DIVAGACIONES DE UNA MAÑANA
DE DICIEMBRE
DUNIA SANCHEZ
Ando donde
las olas rompe en las rocas deformes.
Rocas de un ayer magnatico cantando disecadas al hoy. Dejo que el océano me consuma con toda su
fragancia, con todo su violencia, con toda su fuerza. Estática, admiro cada
movimiento de su corpulencia, bella, absolutamente entregada a la madre
naturaleza. Y viene la ola, me es indiferente sus dimensiones. No, no hay temor
sino una entrega de la firmeza. Y se va la ola en su baile con el sol del crepúsculo. Sigo, aquí, en el ahora de estas estaciones
extrañas. La emoción viene a mí. Y viene la ola, una ola que traga todo mal y
me lleva a la entereza. Es otoño. La llovizna no tarda. No me retiro, un
mestizaje salado y dulce me imanta, sobre la roca. Y descubro su seducción, su
manera de presentarse. Contemplo su arrugada manera, su agitada celeridad fiel
en el proceso de las lunas. Pardelas cantan a ese océano con sus vuelos en
horizontal. Y la musicalidad de sus ecos
compañía del oleaje me deja aquí, donde las olas rompen.
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