, joyas y valores de participación en fondos. Como sabemos, el sueldo del rey, a cargo de los Presupuestos Generales del Estado, es de 259.000 euros anuales. El de la reina consorte, también a cargo del presupuesto público, es de algo más de 142.000 euros, aunque en este caso, a pesar de que el sueldo se lo pagan también los españoles, la Casa Real ha optado por no hacer público su patrimonio ya que no tiene “funciones constitucionales”. Teniendo en cuenta que el presidente del Gobierno cobra en torno a 80.000 euros al año, la verdad es que no se pueden quejar el rey y la reina del sueldo que les pagan los ciudadanos. El rey cobra más del triple de lo que cobra el presidente. Como decía un tertuliano esta mañana en la SER, nos sale baratísimo…

 

Prácticamente al tiempo que nos enterábamos de este ejercicio de transparencia que merece el aplauso unánime (¡qué suerte tenemos los españoles de que nuestro jefe de Estado nos informe de su patrimonio, acumulado a costa del erario público!), conocíamos también que el PSOE y el PP han pactado en secreto con la Casa Real un real decreto que por el que se reforma su estructura y funcionamiento para hacer que sea un poco menos impresentable en términos de opacidad. Y digo que el acuerdo era secreto porque el ministro de la Presidencia, Félix Bolaños, llevaba mucho tiempo trabajándoselo con el PP y la Casa del Rey sin informar a su socio de Gobierno. Moncloa ha dicho a la prensa que había informado a UP del RD, pero este pobre articulista ha comprobado personalmente que no se informó ni a la dirección de Podemos, ni a la de IU, ni a la del PC, ni a la de los Comunes, ni siquiera a la vicepresidenta segunda, hasta el día de ayer, con un documento cerrado que bien podría llevar por título ‘Lentejas’.

 

Por si faltaba algún elemento para añadirle patetismo a la cosa, Casa Real decidió informar por escrito solo a los grupos parlamentarios monárquicos de su nueva política de transparencia patrimonial. Para justificar esta falta de cortesía, que diferencia entre representantes de la soberanía en función de sus ideas, adujeron que seguían un criterio de la exvicepresidenta Carmen Calvo, según el cual de las cosas del jefe de Estado solo hay que informar a los monárquicos y, en todo caso, también a UP mientras esté en el Gobierno. Este criterio es tan sostenible como si en las cenas de Estado, Casa Real ofreciera mate de coca boliviano a los invitados siguiendo el consejo que quien esto escribe le pudo dar al jefe del Estado durante nuestro viaje a la toma de posesión del presidente Lucho Arce en La Paz. Aunque la mona se vista de seda… Y con el mazo dando…

 

 

He preguntado al jefe del grupo parlamentario de UP, Pablo Echenique, por la comunicación de Casa Real y me ha dicho que ni en la bandeja de entrada ni en el correo no deseado tienen mensaje alguno de esta institución. Tómate un mate de coca, le he propuesto a Echenique, y no sufras, amigo… Y todo esto mientras el CNI ya reconoce que espía a representantes de la soberanía popular y a la ministra responsable solo le falta bailarnos la Macarena desde el banco azul… Veremos que tal la baila mañana en la sesión de control.

 

La pregunta que viene ahora es qué debería hacer la izquierda. Hay quien piensa que la izquierda debe darle una palmadita en la espalda al PSOE y decirle: “Bueno, compañeros, podríais haber llegado más lejos con el decreto pero no está tan mal. Gracias a esto que habéis pactado con el PP y con Felipe, va a haber un poquito más de transparencia y, al fin y al cabo, a la gente lo que le importa es el paro, las condiciones de trabajo y las cosas de comer. Esto de la monarquía es una cosa de políticos y de muy cafeteros que no le importa a la gente”. El problema es que la monarquía no es una cosa de políticos ni de izquierdistas con sed de revancha. La monarquía simboliza la corrupción, el saqueo, el privilegio, la impunidad de quien puede actuar protegido por la inviolabilidad y es además el símbolo que aglutina a todos los sectores que no quieren que cambie nada; tanto los reaccionarios como los caobas.

 

Para que la izquierda ilusione a amplios sectores sociales con un nuevo proyecto de país, con un nuevo contrato social de futuro, regenerador, feminista, ecologista, confederal… tiene, a mi modesto entender, que asumir sin complejos que ese proyecto es una nueva república.

 

PSOE, PP y Casa Real han querido evitar pactar una nueva ley sobre la monarquía y han pactado un decreto. Una ley habría tenido que debatirse en el Congreso; pero el debate de los representantes de la soberanía se habría convertido en una discusión sobre la propia institución monárquica. ¿Saben por qué han querido evitar ese debate parlamentario? Porque saben que ese debate los republicanos lo tenemos ganado en la sociedad.

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